Si el sistema democratico no se abre y se hace mas creible y participativo, Venezuela puede vivir una situacion explosiva, alerto hoy el obispo de Caracas y presidente de la Conferencia Episcopal Mario Moronta.
"Se puede generar una salvadorizacion del pais, una especie de guerra civil selectiva, y destaparse tentaciones que dejen como salidas las opciones radicales por la violencia y por el asalto al poder", considero.
En declaraciones a corresponsales extranjeros, el prelado expreso su preocupacion por el descreimiento en la democracia y en el valor del dialogo que expresan crecientes sectores de la sociedad venezolana.
Una encuesta de la firma Gallup conocida este jueves revelo que en abril 59 por ciento de venezolanos estaban insatisfechos con su democracia.
En junio, 86 por de los encuestados por la empresa Omnibus senalo que queria vivir en democracia, pero 81 por ciento aclaro que en "una democracia mejor que esta".
El dialogo en Venezuela fue mas facil durante el gobierno del ex presidente Carlos Andres Perez (1989-1993) que con el actual de Rafael Caldera, dijo Moronta.
"Con Caldera hay facil acceso como persona, pero el entorno gubernamental mejor antes", dijo Moronta a corresponsales extranjeros.
La apreciacion es llamativa porque Perez, que en materia religiosa se comporta como agnostico, politicamente es un socialdemocrata, mientras que Caldera, ademas de catolico practicante, fue fundador y durante medio siglo lider del partido socialcristiano Copei, del que se separo.
"Si la lucha guerrillera izquierdista de los anos 60 se hubiera hecho con las actuales condiciones sociales y politicas, hubiera triunfado", comento Moronta.
En vez de "abrir" la democracia, surgida en 1958 tras la caida del regimen militar, para hacerla mas representativa y participativa, "el liderazgo opto por dar fuerza a los cogollos (cupulas)", dijo.
"Ahora estamos pagando las consecuencias y estamos en un momento en que es indispensable la apertura democratica, por ese 59 por ciento que no cree, y para eso se necesita lo que podemos llamar una conversion de los lideres, que dejen de cerrarse arriba", senalo.
Si esa conversion de quienes dirigen el pais no se produce "que Dios nos agarre confesados", exclamo el obispo, senalando el riesgo de una posible opcion violenta de algunos sectores.
En Venezuela la violencia politica organizada fue sepultada junto con los ultimos brotes guerrilleros a mediados de los anos 70, hasta que en 1992 se registraron dos cruentas sublevaciones militares y menudearon los rumores de muchas mas.
Moronta fue ese ano el religioso mas solicitado como mediador entre los rebeldes presos, los mandos castrenses, el gobierno de Perez y otras autoridades.
En 1993 Perez fue destituido y se inicio su enjuiciamiento por desvio de fondos en favor de Nicaragua, mientras Caldera triunfo en los comicios de diciembre.
En el ano y medio que lleva de gestion, el actual presidente se anoto como exito haber pacificado al estamento castrense.
Pero segun Moronta, el desencanto y la intranquilidad persisten y como muestra en 1994 "hubo mas de 7.000 protestas en Venezuela, muchas de ellas no resenadas por la prensa".
Expresiones de desesperacion e intolerancia serian "la anarquia de opiniones" que siguio al fracaso de la policia en salvar a unos rehenes en manos de delincuentes el 23 de junio, y los linchamientos de delincuentes en los barrios populares.
"Los linchamientos tienen su equivalente en las alcabalas y garitas de vigilancia que los sectores de clase media y alta colocan en los accesos a sus residencias, para impedir a los demas el transito por lo que consideran sus calles", comento.
Tambien deploro que "algunos sectores quieren jugar a la linea de la seguridad nacional, con el recurso facil a la militarizacion de actividades, al autoritarismo y a la disolucion del parlamento", indico Moronta en alusion a propuestas de algunos politicos que respaldan a Caldera.
Moronta cree que "aun la perplejidad de la gente ante la actual democracia no ha golpeado la mentalidad de la dirigencia", pero descarta que la Iglesia Catolica asuma un papel distinto al de senalar caminos y ayudar a formar nuevos dirigentes.
"En toda la historia, la religion y el Ejercito han sido las instituciones mas conservadoras, pero ahora, junto con la prensa, pasan al primer lugar", senalo en alusion a la popularidad de que gozan en las mismas encuestas que defenestran a los politicos.
"Pero, y el Papa ha sido muy claro en recordarnoslo, nuestro papel no es hacer el trabajo de los laicos, sino promoverlos. Y en la medida en que la situacion mejore, la Iglesia ocupara el puesto que le corresponde" en la sociedad, estimo.
Criticado como radical, izquierdista o desestabilizador, Moronta dijo que no teme castigos pues solo hace su trabajo de pastor y "si la situacion se radicaliza, corresponde a la Iglesia ser mas radical, pero radical en llamar al dialogo". (FIN/IPS/hm/dg/ip-la/95