Medio centenar de efectivos de la Guardia Civil patrullan con helicopteros la ciudad espanola de Ceuta, en el norte de Africa, para evitar el ingreso de nuevos inmigrantes ilegales.
Esta es la unica medida adoptada por el gobierno espanola para hacer frente al problema de 300 inmigrantes africanos que derivo el pasado miercoles en una grave revuelta callejera, primer incidente de este tipo que se registra en el pais.
Los inmigrantes, que habian ingresado de forma ilegal a Ceuta, llevaban cerca de dos anos esperando un visado para cruzar a la peninsula y trasladarse de alli al resto de Europa.
Los videos grabados ese dia por dos televisiones locales, quedaron como crudo testimonio de las consecuencias que puede acarrear al gobierno espanol la demora en adoptar decisiones en materia de inmigracion.
El Defensor del Pueblo, Fernando Alvarez de Miranda, habia advertido en un escrito enviado en septiembre pasado al Ministerio del Interior, que en Ceuta habia un polvorin.
Tras el viaje a esa ciudad de un colaborador suyo, el Defensor del Pueblo recomendo al gobierno que analice la situacion de cada uno de los 300 inmigrantes, con el objetivo de concederles asilo o bien expulsarlos de Espana.
Nada de esto habia ocurrido el miercoles cuando la revuelta de los inmigrantes para reclamar visados de entrada a la peninsula desato la lucha campal en Ceuta, que dejo como saldo un policia herido de bala y 300 inmigrantes detenidos.
La policia intenta averiguar la procedencia del disparo que dejo herido de gravedad a uno de sus efectivos.
Cerca de dos centenares de vecinos, armados de palos, barras de hierro y piedras contribuyeron a reprimir a los manifestantes. La Organizacion No Gubernamental Sos Racismo culpa a las instituciones guabernamentales por los incidentes ocurridos y el racismo exacerbado que ha brotado entre los vecinos.
Ceuta, de 80.000 habitantes, se ha convertido en los dos ultimos anos en la antesala de la inmigracion procedente de Africa y Turquia.
Los inmigrantes acceden a territorio espanol por los multiples pasos que permite la frontera con Marruecos, pero una vez alli no son autorizados a cruzar el estrecho de Gibraltar y entrar asi en territorio europeo.
En realidad, el enclave espanol en el norte de Africa supone un autentico cuello de botella para los miles de ciudadanos de paises africanos que pretenden ingresar a algun pais europeo.
Mientras dura la espera, los inmigrantes se alojan en unas viejas murallas llenas de laberintos y cuevas, que en su origen fueron mazmorras arabes.
En gran parte de los casos, se trata de personas que destruyeron su documentacion al llegar a Ceuta y que alegan ser originarios de Ruanda para poder optar a la condicion de refugiados o asilados.
Con frecuencia se trata de ciudadanos de Somalia, Cabo Verde, Costa de Marfil, Liberia o Senegal, empujados a la emigracion por la situacion economica que de esta manera consiguen que las autoridades espanolas no localicen su lugar de origen y por tanto les sea dificil ordenar su expulsion.
Se trata de un viejo problema que origino declaraciones opuestas. Mientras la organizacion SOS Racismo exigio un permiso de residencia y de trabajo para todos los inmigrantes que esperan en Ceuta, el alcalde de la ciudad pidio al gobierno que los expulse en tres dias.
En estos dias se discute la conveniencia de construir una gran obra de impermeabilizacion de la frontera, una especie de muralla china de 8,5 kilometros de largo que separe a Ceuta del resto de Africa. El nuevo muro hecho realidad, pero esta vez entre el bienestar europeo y la miseria de Africa y Asia. (FIN/IPS/md/ag/pr/95