VENEZUELA: Las arcas se vacian mientras el gobierno acude al FMI

Las reservas internacionales, las cuentas fiscales y los fondos de tesoreria caen en Venezuela bajo los niveles que el gobierno considera aceptables, por lo que acude al Fondo Monetario Internacional (FMI) y emprende el duro y quiza tardio camino del ajuste.

El ministro de Hacienda, Luis Matos, presento el jueves en Washington al director del FMI, Michel Camdessus, propuestas de prestamo por 1.000 a 1.500 millones de dolares y este viernes se reunira con autoridades del Banco Interamericano de Desarrollo y Banco Mundial para explicar su busqueda de recursos.

El gobierno estima que sus reservas deben estar sobre los 10.000 millones de dolares, de las cuales 6.000 millones operativas, pero en agosto -ultimas cifras oficiales- las reservas eran de 9.574 millones de dolares, con 5.688 millones operativas.

Las reservas descienden a un ritmo de 100 millones por semana, y el gobierno autorizo aunque todavia no entrego 3.000 millones de dolares requeridos por particulares, en tanto le faltan unos 1.000 millones de dolares para compromisos de deuda externa este ano.

El quid del problema es que el presidente Rafael Caldera implanto hace 15 meses un control de cambios precisamente para detener la hemorragia de divisas que, en paralelo a una crisis bancaria, bajo las reservas de 13.600 millones de dolares en diciembre de 1993 a 9.600 millones en junio de 1994.

Caldera ademas ordeno una tasa unica de cambio y se la dejo inamovible en 170 bolivares por dolar, para evitar que una depreciacion abonase la inflacion, y se complemento la medida con controles de precios y de las tasas de interes.

Pero hoy dia las reservas son inferiores a las de junio de 1994, pese al aplazamiento de erogaciones por compromisos internacionales y a leves incrementos de los ingresos por exportaciones petroleras y no-tradicionales.

La inflacion, 70 por ciento al cierre de 1994, se mantiene anualizada en mas de 50 por ciento, lo que hace que las tasas de interes, altas para los usuarios pues pasan de 40 por ciento, permanezcan como negativas en terminos reales, lo que resienten los bancos que sobrevivieron a la crisis del sector en 1994.

"El control de cambios no ha sido efectivo, pues ha entregado dolares sin tomar en cuenta un programa de prioridades, como se ha venido planteando desde el inicio del sistema en 1994", observo el presidente del Banco Central, Antonio Casas.

De su lado, el gobierno critico fallas del instituto emisor para bajar las tasas de interes. "Los instrumentos de politica economica deberian ser ensamblados y coherentes, pero lamentablemente en esto el Banco Central no nos acompana", dijo el ministro de Planificacion, Edgar Paredes.

Mas que como reparto de culpas, el debate entre autoridades economicas puede ser percibido como senal de incoherencia, justo mientras Matos intenta vender en Washington lo que llamao "Agenda Venezuela", es decir, propuestas de ajuste gradual "sin medidas de shock y sin arrodillarse ante el FMI".

Pero en su peregrinaje ante los organismos multilaterales, Matos carga otros fardos, como el deficit fiscal, estimado en 5.000 millones de dolares anuales sobre un presupuesto de 15.000 millones en 1995, y la negativa del parlamento a dar luz verde a su proyecto de gastos para 1996.

Mas inmediato aun, el gobierno afronta un deficit de tesoreria, y luego que en las ultimas semanas pago compromisos por 410 millones de dolares quedo con las arcas vacias y pidio a PDVSA (Petroleos de Venezuela) un "anticipo" de 440 millones.

PDVSA paga esa cantidad cada mes como impuestos, pero el gobierno urgio a la petrolera estatal para que adelantase a septiembre su cuota de octubre.

La escasez de fondos puede decidir el estallido de conflictos, luego que en las dos ultimas semanas emergieron problemas salariales dentro de cuerpos policiales, amagos de paro en el Metro (subterraneo) de Caracas y violentos desordenes con saldo de un muerto a las puertas de la Universidad Central.

Esa conflictividad sera prueba de fuego para los esfuerzos de Caracas ante el FMI, porque Caldera ordeno, faltando tres meses para las elecciones, duplicar los precios internos de la gasolina.

Acudir al FMI, aplicar su recetario y sobre todo ajustar el precio de la gasolina "sin que el pueblo este preparado para pagarlo", fueron ideas criticadas publicamente y con fervor por el mandatario durante su campana electoral y los primeros 15 meses del gobierno que inicio en febrero de 1994.

Caldera no solo rehuyo el recetario del FMI sino que con su politica de controles tomo una senda diferente y, en una America Latina casi en bloque aperturista, introdujo una cuna de signo contrario.

Los caricaturistas comienzan a dibujar a Matos cargando "el paquete", como de denomino popularmente el plan de ajustes y apertura de la economia que entre 1989 y 1993 instrumento el ex presidente Carlos Andres Perez, rival historico de Caldera.

Como jefe del equipo economico de Caldera, Matos insistio en que acudiria al FMI con una agenda propia, con previsiones para desmontar de manera gradual los controles. "Hemos identificado un espacio para las coincidencias" con el Fondo, dijo este jueves.

El analisis de Venezuela hecho por el FMI ha insistido en que el deficit fiscal es insostenible, con el esquema cambiario se pierden reservas, los controles de precios generan inflacion, la gasolina sigue subsidiada, la privatizacion no avanza y el gasto social ha sido descuidado.

El Fondo habia propuesto, antes del viaje de Matos, la adopcion de un programa para remover esos obstaculos a la reanimacion economica, como requisito para acoger la solicitud de un prestamo para Venezuela.

Cuando se le pregunto a Camdessus, tras su reunion con Matos, si el Fondo Monetario se aprestaba a ayudar a Venezuela, contesto: "Con un programa". (FIN/IPS/hm/dg/if/95

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