El primer ministro conservador John Major dispone de un ano para disenar un conjunto de politicas referidas a la integracion de Gran Bretana en Europa, que a la vez le permitan resolver las discrepancias dentro de su partido y llegar a un acuerdo con los demas gobiernos de la Union Europea (UE).
El calendario europeo tiene una cita obligatoria para algun momento del proximo ano -mas probablemente en el segundo semestre- , en que debera ser convocada la Conferencia Intergubernamental (CIG), prevista por el Tratado de Maastricht para ajustar los compromisos de la unidad politica.
La UE no ha fijado aun el lugar ni la fecha de la CIG, que tiene por objeto establecer el futuro programa de reuniones y acuerdos dirigidos a concretar superiores niveles de integracion.
Sin embargo, las capitales europeas muestran preocupacion por la forma en que la situacion politica britanica pueda gravitar en la conferencia.
"Todo el mundo sabe que no podremos terminar la conferencia hasta despues de realizadas las elecciones britanicas, que tal vez no tengan lugar hasta comienzos del verano de 1997", declaro este miercoles en Madrid Javier Solana, ministro espanol de Asuntos Exteriores.
"No parece tener ningun sentido que incluso iniciemos las negociaciones mas serias hasta bien entrado el proximo ano", agrego Solana.
Las aprensiones de Solana son comprensibles despues de la victoria que Major obtuvo el martes entre los parlamentarios del Partido Conservador, que le ratificaron ampliamente como lider del partido.
El hecho de haber derrotado a un retador de extrema derecha como John Redwood -abiertamente esceptico de la politica europea del gobierno- permite esperar la unificacion del partido en temas de politica interna, pero las divisiones de los conservadores en cuanto a Europa permanecen abiertas.
Redwood realizo una campana basada en la oposicion a la perdida de soberania en favor de Bruselas -sede de la UE-, en la rebaja de los impuestos y en la reduccion del papel del Estado en la sociedad.
William Rees-Mogg, ex editor del diario The Times, escribio este miercoles en dicho periodico que "temas similares son levantados en la actualidad en todos los paises occidentales".
"Son los temas que decidieron la eleccion del presidente Jacques Chirac en Francia, pese a ser muy debil el apoyo (de Chirac) a la moneda unica europea", agrego Rees-Mogg. "Temas que seran centrales en la campana conservadora para las proximas elecciones generales".
Tales cuestiones, y la pregunta de si ellas deben ser debatidas al mas alto nivel, son discutidas actualmente por el llamado "Grupo de Reflexion" de la UE, formado por altos diplomaticos con el encargo de preparar la agenda de la CIG.
El Tratado de Maastricht, firmado en 1992, transformo a la preexistente Comunidad Europea en una nueva construccion -la Union Europea- definida como una union politica a la vez que una union economica.
Desde ese momento quedo entendido que la realizacion de una nueva conferencia intergubernamental -dispuesta por el propio tratado- tendria por objeto profundizar los aspectos politicos de la unidad europea.
Sin embargo, ese entendimiento general de 1992 ya no es mantenido con el mismo consenso. No solamente en Gran Bretana, sino tambien en Francia e Italia -y tal vez incluso en Alemania- crece el temor ante la perspectiva de entregar competencias a los burocratas de Bruselas.
En Gran Bretana, y especialmente entre la derecha conservadora, esta preocupacion es reflejo de un instintivo nacionalismo. Estos dirigentes temen a la perdida de la soberania britanica en aspectos clave del gobierno.
Esos puntos de vista son tambien asociados con la extrema derecha en Francia, pero el propio gobierno de Paris entiende – particularmente en relacion con la politica de seguridad interior- que existen problemas practicos que afectan a la integracion europea.
Francia debia haber abierto hace pocos dias totalmente sus fronteras a la circulacion de personas en virtud del acuerdo de Schengen que firmo junto a otros varios paises de la UE, pero volvio a postergar la supresion de las aduanas por temor a la creciente criminalidad.
Paises como Alemania -y un buen numero de los pequenos del noroeste europeo, de fuerte tradicion democratica- no se preocupan tanto por la perdida de soberania como por asegurar que el aparato administrativo de la UE sea responsable ante un control democratico de su gestion.
En la actualidad, la burocracia de la Comision de la UE responde ante los gobiernos de los paises miembros y no ante el Parlamento Europeo, que es elegido popularmente.
Frente a los criticos del Partido Conservador, tan fuertemente opuestos a una mayor integracion y a una posible perdida de soberania, Major no puede sostener iniciativas que tiendan a asegurar un mayor control del Parlamento Europeo sobre la Comision.
Sin embargo, el lider conservador sigue siendo considerado como un decidido partidario de la unidad europea. (FIN/IPS/tra-en/jmr/cpg/arl/ip/95
