El ejercito de Peru continua distribuyendo armas a las organizaciones paramilitares campesinas, a pesar de declaraciones oficiales segun las cuales las guerrillas dejaron de representar un peligro.
Segun afirmaron fuentes vinculadas al comando conjunto de la fuerza armada, el general Pedro Moreano presidio este lunes la ceremonia de entrega de 140 escopetas de 12 milimetros a rondas campesinas en el valle de San Miguel, a corta distancia de Lima.
Las rondas campesinas, que fueron una iniciativa popular surgida en la decada del 70 para enfrentar a los cuatreros, fueron utilizadas por el gobierno del presidente Alberto Fujimori como organismo de autodefensa rural contra los guerrilleros del partido Sendero Luminoso.
El general Moreano llego este lunes en helicoptero a San Miguel, valle ubicado en Huaral, a unos 300 kilometros al norte de Lima, en donde lo esperaban los 350 peones que conforman las 14 rondas campesinas del lugar y entrego a cada comunidad 10 escopetas.
Moreano dijo en su discurso a los campesinos que las armas eran prestadas por el ejercito y los exhorto a "mantenerse vigilantes ante los rezagos de la subversion".
El gobierno de Fujimori y el ejercito distribuyeron alrededor de 10.000 escopetas de fabricacion britanica entre las rondas de la sierra sur y central, en donde Sendero Luminoso habia logrado generar una fuerte base social.
Esas armas se sumaron a las que poseian algunos pocos campesinos, y a las llamadas "tirachas", armas de fuego artesanales, capaces de disparar un solo tiro, que aprendieron a fabricar los ronderos.
Los guerrilleros realizaron sangrientos ataques contra aldeas rurales y comunidades nativas que aceptaron crear rondas campesinas, pero no lograron disuadirlas de su iniciativa.
Provistas de armamento y entrenadas por el ejercito, las rondas expulsaron a los comisarios dejados por los guerrilleros, dificultaron los desplazamientos de las organizaciones subversivas y finalmente les quitaron el espacio geografico rural de la sierra.
Los analistas consideran que la accion de las rondas empujo a los senderistas a concentrarse en la selva, en donde se aliaron con los productores de coca y los narcotraficantes, e indujeron a sus dirigentes a apresurar el asalto a Lima.
Pese a los golpes que recibio, incluida la caida de su lider, Abimael Guzman, en septiembre de 1992, algunos militantes de Sendero Luminoso continuan operando, aunque se descarta que puedan representar un peligro. (FIN/IPS/al/dg/np/94