"Lo que pasa hermanito, es que la coca anda, en avion o por tierra, pero anda. En cambio los cultivos sanos no hay quien los saque de estas montanas".
Estas palabras de Jose Nepomuceno Quinchia, un campesino del departamento de Cauca, en el suroeste de Colombia, reflejan los tropiezos que ha tenido el Plan Nacional de Desarrollo Alternativo (PLANTE).
Por medio de PLANTE, el gobierno colombiano espera sustituir, en los proximos dos anos, cosechas de coca, marihuana y amapola, que ocupan por lo menos 90 mil hectareas.
Cauca, sin embargo, no es la unica zona con problemas: en el sureno departamento de Caqueta, en octubre del ano pasado, los agricultores habian vendido 700 toneladas de maiz, mientras que en 1995 apenas han llegado a 50 toneladas.
Entretanto, en Huila, departamento que linda con Cauca y Caqueta, pequenos agricultores se quejan por la falta de agua, energia electrica, puestos de salud, escuelas y vias, y senalan que en esas condiciones no pueden acogerse al programa de sustitucion de sus cultivos de amapola.
Pese a las expectativas de erradicacion de 4500 hectareas de cultivos ilicitos en Cauca, el gobierno colombiano y las Naciones Unidas, que lideran el proyecto de desarrollo, estiman que en muchos municipios de esa region persisten sembrados de coca y amapola.
Las dificultades, segun el Ministerio de Comunicaciones, vocero del PLANTE en Colombia, son "normales", si bien coinciden, paradojicamente, con una caida en el precio interno de la coca.
Segun el jefe de Policia de Caqueta, Jairo Grijalba Rosania, el kilo de coca, que hace siete meses costaba 1.400 dolares, se vende hoy a 670 dolares.
Un kilo de latex, producto natural y primario de la flor de amapola, valia antes 1.200 dolares y ahora cuesta solo 250 dolares.
Podria pensarse que el encarcelamiento de los principales jefes del narcotrafico en Colombia, los programas de sustitucion de sembrados y aun las fumigaciones que se llevan a cabo en algunas zonas, terminarian encareciendo el producto final.
"Eso era antes, pero ahora, con los peces gordos tras las rejas, los cultivadores de coca y amapola, que casi siempre son el eslabon mas fragil del negocio, no tienen quien les compre, y menos a los precios del pasado", segun Grijalba.
El gobierno quiere aprovechar esta coyuntura favorable para los programas de sustitucion, pero para ello debera mejorar en el menor tiempo posible la infraestructura vial y de servicios de las regiones donde trata de aplicar estos planes.
Las autoridades estiman que si bien hay en este momento un claro desestimulo para los cultivos ilicitos, no es menos cierto que se requiere agilizar la presencia oficial en muchas zonas donde la ausencia del gobierno propicia la proliferacion de sembrados de coca y amapola.
"Los colombianos solamente empezaron a oir hablar de nosotros, los del sur, cuando supieron que sembrabamos coca y que por aca habia unos senores que tenian laboratorios, y que ademas estabamos rodeados de guerrilla", afirmo Carlos Dominguez, del Consejo Agropecuario de Leticia, ciudad del extremo sur del pais.
"El programa del gobierno es bueno, pero hay que mejorarlo: no es decirle al campesino que reemplace su siembra de coca por caucho, es garantizarle que ese caucho va a ser de calidad y va a haber gente que se lo compre y carreteras para salir a venderlo", anadio.
Alvaro Chavarro, coordinador del PLANTE en Caqueta, coincidio con Dominguez y afirmo que la intencion del programa, mas alla de la erradicacion de los cultivos ilicitos y la siembra alternativa, es mejorar el nivel de vida de los beneficiarios.
"En este sentido, sabemos tambien que es necesario recuperar aquellas zonas que se encuentran devastadas debido a la tala de los sembrados de amapola", dijo.
"Nosotros no llegamos aqui a erradicar los cultivos ilicitos de un dia para otro, sino a ofrecerle a la gente alternativas distintas, pues antes solo tenian la coca como fuente de ingresos", agrega Chavarro.
Voceros del PLANTE insisten en que los compradores de las cosechas ilegales, que eran los verdaderos ganadores del negocio, nunca se preocuparon por mejorar las condiciones de vida de los pequenos cultivadores, como lo estan haciendo el gobierno y las Naciones Unidas, pese a las dificultades.
Los tropiezos oficiales no se limitan al Plan Alternativo: la accion coercitiva tambien tiene problemas. Recientemente, un avion que fumigaba cultivos ilegales de amapola, en Miraflores, Guaviare – unos 350 kilometros al sureste de Santafe de Bogota- fue derribado, presuntamente por guerrilleros.
Las autoridades advirtieron que los autores de este y de 56 ataques anteriores similares son grupos armados que operan en las zonas donde se fumigan las plantaciones de coca, marihuana y amapola.
El gobierno colombiano asegura que los cultivos ilicitos son custodiados por guerrilleros a quienes los narcotraficantes pagarian una recompensa de 200 mil dolares por cada avion derribado. (FIN/IPS/as/dm/ip/95)
