El gobierno de Sudafrica presidido por Nelson Mandela accedio a conversar con el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para financiar sus proyectos de desarrollo, tras un ano y medio de cautelosa observacion.
Quienes se oponian a esta decision argumentaban que, en vista de la relativa buena salud de la economia sudafricana, Pretoria debia abstenerse de engrosar la fila de los deudores de las dos instituciones crediticias multilaterales, especialmente teniendo en cuenta las duras condiciones que acompanan a esos prestamos.
Sin embargo, el ministro de Finanzas, Chris Liebengerg, llevo esta semana a Washington, a la reunion anual conjunta del Banco Mundial y del FMI, las pretensiones sudafricanas de financiacion.
En circulos de economistas se entiende que, con base en los proyectos que el Banco Mundial se ha mostrado dispuesto a financiar, los prestamos rondarian los 850 millones de dolares.
Liebenberg dijo que Sudafrica solo tomara prestado si las condiciones son favorables en vista de sus necesidades, pero no se han conocido cifras oficiales.
En un programa televisivo emitido el domingo, Liebenberg afirmo que Pretoria contempla al Banco Mundial como un banco mas, y que tomara prestado con esa actitud.
"Es probable que pidamos algun tipo de financiacion", dijo Liebengerg. "Con un proyecto que sea financiable, nos sentaremos a negociar".
Bruce Cameron, un columnista financiero del diario Star's de Johannesburgo, opino que Sudafrica no tiene otra opcion sino jugar dentro de las normas del FMI o salir del organismo.
"Hay muchos que piensan que los organismos multilaterales como el FMI y el Banco Mundial representan el imperio del mal, que distribuye hambre y miseria por el mundo con la receta de una administracion economica ordenada", escribio Cameron.
"La tendencia a culpar a las normas internacionales tambien se evidencia en la forma en que el gobierno enfoca el tema de las privatizaciones, y en el deseo de controlar todo desde Pretoria", anadio el comentarista.
Por ejemplo, Sudafrica no ha sabido que hacer con sus seis corporaciones publicas, que son vistas por los inversores como una oportunidad de romper una economica dominada por seis enormes conglomerados como son Anglo-American, Rembrandt, Old Mutual, Sanlam, Liberty Life y Anglo-Vaal.
El gobierno lucha por acelerar el crecimiento economico, que en los ultimos cinco anos ha registrado una tasa promedio de uno por ciento, no acompanando el ritmo de crecimiento anual de la poblacion, de 2,3 por ciento.
Las areas necesitadas de ayuda son educacion, vivienda, agricultura y pequenas empresas. Estos sectores forman parte de los ejes principales del Programa de Reconstruccion y Desarrollo (PRD), dirigido a corregir los desequilibrios creados por el ya desaparecido regimen del apartheid.
A mas de un ano del lanzamiento del PRD, este solo ha logrado minimos progresos en su intento de proporcionar vivienda a nueve millones de personas que viven en condiciones precarias, electricidad a tres millones de hogares y empleo para los desocupados, estimados en 50 por ciento de la poblacion activa.
Al contrario que la mayoria de los paises africanos que reciben prestamos del Banco Mundial y del FMI, no se cree que Sudafrica deba aceptar un programa de ajuste estructural para merecer la ayuda financiera.
En cambio, y visto el ingreso anual por habitante -unos 3.000 dolares- el pais tampoco seria clasificable entre los mas pobres, por lo que no podria optar a los prestamos blandos que reciben algunos de sus vecinos. (FIN/IPS/tra-en/gm/kb/arl/if/95