Comunidades costeras costarricenses, que solo tienen para ofrecer al turista las bellezas del oleaje y las arenas doradas de las playas, se han visto ultimamente obligadas a recibir, a cambio, un visitante nada amistoso: las drogas.
Los nativos de playas como Tamarindo se encuentran en el centro de la polemica en torno a los danos que acarrearia a la poblacion un turismo sin planificacion ni contrapesos, como el que permite la llegada de cocaina.
Tras el "boom" turistico de la decada pasada, las poblaciones ubicadas en la costa sufren las consecuencias de 15 anos de crecimiento desordenado de hoteles, restaurantes y condominios, la mayoria en manos de alemanes, italianos y estadounidenses.
Pero es el trasiego de cocaina lo que mas preocupa a las poblaciones que bordean Tamarindo y a los de esta playa.
"Aqui el problema es la coca, esta por todos lados", comento Alejandro Sanchez, resumiendo la opinion de muchos vecinos del lugar, como los guias de turismo Eddy Vallejos y Jose antonio Barrantes, o Hellen Acosta, presidenta de una organizacion comunal de Tamarindo.
Aunque nadie se atreve a indicar lugar o local que expenda la droga, todos coinciden en que "en cualquier parte se consigue".
"Claro que los jovenes andan con drogas. Ellos aprenden porque trabajan en las construcciones con extranjeros y estos les dan a probar. Conozco jovenes de 13 anos que consumen la droga", comento Barrantes.
Este joven, quien guia las visitas a un parque de tortugas, ubicado en una de las playas vecinas, afirmo que hace algun tiempo una avioneta con drogas fue sorprendida en un aeropuerto cercano a Tamarindo.
En la huida, los traficantes dejaron botados sacos llenos de un polvo blanco que los vecinos, por desconocer que se trataba de droga, utilizaron para marcar una cancha de futbol.
Sin duda, las drogas han penetrado en las playas y estan haciendo estragos entre la poblacion, sobre todo entre los jovenes.
Para muchos habitantes del area, la culpa la tiene la cara oculta del turismo: ese estimulo de los "vicios" y esa perdida de costumbres que vienen aparejadas con el ingreso de dinero.
Varios alumnos de un colegio de 370 estudiantes, cercano a las playas, estaban siendo investigados por autoridades administrativas y de la policia antidrogas, pero repentinamente no volvieron a clases.
Manuel Baltodano Mendez, director del centro de estudios, manifesto que un traficante, al que se le seguia la pista desde hacia tres meses, vivia en las inmediacionees del colegio, donde se lo detuvo.
"A mi me han dicho que los estudiantes ingresaban a la casa donde el vivia; pero yo nunca lo pude comprobar", comento.
Fernando Rodriguez, comandante de la policia que vigila las playas, confirmo que detuvieron a dos traficantes en ese canton.
Dadas las circunstancias, la coca parece seguir una ruta desde la capital hasta la costa, en avionetas y por via terrestre.
La directora regional de ensenanza, Angela Marcia Elizondo, afirmo que sin una denuncia por escrito, de los profesores y directores, las autoridades educativas no pueden iniciar una investigacion para determinar hasta donde la droga ha penetrado en los colegios.
Pero Baltodano indico que los traficantes o los compradores deben ser encontrados in fraganti, sobre todo si se trata de estudiantes, para poder formular una denuncia.
Rodriguez acepto que "la situacion es critica" pero argumento que esa delegacion tiene solo 56 policias para controlar 200 kilometros de costa, en los que hay unas 100 playas, por lo que su labor resulta limitada.
"Se oyen rumores de droga y prostitucion. Creo que eso es consecuencia del turismo, que aunque favorece el desarrollo de los pueblos, permite el ingreso de algunos extranjeros malos", comento.
Hellen Acosta, presidenta de la Asociacion Pro Mejoras de Playa Tamarindo, dijo que aunque no ha visto personalmente ningun caso, no puede negar que haya drogas en esa playa.
Por su parte, Carlos Rodriguez Santana, del estatal Instituto Sobre Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), sostuvo que se ha empezado a notar un mayor uso del llamado crack, derivado de la cocaina, y un inicio en las drogas licitas, como alcohol y cigarrillo, en edades cada vez mas bajas. (FIN/IPS/jlf/dg/ip-03/95