El nuevo presidente de Argentina, Fernando de la Rúa, vivió hoy su primer día de gobierno, mientras el ex mandatario Carlos Menem retornaba al llano con un bajísimo nivel de popularidad y ambiciones de liderar la oposición.
Menem entregó el mando a De la Rúa el viernes y se retiró por una puerta de costado de la casa de gobierno. Los insultos de los manifestantes a sus funcionarios signaron la despedida, que resultó menos grata de lo que esperaban los allegados al mandatario saliente.
De la Rúa inició su gestión con una imagen positiva entre 74 por ciento de los consultados en una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) publicada este sábado. La firma indicó que las opiniones favorables eran menores ante la pregunta sobre su capacidad para resolver problemas.
La mayor confianza de los entrevistados (71,6 por ciento) se depositó en la voluntad de De la Rúa de terminar con la corrupción, pero hubo menos expectativas respecto de que pueda hacer bajar el desempleo (61 por ciento), combatir el delito (58 por ciento) o mejorar la calidad de la educación (67).
Los consultados parecieron aceptar la decisión del nuevo mandatario de comenzar su administración con un ajuste fiscal, y apenas 38 por ciento de ellos expresó confianza en que sus salarios mejorarán con el nuevo gobierno.
"La situación es muy grave", advirtió De la Rúa al asumir.
Menem dejó su cargo con 74 por ciento de opiniones negativas entre los consultados en una encuesta de la firma Hugo Haime y Asociados. Se trata del dirigente político de relevancia con peor imagen pública. No obstante, 38 por ciento de los entrevistados por el CEOP dijeron que seguirá liderando a su partido.
El ex presidente integra el Partido Justicialista (PJ) y anunció que formará un gabinete paralelo para controlar la gestión de De la Rúa, pero estas declaraciones fueron relativizadas por otros dirigentes del PJ que se consideran con igual o mayor derecho a encabezar la oposición.
La ceremonia de traspaso de mando fue más modesta de lo que el ex presidente hubiera querido, y Menem esperaba que se le asignara más tiempo para su último discurso como presidente.
El ex presidente había previsto realizar en la noche del jueves un acto de despedida en un teatro céntrico que se suspendió por falta de público.
Eduardo Duhalde, el candidato del PJ que perdió las elecciones con De la Rúa, es uno de los dirigentes que intentará cohesionar al partido para presentarse como una oposición sólida. Pero también hay dos gobernadores justicialistas a quienes los analistas asignan posibilidades de psotularse a la presidencia.
Uno de ellos es el ex corredor de Fórmula Uno Carlos Reutemann, gobernador de la provincia nororiental de Santa Fe. El otro mandatario es el gobernador de la provincia centroseptentrional de Córdoba, José Manuel de la Sota.
Un quinto aspirante al liderazgo del PJ es el flamante gobernador de la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, quien reemplazó a Duhalde en el gobierno del distrito más populoso del país. Ruckauf fue vicepresidente de Menem, pero luego tomó una prudente distancia de él.
Menem fue elegido presidente en 1989 y comenzó su gestión con un alto índice de popularidad. Con ese capital impuso un programa que privatizó empresas públicas, abrió la economía al comercio mundial y estableció un sistema de convertibilidad a dólares del peso argentino que estabilizó los precios.
Luego, merced a una reforma constitucional que él mismo impulsó, en 1995 consiguió ser reelegido. Durante su segundo mandato agotó casi todas sus energías en el intento de lograr la segunda reelección, y esto logró unir a la oposición.
La Unión Cívica Radical, de centro, y el Frente País Solidario, una agrupación de partidos de centroizquierda, se unieron en la Alianza y ganaron las elecciones legislativas de 1997. Luego eligieron a De la Rúa como candidato a la presidencia, y Menem comenzó a retroceder.
El ex presidente había asegurado que si le hubieran permitido ser candidato habríaa ganado. "Estoy proscripto", se quejaba. Luego prometió que volvería como presidente en el 2003, cuando finalice el mandato de De la Rúa, pero en los últimos días se abstuvo de comentarios sobre su futuro político.
Germán Sopeña, columnista del diario La Nación, dijo a IPS que Menem recuperará prestigio en el mediano plazo, pese al clima adverso que lo rodeó al finalizar su mandato, por las denuncias de corrupción en su gobierno.
No obstante, Sopeña sostuvo que es difícil que Menem vuelva a ser presidente, porque los dirigentes tienen un ciclo y el suyo parece haberse agotado. "La gente se hastió", interpretó el analista. (FIN/IPS/mv/mp/ip/99)