Decenas de miles de personas, entre las que se contaban numerosos inmigrantes del Tercer Mundo, participaron hoy en una manifestacion contra el racismo en la capital italiana, convocada por las tres grandes confederaciones sindicales y asociaciones catolicas.
"Queremos un mundo multicolor", fue la consigna mas utilizada por los manifestantes, que habrian sido 30.000, segun la policia, o 100.000, de acuerdo con los organizadores, y llegaron de todos los puuntos del pais.
El acto recibio un mensaje de adhesion el presidente de la Republica, Oscar Luigi Scalfaro.
Despues de marchar por el centro de la ciudad, los manifestantes se concentraron ante una plaza, donde se alternaron intervenciones politicas y espectaculos musicales.
La demostracion tuvo el proposito de protestar ante agresiones verificadas en algunas ciudades contra inmigrantes. Una joven eritrea, embarazada de siete meses, fue golpeada por tres hombvres, en uno de los episodios condenados por la manifestacion.
Las organizaciones de inmigrantes piden el derecho a voto en las elecciones municipales para los extranjeros con residencia en Italia durante un minimo de cinco anos.
Tambien solicitan que se regule la concesion de permisos de residencia y la autorizacion para el desempeno de trabajos estacionales, que atraen a Italia a jornaleros de los paises africanos.
La manifestacion conto con la presencia de Massimo d' Alema, secretario del Partido Democratico de Izquierda (PDS), del lider de Refundacion Comunista, Fausto Bertinotti, y del director de Caritas Italia, Luigi di Liegro.
Maurizio Gasparri, dirigente de la derechista Alianza Nacional, que integro el anterior gobierno, encabezado por Silvio Berlusconi, aseguro que su partido es contrario al racismo, aunque apoya la expulsion de los inmigrantes ilegales.
Gasparri anuncio que el llamado Polo de la Libertad, la coalicion de centro derecha que dirige Berlusconi, presentara un proyecto para cambiar la actual ley sobre la emigracion.
La iniciativa, segun Gasparri, perseguira a los inmigrantes clandestinos, haciendo mas rapida y expedita la expulsion y al mismo tiempo se incrementaran los controles de frontera.
El proyecto apunta a permitir el ingreso en el pais solo de quienes puedan exihibir un contrato de trabajo, una condicion dificil de superar en un pais donde la desocupacion afecta a tres millones de personas, 12,6 por ciento de la poblacion economicamente activa. (FIN/IPS/jp/ff/pr-hr/95)