El presidente de Bolivia, Gonzalo Sanchez de Lozada, descarto definitivamente la posibilidad de realizar una campana internacional para despenalizar la hoja de coca, porque seria un esfuerzo condenado al fracaso y por el reiterado rechazo de organismos internacionales a esa propuesta.
"Hemos eliminado ese planteamiento porque no tendria exito, igualmente que creemos que las propuestas de legalizacion (de las drogas) no va a tener exito", dijo el presidente en una reunion con corresponsales de agencias internacionales de noticias acreditados en este pais.
El mandatario dejo de lado asi uno de los acuerdos principales que habia firmado su gobierno el 16 de septiembre con organismos representantivos de la sociedad, entre ellos productores de coca, central obrera, empresarios, periodistas y propietarios de medios de comunicacion, Iglesia, Fuerzas Armadas y Policia.
Sanchez de Lozada revelo que la decision de no llevar adelante esa campana surgio luego de la reunion que sostuvo con representantes de organismos internacionales y gobiernos cooperantes con la lucha antidroga, que rechazaron enfaticamente cualquier propuesta en ese sentido.
La determinacion de abandonar una campana en favor de la coca, que nunca nacio, marca un giro radical en la politica boliviana frente a este cultivo, considerado benefico en sus usos medicinales y tradicionales, aunque tambien es la materia prima para la fabricacion de cocaina.
El anterior mandatario, Jaime Paz Zamora (1989-1993) habia sido el principal impulsor de un esfuerzo internacional por despenalizar la hoja, con el eslogan "coca no es cocaina", que repetia el mandatario en sus viajes al exterior, y con una hoja de coca que utilizaba como prendedor en su solapa.
Pero Sanchez de Lozada dio un giro de 180 grados a esa estrategia, al afirmar que "coca es cocaina", porque la gran mayoria de los cultivos de esa hoja tienen como destino el narcotrafico.
"Esa campana no la vamos a hacer porque no es aceptable para la comunidad internacional. Y son argumentos atendibles, porque todo el mundo cultivando coca y tratando de controlar cuanto es para usos inofensivos y cuanto para el narcotrafico, seria todo un problema", confeso Sanchez de Lozada.
El primer mandatario tambien ratifico la politica oficial de su gobierno, que es de plena adhesion a la Convencion de Viena de 1988 y de sujecion a la ley boliviana antidroga, que plantea la erradicacion gradual y voluntaria de cultivos de coca, interdiccion del trafico y desarrollo sustitutivo.
Sanchez de Lozada reitero su convencimiento de que "la demanda es la que crea el trafico (de drogas)", pero anadio que las naciones consumidoras no tienen la presion que sufren los paises productores.
"En un pais productor como Bolivia, no podemos esperar mas que una ayuda de la comunidad internacional para tratar de erradicar lo mas eficaz y prontamente este problema… Bolivia quiere salir de esto, porque no podemos esperar a que el consumo desaparezca", afirmo.
Mas adelante, el presidente aclaro que declaraciones suyas formuladas en anteriores oportunidades sobre el tema de la legalizacion de las drogas corresponden mas a una reflexion academica que a una politica oficial de su gobierno.
Antes de asumir la presidencia, en agosto de 1993, Sanchez de Lozada se declaro partidario de la legalizacion de las drogas como la mejor solucion para acabar con este problema.
Una vez en funcion gubernamental, el presidente reitero en algunas ocasiones este concepto, aunque siempre aclaro que esta es una reflexion, "pero en ningun momento es una propuesta del Presidente de Bolivia y menos una politica de este pais".
Argumento que ni en Bolivia ni en la comunidad internacional existe consenso para apoyar este tipo de ideas, y que ademas mucho menos la legalizacion podria ser la propuesta de un pais que produce coca, que en gran parte se convierte en pasta de cocaina.
Sanchez de Lozada dijo estar preocupado por encontrar una forma de que Bolivia salga de la produccion excedentaria de coca, en base a un gran consenso interno que conduzca a erradicar voluntariamente este cultivo.
"Mucha de la solucion viene por el lado de la demanda, pero puede tardar mucho tiempo hasta que las sociedades que consumen (drogas) solucionen el problema. Entretanto, un pais como el nuestro es muy vulnerable a los carteles y la violencia relacionada con el narcotrafico", afirmo.
En ese sentido, el presidente dijo estar "asustado porque cuando comienza a funcionar la violencia del narcotrafico, liquidan a los candidatos, a los periodistas, a los empresarios, y es una dinamica muy peligrosa para la sociedad".
"El milagro fragil no lo podria resistir", dijo en referencia a los esfuerzos bolivianos en materia de reformas politicas y economicas y a la paz que se respira en las ciudades de este pais.
Bolivia es el tercer productor mundial de coca, con unas 50.000 hectareas de cultivos, de los cuales 80 por ciento se transforman en cocaina. El resto se destina a los usos tradicionales y medicinales, legales.
El primer productor mundial de este cultivo es Peru, con 129.000 hectareas, y le sigue Colombia, con 86.000 hectareas. (FIN/IPS/jcr/jc/dn-np/94