El uruguayo Javier Fernandez canta desde que tiene uso de razon y a partir del momento en que descubrio la opera lucha para consolidar un camino internacional que ahora se allana con el respaldo de Luciano Pavarotti.
Al cantante de 30 anos aun le cuesta reponerse de la emocion que lo sacudio cuando la semana pasada recibio un fax encabezado por la palabra "Congratulations".
Por esa via los organizadores del "Concurso Internacional de Canto Pavarotti" le informaban que habia sido seleccionado por el famoso tenor italiano como uno de los finalistas de ese evento.
El certamen tendra lugar entre el 5 y el 13 de noviembre en Filadelfia, Estados Unidos, donde Fernandez intentara integrar la compania internacional de Pavarotti, pero alli tambien tendra la ocasion de ser observado por empresarios que concurren en busca de nuevos talentos.
Este es el quinto concurso organizado por Pavarotti en los ultimos 14 anos. Desde el primero, en 1981, el cantante selecciona para las finales a un centenar de cantantes de todo el mundo entre casi dos mil postulantes.
Junto a Fernandez, quien para muchos es el mejor tenor uruguayo en su historia, tambien participaran sus compatriotas, el tenor Carlos Ventre y la soprano Josefina Costa, que ya comenzaron su carrera profesional en el exterior.
Tres uruguayos en un centenar de finalistas es mucho para un pais de 3,1 millones de habitantes, en el cual el arte lirico es secundario.
En este pais los espectaculos surgen con el impulso de "Pro Opera" una organizacion privada que tiene el respaldo personal del presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el melomano uruguayo Enrique Iglesias.
El camino transitado por Fernandez ha sido dificil. Nacido en Melo, una pequena ciudad fonteriza con Brasil, 450 kilometros al este de Montevideo llego a la capital del pais a los 16 anos "dipuesto a cantar".
"Mi unica meta era cantar. Lo logre en todos los generos y con ello mantengo a mi esposa y tres hijos, pero llegar a trabajar como profesional en el mundo de la opera ha sido muy dificil", dijo el cantante a IPS.
El aserto triene fundamentos. Logro vivir de su voz pero nunca pudo dedicarse a pleno al estudio del canto lirico.
Actualmente se viste con un uniforme para cantar melodias internacionales y tangos en la banda policial, luego se calza una toga e integra el coro de un organismo estatal, y en verano se pinta la cara, se disfraza y con voz engolada canta canciones de carnaval.
Los conjuntos de carnaval, una centenaria tradicion uruguaya, mueven el mayor numero de personas en el mundo del espectaculo durante los meses de febrero y marzo.
Este verdadero "tour de force" que obliga a Fernandez a pasar bruscamente de un genero a otro para mantener a su familia, no dano sus cuerdas vocales y contradice opiniones en contrario.
"Aunque muchos dicen que perjudica, esta convocatoria al cercamen Pavarotti indica lo contrario. Mi voz esta sana y esa actividad me permitio una soltura dificil de lograr", argumenta Fernandez.
"Yo no tengo necesidad de asirme a un piano para sentirme seguro sobre el escenario", afirma.
Su vinculo con las disciplinas populares es tan fuerte que "no las abandonare aunque ingrese al mundo de la Opera. Cuando mis oligaciones profesionales lo permitan, seguire cantando para el pueblo, porque con el me forme, y su respaldo me permitio mantener a mi familia".
En 1989, con el apoyo de reducido grupo de mecenas amigos, Fernandez salio por primera vez del pais dispuesto a intervenir en certamen Maria Callas, en Italia.
Llego a Siena y Venecia, solo, sin hablar el idioma, y sin dinero para contratar un pianista con quien ensayar.
Con todas esas dificultades "no pude avanzar demasiado, pero me fue bastante bien y fui elogiado por los organizadores".
De regreso a Uruguay, durante cinco anos, volvio a mezclar el uniforme policial y el maquillaje de carnaval con las clases de canto que toma con Gilda Dolara, su docente honoraria "desde siempre".
Uno de los principales impulsores de Fernandez, es el veterano cantante uruguayo Jose Soler, quien sostiene que Javier "es maravilloso" y que "si hubiera nacio en otro lado, tendria un prestigio mundial".
Soler, que hoy tiene 90 anos, compartio durantes dos decadas junto a Maria Callas y otros grandes de la opera, los principales escenarios de Europa y esta registrado como uno de los diez tenores que mejor interpretaron "Di quella Pira", de "Il Trovatore".
El anciano tenor, que actualmente vive pobremente en un barrio periferico de Montevideo, tiene muchos puntos de contacto con Fernandez.
Como el, nacio en una familia de escasos recursos, trabajo como albanil y telefonista, e integro conjuntos de carnaval, hasta que fue "descubierto" como poseedor de una voz prodigiosa.
"Con recorrer el mismo camino profesional que Soler, ya me sentiria satisfecho", dice Fernandez. (FIN/IPS/rr/95) (Sigue el Servicio)
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