El conflicto de los controladores aereos de Venezuela, por el que fueron militarizadas todas las torres de control desde el domingo pasado, comenzo a ceder hoy tras reunirse dirigentes gremiales con el ministro del Trabajo, Juan Garrido.
Garrido dijo que se trato de una primera reunion auspiciosa, pero dio a entender que el retiro de los militares de las torres dependera de "ordenes superiores", es decir del presidente Rafael Caldera, quien cosecho aplausos del publico usuario al colocar el trafico aereo en manos de uniformados.
"Fue una reunion relativamente corta, sin avance considerable, pero se abrio el camino del dialogo", dijo Garrido al explicar que el gremio de controladores presento una propuesta de cuatro puntos para zanjar el conflicto.
Esos puntos son la reincorporacion de los trabajadores a sus empleos, la salida de las Fuerzas Armadas de las cabinas, la discusion de las reivindicaciones que detonaron el conflicto y la revision de equipos e instalaciones cuyos defectos arriesgan la seguridad de la aviacion civil.
Los controladores suman unos 700 y decenas de ellos estan en edad de jubilarse, con 80 por ciento de su salario segun su convencion de trabajo, pero el Ministerio del Transporte no ejecutaba esa clausula, por lo que fueron a conflicto.
La protesta consistio en tornar lento el trabajo aplicando de modo estricto normas internacionales para espaciar vuelos en caso de que los controles electronicos y radioayudas de los aeropuertos presenten insuficiencias.
En la practica, el aeropuerto de Caracas, donde en ocasiones despegaban o aterrizaban 60 aviones en una hora, solo atendia unos seis vuelos por hora durante los diez dias de conflicto, hasta que el domingo ultimo Caldera ordeno la militarizacion.
La medida fue saludada como demostracion de autoridad por la mayoria de los usuarios, pero desde la oposicion politica y en columnas de prensa se alerto contra los riesgos de apelar a las Fuerzas Armadas para solucionar conflictos laborales.
Caldera dijo en una reunion de 300 oficiales que "no estan dispuestos, ni el gobierno ni las Fuerzas Armadas, a tolerar que ningun grupo, por importante que sea, sea capaz de interrumpir o de restringir servicios publicos fundamentales".
Ese elemento politico y la necesidad de negociar las demandas de los controladores probablemente hara que los militares manejen las torres de control durante todo el asueto de carnaval, una de las tres temporadas anuales con mayor densidad de trafico aereo.
Garrido afirmo que no quiere que los controladores civiles se reintegren "sin haberles solucionado el problema que dio origen a este conflicto", pues seria exponerse a que repitiesen las acciones que llevaron a la militarizacion.
Por otra parte, el juez penal Humberto Mendoza, quien hace una semana dicto un amparo a favor de las empresas de transporte aereo y en contra de los controladores, dictamino este viernes que los gremios no respetaron ese amparo y sus dirigentes deben ser sancionados. (FIN/IPS/hm/dg/np/tl/95
