Las recientes elecciones generales mostraron la doble evidencia de un Brasil considerablemente modernizado que conserva bolsones atrasados donde las oligarquias locales siguen dominando la vida politica, opinaron observadores.
La modernizacion se manifesto en la victoria de los representantes del ala moderada del Partido de los Trabajadores que obtuvieron dos gobiernos provinciales, el del Distrito Federal de Brasilia y el del pequeno estado de Espirito Santo.
En el primer caso, la votacion popular consagro al profesor Cristovao Buarque, un respetado intelectual que fue rector de la Universidad de Brasilia y se cuenta entre los defensores de una linea mas pragmatica y flexible para su partido.
En el segundo caso, los votantes optaron por el equilibrio y la experiencia del medico Victor Buaiz, ex alcalde de la ciudad de Victoria, para enfrentar a la violencia explicita de la extrema derecha de Espirito Santo, representada por el ex policia y confeso integrante de escuadrones de exterminio Dejair Camata.
En el mismo sentido debe interpretarse la victoria, en los tres mas importantes estados del pais -Sao Paulo, Minas Gerais y Rio de Janeiro-, del mismo Partido de la Socialdemocracia Brasilena a que pertenece el presidente electo Fernando Henrique Cardoso.
"Si se mira el panorama en su conjunto, lo que se destaca es el comportamiento de sorprendente lucidez del electorado, que voto racionalmente, madurado por las decepciones y harto de las mentiras", observo el veterano comentarista politico Vilas Boas Correia.
Pero la moneda tiene otra cara cuando se enfoca lo ocurrido en la region noreste, la mas miserable del pais, donde las oligarquias siguen ejerciendo su dominio y acordando entre si el relevo de quienes ocupan los puestos de comando politico.
En Paraiba, el gobernador electo es el senador en fin de mandato Antonio Mariz, apoyado por las familias Lucena y Cunha Lima, autenticas representantes del patriciado local.
Aunque aun puede ser despojado de su mandato de senador reelecto debido a un juicio por uso de bienes publicos para su propaganda electoral, Humberto Lucena, ex presidente del Senado, sigue siendo una potencia en la politica paraibana.
Su aliado Ronaldo Cunha Lima, ex gobernador del estado y senador electo, consiguio ademas la proeza de llevar a Brasilia a su hijo y a su hermano, como diputados federales por Paraiba.
Algo parecido ocurrio en Bahia, donde Antonio Carlos Magalhaes fue electo senador despues de haber dejado el gobierno del estado. Su colaborador Waldeck Ornellas conquisto la segunda banca senatorial y su hijo Luiz Eduardo, electo diputado con la mayor votacion, debe ser el proximo presidente de la Camara Baja.
Magalhaes, que era un modesto periodista cuando entro a la actividad politica, es actualmente dueno de una de las mayores fortunas de Bahia, reforzada por un imperio de emisoras de radio, television y diarios, y en el segundo turno electoral consiguio la victoria de su candidato al gobierno local, Paulo Souto.
En el estado de Maranhao el ex presidente y actual senador Jose Sarney, despues de una batalla electoral librada voto a voto en la que se abuso de las distribuciones de comida entre los votantes, consiguio obtener la victoria de su hija Roseana en la disputa por el gobierno del estado.
El clan Sarney, que domina la politica maranhense desde el principio del regimen militar impuesto en 1964, tambien apoya su poder en nutridas redes de radio, television y diarios, y mantuvo en la Camara de Diputados al hijo mayor del patriarca Jose Sarney.
En Sergipe, el senador saliente Albano Franco se convirtio en el nuevo gobernador provincial. Franco ocupo durante muchos anos la presidencia de la Confederacion Nacional de Industrias, basado en los votos de las federaciones de los poco industrializados pero numerosos estados de la region noreste.
Pero en materia de permanencia en las proximidades del poder hay pocos casos comparables al de la familia del senador Marco Maciel, de Pernambuco, que desde hace 300 anos ejerce el poder en el estado, aunque en esta eleccion haya perdido el gobierno ante el viejo lider socialista Miguel Arraes.
Maciel, que fue gobernador, ministro y lider parlamentario en los anos del poder militar (1964-85), fue ministro del primer presidente civil, Jose Sarney, lider en el Senado durante la presidencia de Fernando Collor de Mello, y ahora es vicepresidente de la Republica, electo junto a Cardoso. (FIN/IPS/rb/dm/np/94