Una fuerte polemica se desato en Argentina por la actitud de la Iglesia durante la pasada dictadura militar, tras las recientes revelaciones de un marino sobre la complicidad de clerigos en hechos represivos.
El vicepresidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Emilio Bianchi Di Carcano, desligo este miercoles a la Iglesia, como institucion, de las denuncias del oficial de la Armada Adolfo Scilingo.
En declaraciones al diario Pagina 12, el militar acuso a jerarcas catolicos de haber respaldado la represion ilegal durante el ultimo regimen de facto (1976-1983).
En declaraciones radiales, Di Carcamo repudio este miercoles a quienes participaron en hechos de ese tipo, "contrarios al Evangelio", y aseguro que no hubo una postura organica de la cupula de la Iglesia de apoyar la"guerra sucia" desatada por los militares contra la oposicion.
Scilingo aseguro que autoridades eclesiasticas fueron consultadas por las Fuerzas Armadas para hallar "una forma cristiana, poco violenta" de ejecutar a opositores politicos, lanzados vivos hacia el mar desde aviones entre 1976 y 1977.
El capitan de corbeta admitio que participo en dos ocasiones en esos operativos, que condujeron a la muerte de 2.000 personas, que hoy figuran en las listas de 30.000 "desaparecidos" divulgadas por organizaciones de defensa de los derechos humanos.
Graciela Daleo, sobreviviente del centro clandestino de detencion de la Escuela de Mecanica de la Armada (ESMA), de donde partian los "vuelos", dijo este miercoles que los operativos ocurrian una vez a la semana.
Las victimas eran informadas por los militares de que serian trasladadas "a un campo de recuperacion del sur" del pais, para lo cual eran "vacunadas" (en realidad adormecidas antes de ser llevadas a los aviones).
Al evaluar la actitud de autoridades de la Iglesia en esa etapa, Ruben Dri, de Encuentro Cristiano, recordo el apoyo del entonces nuncio apostolico Pio Laghi a la represion ejercida por las Fuerzas Armadas argentinas.
De acuerdo a Dri, Laghi -luego promovido a la Nunciatura de Estados Unidos- dijo que "el pais tiene una ideologia tradicional y cuando alguien pretende imponer otro ideario diferente y extrano, la nacion reacciona como un organismo con anticuerpos frente a los germenes, generandose asi la violencia".
"En este caso -anadio en aquella ocasion el alto clerigo- habra que respetar el derecho hasta donde se pueda".
Las deliberaciones de la jerarquia catolica en una sede de retiros espirituales donde habitualmente reina un clima de tranquilidad, se volvieron tensas tras las denuncias del militar.
Varios de los 80 obispos asistentes a las sesiones, finalizadas este miercoles, reclamaron que la institucion pida perdon si se comprueban los dichos de Scilingo, pero otros de sus homologos asumen una postura diferente.
En la reunion, celebrada en una localidad cercana a Buenos Aires, se hizo presente la presidenta de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien reclamo que todos los obispos asistentes a la reunion condenen la metodologia de la "desaparicion" de personas.
Bonafini sostuvo que la Iglesia fue institucionalmente complice de esos hechos ilegales.
Recordo en ese sentido que Antonio Plaza, el fallecido arzobispo de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, habia declarado que "siete horas de tortura no es pecado".
Las Madres de Plaza de Mayo realizan cada jueves, desde hace 18 anos, manifestaciones en la centrica Plaza de Mayo, ubicada frente al palacio gubernamental, en reclamo de informacion sobre el paradero de sus hijos desaparecidos.
Personalidades de la cultura, religiosas y comunicadores sociales reclamaron la divulgacion de la lista "de aquellos que ingresaron y nunca volvieron de los campos de concentracion".
Similar solicitud asumieron entidades defensoras de los derechos humanos, segun las cuales "los archivos de la represion se encuentran en la Secretaria de Inteligencia del Ejercito (SIE), posiblemente microfilmados". (FIN/IPS/of/dg/np-hr/95