El silencio se apodero de las Fuerzas Armadas de Honduras, salpicadas en la ultima semana por revelaciones que confirman una vez mas su participacion directa en la desaparicion forzada de 184 personas en la decada pasada.
El jefe de las Fuerzas Armadas, general Luis Alonso Discua, se nego a comentar este lunes el vinculo castrense con la mayor historia de terror vivida en este pais centroamericano, bajo el manto de la guerra fria y la doctrina de seguridad nacional.
Discua dijo a la prensa que no tenia comentarios ante una serie de reportajes del diario estadounidense The Sun, de la ciudad de Baltimore, que revelan datos sobre la participacion militar en el caso de los desaparecidos, porque ya la oficina de Relaciones Publicas "dijo lo que tenia que decir".
"No tengo nada mas que decir, y en todo caso, seria bueno que se hablara tambien de la otra cara de la moneda: las cosas que hicieron los izquierdistas en este pais en cuanto a los secuestros y asaltos a importantes personalidades", anadio.
Senalado como el fundador de los escuadrones de la muerte a cargo del batallon de inteligencia 3-16, el jefe militar mantiene la postura de que el ejercito no tuvo nada que ver en las desapariciones.
Al aceptar que fue el primer comandante del 3-16, dijo que este fue creado para operaciones de "intereses de combate" en momentos en que se avecinaba una guerra con Nicaragua, tras asumir el poder los sandinistas.
"El 3-16 fue creado para apoyar esas operaciones de inteligencia e intereses en combate y yo estuve a su cargo por un espacio de dos meses, asi que no se nada mas sobre lo que pudo o no hacer este organismo", manifesto.
Discua, quien al mando del 3-16 era identificado bajo el seudonimo de "El Licenciado", es senalado por grupos humanitarios como el responsable directo en la desaparicion forzada de varias personas por causas politicas.
Este lunes, el ultimo reportaje del diario The Sun, senala que la vinculacion con la embajada de Estados Unidos en Tegucigalpa era tan estrecha que los diplomaticos norteamericanos "distorsionaban" los informes de derechos humanos para impedir una suspension en la ayuda militar.
Dentro de los testimonios recogidos por el diario, destaca el de Rick Chidester, uno de los mandos intermedios de la embajada en Honduras, quien afirma haber recibido ordenes de sus superiores para alterar la verdad sobre las violaciones de derechos humanos en este pais centroamericano.
Estas ordenes habrian sido dadas por el entonces embajador de Estados Unidos Jhon Dimitri Negroponte, quien ocupo el cargo durante cinco anos y fue considerado como el enemigo de los organismos de derechos humanos.
Segun la version de Chidester, las denuncias sobre desaparecidos y torturas fueron borradas del informe presentado al Departamento de Estado de Estados Unidos, porque habria que dar la imagen de que en Honduras el ejercito y el gobierno respetaban los principios democraticos.
Las revelaciones del diario norteamericano se producen en momentos en que la Fiscalia acuso a los militares de obstruir las investigaciones sobre el tema de los desaparecidos.
Marlin Dubon, fiscal encargada del caso, dijo que las Fuerzas Armadas quemaron la mayor parte de sus archivos de la decada de 1980, tiempo en que se cometieron las mas crueles violaciones de derechos humanos.
Esta quema de archivos era vital para la Fiscalia, pues se presume que alli se encontraban pormenores sobre secuestros y ejecuciones extrajudiciales a cargo de altos oficiales que hoy ocupan puestos importantes en la institucion militar.
Si bien los militares niegan la quema de estos archivos, son claros al buscar una especie de "olvido y perdon", aduciendo que lo ocurrido en la decada pasada era parte de la guerra fria.
Por ahora, los grupos humanitarios demandan del gobierno el castigo a los militares implicados en las desapariciones, asi como de aquellos que participaron en las torturas y hoy demandan el "perdon expreso" de la sociedad. (FIN/IPS/tm/ag/hd/95