La cancelación de una reunión de los cancilleres de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, prevista para este viernes, puso de manifiesto profundas divisiones en el órgano ejecutivo sobre temas como Iraq y Kosovo.
El encuentro estaba destinado a tratar las diferencias dentro del Consejo sobre Iraq, pero fuentes de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) revelaron que las delegaciones de China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia no avanzaron lo suficiente como para realizar una reunión productiva.
Francia, Rusia y China continúan respaldando un pronto levantamiento del embargo de nueve años contra Iraq, mientras Estados Unidos y Gran Bretaña favorecen únicamente el fin de las restricciones a las exportaciones iraquíes, siempre que Bagdad acepte la reanudación de la inspección de armas.
La disputa por Iraq impidió que el Consejo tomara alguna medida sobre sanciones o inspección de armas desde diciembre, cuando un informe de los inspectores de la ONU que criticaba la falta de cooperación de Bagdad resultó en cuatro días de ataques aéreos de Gran Bretaña y Estados Unidos contra ese país.
Desde entonces, fuerzas británicas y estadounidenses atacan regularmente baterías antiaéreas de Iraq, pese a las críticas de Rusia y Francia.
La Comisión Especial de las Naciones Unidas, encargada de supervisar la eliminación de todas las armas de destrucción masiva de Iraq, no puede entrar a ese país desde que comenzaron los ataques, y en los hechos ya no existe.
Entre los ataques del pasado diciembre contra Iraq y el bombardeo de Yugoslavia por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) entre marzo y mayo de este año, los miembros del Consejo con poder de veto mostraron una creciente desarmonía que volvió ineficaz al organismo.
El canciller de China, Tang Jiaxuan, demostró el miércoles el grado de desacuerdo sobre ese tipo de episodios al declarar que el bombardeo de Yugoslavia, con el supuesto fin de defender a la población albanesa de la provincia de Kosovo, creó "un precedente preocupante en las relaciones internacionales".
Los ataques de la OTAN, que nunca obtuvieron la aprobación del Consejo de Seguridad -China y Rusia hubieran vetado la autorización-, violaron la Carta de las Naciones Unidas, arguyó Tang.
Los bombardeos "debilitaron el papel líder de la ONU en la salvaguarda de la paz y la seguridad mundiales, como también la autoridad del Consejo de Seguridad", agregó.
De manera similar, el canciller ruso Igor Ivanov urgió a la Asamblea General a fortalecer la autoridad del Consejo de 15 miembros, "puesta a prueba durante las crisis de los Balcanes y de Iraq".
Tang también declaró a la Asamblea General que el bombardeo de la embajada china en Belgrado por la OTAN fue "un incidente raramente visto en la historia de la diplomacia" y atacó la doctrina de la "intervención humanitaria" propuesta por los partidarios de la intervención en Kosovo.
"La cuestión de los derechos humanos es, en esencia, un asunto interno de cada país", expresó.
En cambio, el primer ministro de Francia, Lionel Jospin, arguyó que la violencia patrocinada por el Estado contra civiles es inaceptable. "Debemos apoyar el principio de la intervención internacional, bajo los auspicios de la ONU, para ayudar a las víctimas", dijo.
Mientras, el canciller británico Robin Cook señaló que su país proveerá prontamente a la ONU soldados para sus operaciones en caso de crisis, pero advirtió que debe haber un consenso para actuar en determinado país cuando se cometan atrocidades.
En cuanto a Timor Oriental, muchos diplomáticos consideraron que el Consejo respondió bien, aunque con lentitud, a la violencia desatada por las milicias proindonesias luego del plebiscito de autodeterminación del 30 de agosto, en que una aplastante gran mayoría optó por la independencia de Indonesia.
Pese a las reservas iniciales, Estados Unidos y China, ambos aliados de Indonesia, apoyaron el despliegue de una fuerza internacional de pacificación encabezada por Australia, que llegó a Timor Oriental esta semana.
Lamberto Dini, canciller de Italia, declaró el miércoles que las intervenciones en Kosovo y Timor Oriental al menos siguieron criterios coherentes, entre ellos la formulación de advertencias previas y reiteradas a los gobiernos para que detuvieran los abusos. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/ip/99