Una ola de desordenes y violencia sacude los campos de refugiados del sudeste de Asia, donde decenas de miles de balseros vietnamitas cuentan los meses que restan para el retorno a su pais, acordado por la ONU y naciones asiaticas.
Las protestas aumentaron en los ultimos meses, en especial desde que la Organizacion de las Naciones Unidas (ONU) y paises del Sudeste Asiatico acordaron que 46.000 refugiados vietnamitas que solicitaron el asilo sean regresados antes de fin de ano.
A comienzos de este ano, fuerzas de seguridad de Malasia reprimieron un alzamiento en el campo de Sungai Besi, en las afueras de Kuala Lumpur, y lanzaron gas lacrimogeno a unos 1.000 refugiados.
En protestas similares en Hong Kong y Filipinas, los refugiados amenazaron con suicidio en masa si no se tienen en cuenta sus demandas de asilo en un tercer p