El gobierno de Bill Clinton no ha cambiado realmente la politica de Estados Unidos contra el trafico de drogas, pese al abandono de la retorica militar que predomino en la pasada decada, segun opino un experto.
"La administracion democrata habla mejor que la anterior pero va por los mismos caminos", expreso Rob Stewart, miembro de la Fundacion para la Politica Antidrogas, una organizacion no gubernamental.
"No existe nada radicalmente nuevo, o siquiera un avance sobre lo conocido", dijo Stewart, sin perjuicio de senalar que ya no se habla de la "guerra a las drogas" como en el pasado.
"Mi mensaje a los barones de la droga es este: vuestro tiempo se ha acabado", declaro en cierta oportunidad George Bush, cuando ocupaba la presidencia (1989-1993). En cambio, Clinton dice que la mision sera cumplida por el comercio, en lugar de las armas.
El gobierno de Washington amenazo esta semana con aplicar sanciones comerciales a los paises que producen drogas.
Lee Brown, director de la Oficina Nacional para la Politica de Control de Drogas, advirtio que la semana proxima se adjudicara la categoria de centros de produccion o alijo de drogas a varias naciones que no han cooperado con la politica de Estados Unidos
"Llevaremos adelante el proceso legal de certificacion de esa condicion para aquellos paises que no hacen los que deberian hacer en la lucha contra el trafico de drogas", dijo Brown.
Agrego que el 1 de marzo se anunciara la lista de los paises que no cumplen con las exigencias de Estados Unidos en la materia, en cumplimiento de una ley de 1988.
Stewart destaco que, como en el pasado, Washington espera que otros paises le hagan el servicio de perseguir a sus propios barones de la droga.
El experto hizo notar que el nuevo presupuesto de la politica antidrogas recorta casi la mitad de los fondos para actividades represivas, que quedan en 1.200 millones de dolares.
Asi mismo, el esfuerzo para impedir el suministro y la circulacion de drogas en Estados Unidos todavia deja atras los intentos de restringir la demanda, segun Stewart.
Investigaciones de la Fundacion para la Politica Antidrogas evidenciaron que el gasto para perseguir el narcotrafico aun insume 65 por ciento del capitulo relativo a las drogas del nuev presupuesto, mientras las actividades para reducir la demanda, como los tratamientos medicos, solo llevan 35 por ciento.
Los paises senalados como renuentes a la colaboracion con la administracion norteamericana veran interrumpidas sus relaciones comerciales con Estados Unidos, de acuerdo con la ley de 1988.
La unica excepcion sera el comercio de bienes con fines humanitarios o de productos para la lucha contra la droga. Tambien se bloquearan los prestamos del Banco Mundial a esos paises.
Colombia y Bolivia se han convertido en los ultimos tiempos en el blanco principal de estas amenazas de sancion, pues el trafico de cocaina sigue siendo muy fuerte en ambos paises. No obstante, ninguno de los dos corre verdadero peligro de perder sus ventajas comerciales.
Nigeria, Siria, Iraq y Birmania, los unicos estados que en el momento presente enfrentan posibles sanciones como productores de droga mantienen minimas relaciones con Estados Unidos, debido a razones politicas.
En cuanto a Colombia, Brown dijo que su gobierno deberia combatir al cartel de Cali de la misma forma que desmantelo al de Medellin, capturando y matando al jefe, Pablo Escobar, en 1992.
Stewart cree que el disgusto de Washington con Bogota proviene de que el gobierno colombiano ha resistido las tentativas de Estados Unidos de establecer una base militar antidroga en la ciudad de Cali.
La mayoria de los gobiernos detestan la idea de ser vistos como perseguidores de su propia gente en nombre de Estados Unidos, y esa fue la razon que llevo al presidente colombiano Ernesto Samper a suspender el plan de Cali, senalo el experto.
La opinion publica estadounidense se manifiesta esceptica ante la persecucion al trafico de drogas y cree perdida la batalla del gobierno, de acuerdo con encuestas.
En consecuencia, la administracion Clinton ha puesto un mayor acento en la prevencion, la educacion y el tratamiento de los adictos. Tambien ha admitido fracasos en estos terrenos.
El mismo Brown reconocio que a pesar de una leve declinacion del consumo en el pais, el numero de usuarios de drogas duras no ha disminuido, mientras vuelve a crecer la adiccion entre los jovenes. (FIN/IPS/tra-en/fah/yjc/arl/dn/95