El mito de los periodistas con el sempiterno cigarrillo en un angulo de la boca esta condenado a desaparecer por imperio de la evolucion del tiempo, las costumbres… y los ambientalistas, especialmente los ex fumadores.
Un juez laboral de Turin, 720 kilometros al norte de Roma, acogio la peticion de 59 periodistas del diario "La Stampa", uno de los mas importantes de Italia, de ser tutelados del humo proveniente de sus colegas fumadores.
El juez Edoardo Denaro no prohibio fumar dentro del diario pero dictamino que "La Stampa" debe adoptar medidas para proteger a los no fumadores de la inhalacion del llamado "humo pasivo".
Los fumadores deberan recluirse en algun salon aislado y estaran obligados a no encender ningun cigarrillo, cigarro de hoja o pipa en la redaccion general mientras trabajan.
"No se como hare… Si no fumo no puedo pensar ni escribir. Despues de 20 anos, habituarse a otra rutina es espantoso…', lamento un cronista del matutino turines.
Sin embargo, la cruzada de los no fumadores no termino con la decision judicial. Los 59 pediran a los propietarios de "La Stampa", cuya mayoria accionaria detenta Fiat, el primer grupo industrial privado del pais, un resarcimiento por los anos trabajados aspirando el humo pasivo.
Expresaron que si obtienen una compensacion, destinaran el dinero a un instituto que investiga el cancer al pulmon.
La sentencia tambien causo satisfaccion a la organizacion ecologista "Legaambiente" porque, segun dijo su presidente, Ermete Realacci, "se ha dado otro importantisimo paso en la tutela de la salud".
Segun el Instituto Nacional de Estadisticas (Istat), disminuyo el numero de fumadores en Italia del 31,5 por ciento en 1991, al 28,7 en 1993.
Los hombres fumadores eran el 39 por ciento y disminuyeron al 38,2, mientras las mujeres bajaron del 24,6 al 20,4.
El 13 por ciento fuma un promedio de entre 10 y 20 cigarrillos diarios, el 10,6 menos de 10, el 5,8 mas de 20 y el 0,4 prefiere cigarros o pipa.
Los decesos atribuidos al tabaco en Italia oscilan entre 60.000 y 80.000 al ano, segun los ambientalistas.
Sin embargo, el Consejo Nacional de Investigaciones, maximo organismo oficial de consulta cientifica, dijo que no esta absolutamente demostrado que el cigarrillo provoque cancer al pulmon si bien agrava otras afecciones a las vias respiratorias.
Los fumadores italianos gastan anualmente en la adquisicion de tababo unos 5.000 millones de dolares.
En Italia se mantiene aun en vigor una ley sobre el tabaco que se remonta al 11 de noviembre de 1975. Otra serie de iniciativas presentadas en los ultimos 20 anos no prosperaron.
A esa ley se debe que no se pueda fumar en los cines, los autobuses y las escuelas, pero se continua encendiendo cigarrillos en las salas de espera de todos los medios de transporte, incluidos los aviones.
La ley contempla la posibilidad de fumar en aquellos lugares donde se instalen "adecuados sistemas de ventilacion", por lo tanto, resulta factible incluso en algunos cines, teatros, museos, galerias de arte y bibliotecas.
En los sucesivos proyectos, que no han llegado a transformarse en ley, se prohibia tajantemente fumar en restaurantes, negocios y en vuelos de cabotaje o internacionales de duracion inferior a las dos horas.
El ministro de Salud, Elio Guzzanti, sostuvo que "donde no se logra modificar una actitud nociva con una justa informacion y con una oportuna educacion, es bienvenida la disciplina", e invito al Parlamento a discutir el proyecto de ley presentado por el anterior titular de esa cartera, Raffaele Costa.
Guzzanti dijo que considera el humo "uno de los riesgos ambientales mas importantes porque la prevencion de las enfermedades en la poblacion debe ser una de las tareas principales del Estado".
Sin embargo, sobre el problema del humo existe a nivel oficial una situacion ambigua. Por un lado, el Estado, con sus normas, prohibe fumar en ciertos lugares y ordena escribir en los paquetes de cigarrillos que el tabaco hace mal a la salud.
Por otra, es el mismo Estado que vende el producto porque tiene el monopolio de la venta de tabaco, a traves del cual recauda importantes impuestos y al que recurren siempre con gran facilidad todos los gobiernos, sin excluir el actual.
Italia esta lejos aun de la cruzada contra el tabaco vigente Estados Unidos, donde los fumadores se han transformando en verdaderos parias de la sociedad moderna.
"He escrito personalmente el reglamento antitabaco en vigor en el New York Times", se vanaglorio Arthur Sulzberger, quien desde hace algunos anos heredo el diario de familia.
"Las normas son muy simples: nadie puede fumar dentro de nuestro edificio, excepto el presidente, es decir, mi padre, que esta autorizado a encender un cigarrillo despues de almuerzo pero encerrado en su despacho", explico.
Como en el New York Times, tambien en todos los otros diarios norteamericanos ha terminado definitivamente la epoca de las redacciones llenas de humo.
"Lo mismo va a ocurrir en las redacciones italianas", pronosticaron los 59 de "La Stampa".
"La persecucion contra los fumadores se ha transformado en una suerte de abuso de los derechos humanos. Son los leprosos del siglo XXI y, como ocurre siempre con los renegados, los mas fanaticos inquisidores son justamente los ex fumadores", comento el periodista Pino Cimo, que se autodefinio "un ex fumador con sentido comun".
Pablo Frajese, corresponsal de la radiotelevision italiana (RAI) en Francia, recordo que en 1987, durante el gobierno del socialista Bettino Craxi, se quiso exhumar e imponer por decreto un proyecto de ley prohibiendo fumar en lugares publicos>
"La iniciativa fracaso porque de los 27 ministros que integraban en esa epoca el gabinete, 17 eran fumadores empedernidos, incluyendo al propio Craxi", senalo Frajese.
En Madrid, un grupo de periodistas ya creo una Asociacion para la Proteccion de los Derechos del Fumador. (FIN/IPS/jp/ego/en-he).
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