El presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia, monsenor Pedro Rubiano Saenz, pidio hoy a la guerrilla una senal de su voluntad de paz, en particular la liberacion de decenas de secuestrados.
En declaraciones a la radio Caracol, el religioso, recientemente designado po el Papa Juan Pablo II como nuevo arzobispo de la ciudad de Santafe de Bogota, clamo por la liberacion de los secuestrados que permanecen en poder de los grupos guerrilleros.
"Esa seria la mejor senal" de que "la esperanza de la paz en Colombia es posible" y de que la guerrilla quiere buscar "el camino de la paz".
Descarto asimismo la posibilidad de que la liberacion de los secuestrados se convierta en requisito fundamental para iniciar un proceso de dialogo con los grupos subversivos, ya que "el gobierno no la ha querido poner como condicion".
Evoco el clamor de las familias que sufren en carne propia el secuestro de uno de los suyos.
En Colombia se presenta un promedio total de 3,3 secuestros diarios, segun un informe del Centro de Investigaciones Criminologicas de la Policia.
Fuentes del Comando General del ejercito confirmaron que 932 personas fueron secuestradas por delincuentes en el pais en 1994, sin incluir los secuestros temporales de horas y los cometidos por motivos diferente al economico.
La efectividad de los grupos de rescate de la Policia, las Fuerzas Armadas y el Departamento Adiministrativo de Seguridad (DAS) muesta que tan solo 18 por ciento de los secuestrados en Colombia son rescatados.
Asi, de las 932 personas raptadas en el presente ano se logro el rescate de 168.
Rubiano afirmo que el secuestro es "el crimen mas atroz que se pueda cometer".
Ante la posibilidad de que su llamado no fuera escuchado, el sacerdote dijo que "la vida es tan importante que merece que se hagan sacrificios" y que Colombia debe contar con alternativas al conflicto.
Rubiano formulo el mismo llamado, 70 dias atras, cuando sesiono en Bogota la asamblea de la Conferencia Episcopal. En esa ocasion la propuesta iba dirigida tambien al gobierno, para que la incluyera como requisito para iniciar el proceso de paz.
El nuevo arzobispo de la capital colombiana asumira sus funciones en el mes de febrero de 1995. (FIN/IPS/gcc/dg/np/94