El proyecto de Estados Unidos de exportar a Europa soja geneticamente modificada sera combatido por grupos ambientalistas en la conferencia de las partes firmantes de la Convencion sobre Biodiversidad, que comenzo el lunes en Jakarta.
La organizacion Greenpeace se propone presionar a los gobiernos representados en la conferencia de Jakarta en procura de prohibir al menos transitoriamente la incorporacion al ambiente de productos geneticamente alterados, por suponerlos una potencial amenaza a la diversidad biologica.
El proposito de los ambientalistas consiste en impedir "la contaminacion genetica", dijo Desley Mather, de Greenpeace.
"La modificacion de las caracteristicas geneticas determinadas por la naturaleza podria ser recordada en un futuro como un gran experimento con pesimos resultados", advirtio Jesper Grolin, miembro tambien de la delegacion de Greenpeace ante la conferencia.
El polemico grano de soja conocido como RRS ("Roundup Ready Soybean") fue disenado geneticamente por el laboratorio estadounidense Monsanto para tolerar la aplicacion del "roundup", un herbicida producido por la misma compania.
Monsanto solicito autorizacion para exportar el RRS a la Union Europea (UE) y proyecta realizar el primer embarque en el otono boreal de 1996, un momento en que el producto ya se encontrara en otras regiones del mundo.
Dinamarca, respaldada por Austria, Espana y Suecia, argumento que todos los productos geneticamente modificados deberian llevar una etiqueta de identificacion.
Monsanto afirmo que el RRS sera cultivado "en paises ajenos a la UE que concedan su aprobacion". La compania negocia actualmente con varias naciones latinoamericanas, incluso con Argentina, donde el proceso de aprobacion ya esta en marcha.
El RRS recibio el aval del Departamento de Agricultura, la Agencia de Proteccion del Ambiente y la Administracion de Alimentos y Drogas de Estados Unidos, pero Dinamarca exige su propia certificacion especial.
Los granos RRS seran vendidos este mes a granjeros estadounidenses, y tendran una participacion inicial de 10 por ciento de la cosecha estadounidense de soja.
"No sera posible diferenciarlos ni determinar que un embarque de frijoles de soja estadounidenses no contiene RRS", advirtio un informe de la Oficina de Asuntos Agricolas (OAA) de Estados Unidos.
"En menos de dos anos, todos los embarques de soja contendran RRS, ya sean de Estados Unidos o de cualquier otra parte", pronostico la OAA.
El etiquetado exigido por Dinamarca podria bloquear la exportacion de soja de Estados Unidos a la UE, que suma anualmente 1.600 millones de dolares.
La OAA advirtio que podrian ser afectadas todas las ventas agricolas estadounidense a la Union Europea, de un valor anual de 6.700 millones de dolares, ya que el RRS es "el primero de varios productos geneticamente modificados ya listos para ser lanzados al mercado".
Tanto el gobierno de Estados Unidos como las companias del sector biotecnologico se oponen al etiquetado de los productos geneticamente modificados porque, en su opinion, la imagen de "ciencia ficcion" de los vegetales mutantes ahuyentaria a los compradores de los supermercados, explico Mather.
Mientras, Grolin destaco que de no disponerse de controles eficaces, los consumidores no tendran forma de saber si un producto procede de la manipulacion genetica. "Las grandes companias quedaran entonces libres para experimentar con la naturaleza donde y cuantas veces quieran", agrego.
La Convencion sobre Biodiversidad, surgida en 1991 de la Cumbre Mundial de Medio Ambiente, fue firmada hasta el mes pasado por 128 paises. El Congreso de Estados Unidos aun no la ha ratificado.
El articulo 90 de la Convencion exige a las partes la redaccion de un protocolo de seguridad biologica para la regulacion de productos geneticamente modificados.
Alemania y Estados Unidos encabezan la resistencia a ese mandato de la Convencion, que sera abordado en la conferencia de Jakarta.
Se aguarda que los paises en desarrollo promuevan un amplio acuerdo que cubra todo el ciclo de la ingenieria genetica, desde la investigacion y el desarrollo hasta la disposicion de residuos, mientras varias naciones del Norte intentaran limitar el alcance del protocolo y los procedimientos.
Grupos ambientalistas iniciaron un foro este viernes para convenir una posicion comun antes de la instancia ministerial de la conferencia, que tendra lugar los dias 14 y 15.
Un estudio de Greenpeace revelo que laboratorios de naciones industrializadas utilizan paises en desarrollo como campo de pruebas, porque las leyes de estos son en general menos restrictivas o no se aplican con rigor. (FIN/IPS/tra-en/jmp/rj/ml- ff/wd en/95