CHILE: Paz en la tierra versus consumo desatado

En Chile, mientras pocos ponen en duda la vigencia del modelo economico iniciado en los anos del regimen militar (1973-89), muchos se quejan de ansiedad, angustia y depresion.

Tantos son, que los casi cinco millones de habitantes de la capital chilena figuran en las estadisticas de la Organizacion Mundial de la Salud con algunos de los mas altos indices de depresion y suicidios del mundo.

Segun cifras oficiales, solo en Santiago hay unos 200.000 adictos a los tranquilizantes basados en benzodiazepina (Valium, Diazepan, Tricalma, Lexotanil, etc). Sus dificultades aumentaron a partir de abril, cuando las autoridades sanitarias restringieron la venta de comprimidos.

La "pasta base", o "crack" -un desecho del clorhidrato de cocaina- hace estragos en los barrios marginales de Santiago, igual que en Rio de Janeiro, Caracas o Nueva York.

Son incontables los ninos y adolescentes de origen humilde dependientes de esa droga relativamente barata, que produce adiccion practicamente desde la primera vez y que conduce a estados incontrolables de angustia y violencia.

Marta, una trabajadora domestica de Santiago, acude todos los dias a su trabajo en una organizacion no gubernamental local con una maleta y bolsas plasticas con sus pertenencias, para que su hija no las venda para comprar drogas.

El otro hijo de Marta esta en la carcel por narcotrafico.

Pero, ?que tiene que ver todo esto con la economia?

Con mas de 4.500 dolares de ingreso per capita en 1995 y un crecimiento anual promedio de alrededor de siete por ciento desde hace mas de diez anos, Chile suele ser la envidia y el ejemplo de sus pares latinoamericanos.

El alto nivel de consumo y la sofisticada oferta del mercado son algunos de los simbolos mas vistosos de este crecimiento. Otro, menos vistoso, pero indisolublemente atado a los anteriores, es el fuerte endeudamiento de los consumidores, estimado en tres veces el salario de un empleado promedio.

Santiago esta siendo ocupado por inmensos centros comerciales – llamados aqui, como en Estados Unidos, "malls"- donde se puede comprar todo lo imaginable, y cualquier persona con un ingreso regular recibe por correo atractivas ofertas de creditos para consumo inmediato.

Un encuentro internacional de comercio celebrado en la capital chilena esta semana, sin embargo, constato que Santiago, con sus nueve grandes "malls" esta aun lejos del nivel de ciudades como Paris, que tiene noventa.

Las cadenas de tiendas por departamento, y hasta las de supermercados, ofrecen a los clientes tarjetas de credito propias, actuando en la practica como entidades financieras.

Falabella, una de las mas grandes, provoco esta semana una polemica en el ambiente financiero, al ofrecer a sus clientes prestamos en dinero efectivo con cargo a sus tarjetas.

Aunque las negociaciones con Estados Unidos no marchan al ritmo deseado, aun es posible que Chile se incorpore al Tratado de Libre Comercio de America del Norte (TLC) y que en los proximos diez anos alcance un ingreso per capita de unos 10 mil dolares.

Pero, si se mantiene el alto precio social y ambiental que el pais ha pagado por sus logros actuales, es tambien posible que esos objetivos pierdan algo de su validez, en un mundo que comienza a preguntarse cada vez con mayor intensidad para que quiere crecer.

A fin de cuentas, dijo Clarisa Hardy, secretaria ejecutiva de la Comision Interministerial Social creada por el gobierno para combatir la pobreza, "las madres de los ninos desnutridos dificilmente pueden alegrarse porque sus hijos forman parte de un grupo reducido".

Se ha repetido hasta la saciedad que las estadisticas nacionales encubren desigualdades, y Chile aparece en los ultimos lugares de distribucion de la riqueza en el Indice de Desarrollo Social del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Mas de un tercio de los chilenos vive en la pobreza, y el gobierno del presidente Eduardo Frei ha proclamado que la superacion de ese rezago es una de las prioridades de su regimen.

Pero la premisa de esa prioridad, dicen practicamente todos los representantes del poder economico, social y politico, es el crecimiento, porque "se cuenta con algo para distribuir", segun sentencia el analista economico del matutino La Epoca, Juan Walker.

En los paises industrializados crece, entretanto, un movimiento espontaneo de gente que se agoto de consumir sin freno y que opta por una vida mas simple, opuesta al principio economico, hasta ahora sagrado, de que la marcha de la economia se juzga por la rapidez con que el dinero cambia de manos.

Mas de un mes antes de que se publicara en Estados Unidos, a fines de septiembre, el manifiesto antiindustrialista del terrorista anonimo "Unabomber", la revista Time enfoco como tema de portada la depresion y la ansiedad que produce un sistema de vida ajeno a la programacion genetica de los seres humanos.

En su manifiesto, el terrorista anonimo afirma que la sociedad industrial es un fracaso.

Pero Chile, que como muchos otros del Tercer Mundo es un pais avido por convertirse en industrializado, todavia esta muy ocupado en desterrar sus costumbres provincianas y afirmar definitivamente un principio basico: "ganarle a alguien" es la tarea de honor cotidiana de todo modernista que se precie.

En el Chile actual, el adjetivo "nostalgico" tiene serias connotaciones sociales descalificadoras, porque se interpreta como antagonico a "moderno".

La ansiedad, la depresion y enfermedades "modernas" como la hipertension y el cancer aparentemente tienen, en este ambiente, un terreno fertil. (FIN/IPS/ak/dm/dv-he/95

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