Antonio Di Pietro, quien fuera uno de los principales magistrados de la operacion judicial Manos Limpias contra la corrupcion politica, podria ser el nuevo jefe del gobierno italiano, segun afirmaron hoy medios de prensa locales.
"Si las instituciones me necesitan, si el Estado me llama, yo estoy dispuesto a volver", declaro Di Pietro a personas que lo entrevistaron, lo cual abrio de inmediato conjeturas sobre la posibilidad que encabece el proximo gobierno.
Con sus investigaciones sobre la corrupcion politica, Di Pietro impulso decisivamente el cambio de la vieja clase dirigente y la disolucion la Democracia Cristiana y el Partido Socialista, que gobernaron Italia los ultimos 50 anos.
El presidente de la Republica, Oscar Luigi Scalfaro, continuo esta semana las consultas con representantes de fuerzas politicas para tratar de superar la crisis de gobierno abierta hace cinco dias con la renuncia del primer ministro, Silvio Berlusconi.
Berlusconi no espero el resultado de un debate parlamentario abierto el miercoles ultimo sobre tres mociones de censura a su gobierno y opto por dimitir.
Scalfaro podria nombrar a un nuevo jefe del ejecutivo o convocar a elecciones parlamentarias, a solo nueve meses de realizados los comicios anteriores.
Scalfaro espera poder terminar las consultas, iniciadas inmediatamente despues de la renuncia de Berlusconi, el viernes.
Segun las encuestas, mas del 70 por ciento de los italianos es favorable a que Di Pietro encabece el nuevo gobierno. El magistrado cuenta con el apoyo no solo de los opositores a Berlusconi, sino tambien de politicos de la ex coalicion gobernante, integrada por Forza Italia, los neofascistas de Alianza Nacional y la Liga Norte.
Di Pietro siempre sostuvo que "el pais tiene una gran necesidad de que se cambien las reglas del juego", sobre lo cual coincide Scalfaro y los opositores a Berlusconi.
Esas fuerzas, ademas de la Liga Norte que con su retiro del gobierno provoco la caida de Berlusconi, plantean la necesidad de una reforma electoral que establezca el segundo turno.
Tambien promueven la introduccion del federalismo, que es la maxima prioridad del programa de la Liga Norte, asi como la aprobacion de una ley antimonopolio que fije la separacion entre intereses publicos y privados.
La ausencia de esa ley fue duramente criticada por los opositores de Berlusconi, propietario de Fininvest, el segundo imperio economico privado de Italia despues de Fiat, cuya facturacion anual asciende a 7.000 millones de dolares.
Por otra parte, se baraja la posibilidad de un gobierno encabezado por el ex presidente (1985-92), Francesco Cossiga, en el cual Di Pietro podria tener un puesto de relevancia.
Berlusconi le ofrecio la cartera de Justicia cuando formo su gobierno en mayo pasado, pero Di Pietro la rechazo porque queria continuar adelante con las investigaciones de Manos Limpias, que habia iniciado en febrero de 1992.
Entre los indagados figura tambien Berlusconi por el pago de comisiones ilegales por un total de 203.000 dolares que efectuaron algunas de sus empresas para sobornar a policias tributarios.
Scalfaro podria tambien nombrar a un primer ministro "explorador", es decir, encargado de corroborar con los partidos politicos si existe la posibilidad de formar un gobierno sin recurrir a las elecciones parlamentarias anticipadas.
Para ese cometido circula el nombre del actual presidente del Senado, Carlo Scognamiglio, de Forza Italia, quien desempena el segundo cargo institucional del pais despues del jefe del Estado.
Berlusconi ha insistido que la unica solucion son las elecciones y anuncio su firme proposito de no permitir que el lider de la Liga Norte, Umberto Bossi, "entregue el gobierno a los comunistas".
Berlusconi aludio a la posibilidad que la Liga Norte constituya un gobierno aliandose con los ex comunistas del Partido Democratico de Izquierda (PDS) y ex democristianos del Partido Popular (PPI).
La Liga Norte se opone a la convocatoria de elecciones anticipadas porque teme perder una buena parte de sus legisladores.
Actualmente, la Liga cuenta con 101 diputados de un total de 630, con lo cual es la primera fuerza de la Camara baja, y con 52 senadores sobre 315, pero corre el riesgo de dividirse porque una parte de sus parlamentarios desean que se constituya un gobierno similar al encabezado por Berlusconi.
Los opositores de Bossi sostienen que representan a un tercio de esos parlamentarios. (FIN/IPS/JP/EGO/NP).
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