AUSTRALIA: Oposicion a pruebas nucleares francesas se hace racista

La oposicion a las pruebas nucleares de Francia en el Pacifico ha rebasado barreras politicas y de clase en Australia, pero muchos temen que las protestan se vuelvan racistas y afecten a conciudadanos de origen frances.

Los ultimos sondeos demostraron que el 90 por ciento de los australianos se oponen a los planes franceses de reanudar las pruebas atomicas en el Atolon de Mururoa. El 14 de julio, aniversario de la toma de la Bastilla, 20.000 personas realizaron una demostracion en Sidney y hubo protestas en otras ciudades.

Algunos manifestantes lanzaron bombas incendiarias contra el consulado de Francia en Perth, trataron de invadir la embajada en Camberra, pintarrajearon restaurantes franceses con leyendas abusivas, rehusaron comprar productos fabricados en ese pais y agredieron a connacionales con nombres franceses.

Semejante exaltacion preocupa ahora a australianos de tendencia liberal, que fueron los iniciadores de las politicas de inmigracion en el pais durante la postguerra, asi como la cohesion de la sociedad multicultural del pais.

En un reciente comentario, el diario "Sun Herald" fustigo la ola de intolerancia, que se ha convertido en el lado oscuro de las protestas antinucleares en Australia.

"Mientras de deben apoyar las protestas pacificas, hay que evitar otro tipo de demostraciones tales como el boicot a los bienes franceses y los abusos contra ciudadanos de ese pais o que tienen origen frances", dijo.

Los negocios han caido en picada para los restaurantes y cafes franceses que hasta hace poco eran los lugares favoritos de los jovenes ejecutivos en la cosmopolita Sidney.

"Vivimos en Australia desde hace 15 anos, somos australianos, pagamos impuestos, damos trabajo a otros connacionales y usamos productos australianos", lamento Annie Fallou, cuya pasteleria sufre una reduccion en las ventas del 30 por ciento.

La Asociacion de Companias Australianas, entretanto, ha urgido al gobierno de Nueva Gales del Sur a anular un multimillonario contrato en dolares con una firma francesa que proporciona todo tipo de servicios a la famosa Opera de Sidney.

El gobierno rechazo la propuesta senalando que los primeros perjudicados iban a ser los trabajadores australianos.

Joel Hakim, titular de la Camara Franco-Australiana de Industria y Comercio, admitio que los negocios franceses en Australia estan siendo perjudicados pero advirtio que 40.000 empleados australianos que dependen de esas actividades sufriran las consecuencias.

Mientras la mayoria de los negocios franceses tienen que ver con la industria alimentaria, companias francesas tambien estan comprometidas en un proyecto de purificacion de aguas, un ferrocarril para las Olimpiadas del 2000 en Sidney y una carretera interurbana con Melbourne.

Hakim dijo que el efecto del boicot en la economia francesa sera imperceptible. "Australia tiene una cuota de apenas el 0,45 por ciento de las exportaciones francesas y, en terminos de PBI, el comercio es infimo".

La oficina comercial de Australia en Paris genera casi 365 millones de dolares estadounidenses por ano, dijo el comisionado comercial de Australia en Francia, Sallyane Atkinson.

Francia ha sido uno de los tres mayores compradores de lana australiana y pieles de oveja en el ultimo medio siglo, aportando 182,5 millones de dolares a la economia local todos los anos.

"Si los compradores franceses se marchan y comienzan a adquirir lana en Argentina, Uruguay y Sudafrica, nuestra balanza de pagos se vera afectada seriamente junto con los campesinos australianos que recien se estan recuperando de la sequia", apunto Atkinson.

"A veces me pregunto si no es que le declaramos la guerra a Australia", dijo el embajador frances Dominique Girard. "Francia y los franceses han sido tratados desproporcionadamente mal en esta cuestion", anadio.

Sin embargo, los activistas antinucleares se muestran desilusionados con la cautelosa actitud de Camberra sobre el problema de la contaminacion atomica en el Pacifico Sur.

"Este es el momento de pasar a la accion. Se puede mandar un buque desarmado, cancelar las ventas de uranio a Francia, dar apoyo a una resolucion de las Naciones Unidas. Hay muchas cosas que se pueden hacer pero el gobierno sigue inmovil", expreso Peter Garret, un activista antinuclear.

Los sindicatos han adoptado sus propias medidas. El 14 de julio el Sindicato de Transportistas decreto un boicot de 24 horas a los servicios aerocomerciales franceses en Australia. A su vez el sindicato de maritimos abogo por un boicot internacional contra los buques franceses vinculados con el programa nuclear.

Medicos y ejecutivos de publicidad estan juntando fondos y pretenden llegar al publico frances mediante avisos publicados en los diarios de ese pais.

Los avisos, que muestran un cementerio militar, estan destinados a recordar la participacion de los australianos en dos guerras mundiales sobre los campos de batalla de Francia.

"Ayudar a proteger a Francia de las bombas costo mucho a los australianos, ahora necesitamos que ustedes nos protejan a nosotros de las bombas", expreso uno de los avisos que deben ser publicados en Paris. (FIN/IPS/tra-en/ks/lnh/ego/en).

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