Europeos y estadounidenses intensificaron desde fines de septiembre su carrera diplomatica y comercial por la conquista de posiciones estrategicas en el cada vez mas abierto mercado capitalista de Cuba.
Este viernes, el presidente Bill Clinton anuncio una serie de medidas destinadas a permitir un mayor intercambio con la isla, desoyendo las presiones de la derecha republicana de su pais en favor de una intensificacion del bloqueo comercial contra el gobierno de Fidel Castro, en vigor hace 33 anos.
La reaccion del presidente estadounidense fue timida en terminos concretos pero dejo claro que la Casa Blanca no quiere dejar campo libre a los europeos en La Habana.
La Union Europea (UE) anuncio a fines de septiembre que iniciaria negociaciones formales con Castro para normalizar las relaciones politicas y comerciales, en una actitud que fue considerada por un diplomatico latinoamericano como «una bofetada con guante de seda a la diplomacia de Washington».
Alemania, hasta ahora el principal aliado anticastrista de Washington en Europa, ha dado en las ultimas semanas claras senales de que esta modificando esa posicion.
El gobierno de Bonn ya no prohibe a fundaciones semioficiales y organismos no gubernamentales alemanes el establecimiento de contactos con similares cubanos para financiar proyectos de caracter social en la isla caribena.
Incluso el super cauteloso Vaticano inicio un dialogo secreto con los dirigentes comunistas de La Habana buscando un acercamiento entre Fidel Castro y el Papa Juan Pablo II.
La Santa Sede ha suministrado cerca de 20 millones de dolares en ayuda humanitaria a Cuba en los ultimos tres anos y fuentes religiosas en La Habana consideran muy probable una visita del pontifice a Cuba en febrero de 1996.
En Estados Unidos, el ex presidente Jimmmy Carter tambien se lanzo a la arena al promover en Atlanta, Georgia, una reunion de disidentes cubanos con emisarios de Fidel Castro, para profundizar los intentos de dialogo entre las dos partes.
Carter quiere incorporar a Cuba en su exitosa carrera de negociador de crisis, ilustrada ya en casos como Haiti y Corea del Norte.
La iniciativa de Carter y las nuevas medidas anunciadas por Clinton aparentemente son movidas por el deseo de no dejar demasiados espacios para la ofensiva europea, en un momento en que la diplomacia estadounidense esta inmovilizada por los anticastristas republicanos.
Esos sectores transformaron la intensificacion del bloqueo a la isla en una eficaz arma interna de cara a la campana presidencial para las elecciones de 1996.
Todo ello se produce en medio de signos cada vez mas concretos de una gradual recuperacion de la economia cubana.
Por primera vez en diez anos hay perspectivas concretas de que el producto interno bruto de la isla vuelva a registrar indices superiores a cero.
Se preve tambien que en 1996 la cosecha de azucar retorne a sus niveles tradicionales, que la produccion de tabaco aumente 40 por ciento y que las importaciones de petroleo sigan en un nivel muy bajo.
Entre los europeos, los espanoles son los mas audaces en materia de ocupacion de espacios economicos en Cuba.
La presencia de inversionistas hispanos en la isla es tan intensa que los cubanos ya los tratan con la jerga «los pepes».
Es habitual a esta altura ver jets de ejecutivos aterrizar en el aeropuerto de La Haban. Existen igualmente rumores de que empresarios estadounidenses, ignorando el bloqueo y las prohibiciones de Washington, viajan a Cuba en embarcaciones de paseo que salen de Florida declarando otro destino.
Cerca de 60.000 cubanos reciben sueldos de empresas extranjeras y aproximadamente 30 por ciento de la poblacion nacional (unas tres millones de personas) ya ha dolarizado su economia domestica.
El interes de europeos y estadounidenses es ocupar espacios estrategicos en la porcion capitalista de la economia cubana, que crece continuamente.
Fidel Castro promete que su pais seguira siendo socialista, pero ya es claro que coexistira con un sector privado y lucrativo, que, segun expertos como el estadounidense Andrew Zimbalist, muy probablemente acabara siendo mayoritario en la industria y en el comercio de la isla.
Es esta tajada del pastel cubano que la UE y Washington se disputan con una intensidad cada vez mayor. (FIN/IPS/cc/dg/ip-if/95
