Las violaciones a los derechos humanos en Corea del Norte han pasado a un segundo plano en la conciencia de la comunidad internacional ante la preocupacion por el potencial belico nuclear de ese pais, segun grupos militantes de la region.
"Es imperioso que el mundo tome medidas concretas para salvar a miles de prisioneros de conciencia que sufren enormemente", dijo Kim Min Ju, director del grupo defensor de los derechos humanos, Ayuda a Repatriados en Corea del Norte, establecido en Japon.
Kim, que participo en la guerra de Corea a comienzos de los anos 50 y luego se fue a Japon, afirmo que su hermano menor fue ejecutado sumariamente por el regimen comunista en 1978.
"Mis dos hermanos volvieron desde Japon a Corea del Norte cuando eran ninos. En 1986, tras varios anos sin oir de ellos, supe que uno habia sido ejecutado despues de una acusacion de espionaje", conto Kim.
Su otro hermano vive solo en el campo, "tras haber sido obligado a divorciarse de su esposa, y no tiene trabajo ni familia", agrego.
Ayuda a Repatriados en Corea del Norte brinda asistencia a unos 100.000 norcoreanos que han vuelto a su pais desde la decada de 1970, muchos de los cuales sufren constantes persecuciones, segun Haruhisa Ogawa, otro miembro de la organizacion.
El grupo pretende tratar el tema ante la Comision de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que tiene sede en Ginebra.
"El organismo mundial debe entender que la investigacion de las condiciones en que se encuentran los prisioneros politicos en Corea del Norte es la unica forma en que podremos ayudar a miles de personas que estan en prision porque se atrevieron a cuestionar a un regimen insensato", senalo Ogawa.
Ogawa, profesor de la Universidad de Tokio, destaco que Estados Unidos condiciono el acuerdo nuclear, que firmo con Corea del Norte el pasado octubre, a la observancia de los derechos humanos.
"Pero el tema no es tratado como se deberia. Nuestro grupo es totalmente contrario a posiciones como la del gobierno de Japon, el cual argumenta que el tema de los derechos humanos en Corea del Norte es secundario en relacion a la necesidad de prevencion del desarrollo de armas nucleares en ese pais", agrego Ogawa.
El gobierno de Pyongyang niega terminantemente todas las historias de horror contadas por norcoreanos que huyen a Corea del Sur, pero los activistas de los derechos humanos afirman que no se puede ignorar los numerosos informes publicados por la prensa japonesa y surcoreana.
El ex prisionero Chl-hwan Kang envio en julio una carta a la Comision de Derechos Humanos de Ginebra, en la que exhorto a la organizacion internacional a detener los "atroces crimenes contra la humanidad" que ocurren en su pais.
"Cuando tenia 18 anos fui enviado a un campo de detencion. Fui forzado a trabajar todos los dias desde las 5.30 hasta las 23 horas durante nueve anos, y nuestra dieta consistia solamente en maiz", declaro Chl-hwan.
Myong Chi An, un guardia de prision norcoreano que huyo a Corea del Sur en 1994, corroboro tales relatos en otra carta dirigida a Ginebra, y tambien conto su historia a la publicacion mensual Gendai Korea.
Los prisioneros politicos no tienen un juicio justo, son golpeados regularmente, se los mata de hambre y se les explota laboralmente, escribio Myong, quien agrego que muchos mueren victimas de estas condiciones .
Analistas independientes estiman que 40 por ciento de los cereales y el carbon de Corea del Norte es producido por prisioneros en los campos de detencion.
Myong dijo a Gendai Korea que algunos campos estan situados en un "area de control absoluto", de donde los prisioneros tienen muy pocas probabilidades de escapar con vida. Segun Myong, hay en el pais unos 12 campos de detencion, situados en alejadas zonas montanosas.
"Se realizan ejecuciones secretas, y he visto a muchos prisioneros sin miembros, como resultado de la tortura y el abandono", relato el ex guardia de prision.
La mayoria de los prisioneros, estimados en 200.000, no fueron detenidos bajo acusaciones criminales sino porque suponen una amenaza a la seguridad del duro regimen politico.
"Es por esta razon que tantos norcoreanos residentes en Japon son encarcelados al regresar. Ellos protestan porque una vez que llegan al pais se dan cuenta de que han sido enganados por las autoridades, que les prometieron un futuro mejor", explico Kim Min Ju.
El grupo de Kim procura tambien el apoyo del gobierno japones, que accedio a brindar ayuda al gobierno de Corea del Norte tras las cuantiosas lluvias que destruyeron sus cultivos de arroz. Tokio deberia condicionar toda asistencia a Pyongyang, dijo Kim.
"Por ejemplo, el gobierno de Japon deberia asegurarse de que el arroz que envia llegue a los prisioneros, a sus familias y a la gente pobre", senalo Ogawa.
Ademas, Ayuda a Repatriados en Corea del Norte presiona al gobierno de Japon para que condicione su dialogo diplomatico con Corea del Norte a la mejora de las condiciones de vida de los prisioneros politicos en ese pais. (FIN/IPS/tra-en/sk/cpg/ml- arl/hd/95