Hace ya casi un mes que las luces del Hospital Justinien, unico centro medico estatal de esta ciudad del norte de Haiti, no iluminan los 12 vastos patios alrededor de su decena de edificios.
No hay electricidad, y en el hospital se utiliza kerosene, que tambien escasea.
"Los pacientes estan obligados a comprar su propio kerosene cuando tienen que pasar una intervencion quirurgica. Nadie nos cuida y el Ministerio de Salud Publica ya no funciona", dice un ginecologo.
Hace tres anos que la refrigeradora de la morgue no funciona y el espacio esta inundado de un olor fetido.
Los cuerpos que permanecen alli por mas de 48 horas son friamente arrojados a una tumba comun ubicada a unos 10 kilometros al este de Cap Haitien.
El personal se queja de forma constante de la falta de equipamiento para realizar autopsias y de material medico en general, no hay alcohol, ni algodon ni medicamentos, ni una ambulancia que pueda ir por un enfermo.
Las ratas han infectado las 260 camas del hospital y los mosquitos se ensanan con los pacientes. Muchas camas estan sin colchones, que se llevo el personal, que no cobro el salario por mas de un ano.
"Nos pagan cada tres meses", dice una enfermera con 21 anos de antiguedad que gana el equivalente a 60 dolares mensuales.
El salario de los medicos alcanza 175 dolares, suficientes apenas para pagar los gastos minimos y la gasolina del vehiculo.
Elinor, un hombre de 55 anos, esta parado con sus muletas frente al pabellon de traumatologia. Hace cinco meses que vive en el hospital y no recibio atencion medica por mucho tiempo.
No hay ningun traumatologo, y la pierna y cadera fracturada de Elinor se curan sin ayuda medica mientras el sospecha que vivira el resto de su vida discapacitado fisicamente.
"Mi hermano fue auxiliar de policia, me arresto antes de la invasion por golpear a uno de sus hijos y yo estaba en prision cuando los soldados estadounidenses dispararon sobre la policia en septiembre pasado".
"El estampido de los cohetes atemorizo a los prisioneros ese dia. Antes de irse, los soldados haitianos se tomaron el trabajo de cerrar con llave todas las celdas", relata.
"Quienes conocian bien el lugar organizaron una huida masiva. Yo no queria quedarme solo adentro y entonces tambien trepe por una pared y cai en un barranco, caida que me fracturo algunos huesos".
La mala suerte de Elinor fue acabar en el Hospital Justinien, que muchos pacientes abandonan debido a las miserables condiciones.
"En este hospital tenemos solo medicos de paso, que vienen de manera irregular y luego se van", declara un medico.
"Nadie ya viene a este lugar, no hay oficina de recepcion, no hay recursos y la gente ya no tiene confianza en el hospital", agrega.
Tres centros medicos menos importantes de la region activados por organizaciones no gubernamentales (ONG) y misiones extranjeras de la iglesia asistieron durante varios meses a los pacientes.
Muchos profesionales derivan pacientes a sus clinicas privados para hospitalizacion, y algunos incluso no dudan en aconsejarles no ir al Hospital Justinien en caso de enfermedad.
La necesidad de atencion medica aumento debido a los numerosos ataques en la ciudad de Cap Haitien desde el retorno del presidente Jean Bertrand Aristide, relato una enfermera del pabellon de urgencias. (FIN/IPS/trad-eng/hm/imc/da/pf/95