En una operación que reactivó las privatizaciones en México, frenadas los dos últimos años, el gobierno del presidente Ernesto Zedillo concedió por 50 años, prorrogables a un siglo, el principal tramo del sistema de ferrocarriles del Estado.
Transportación Marítima Méxicana, la naviera más importante del país, asociada con la estadounidense Kansas City Southern Industries, ofreció 1.400 millones de dólares por 4.000 kilómetros de vías, más de 3.000 locomotoras y unos 10.000 vagones.
La oferta superó en más de 100 por ciento a la segunda opción.
Con la concesión, anunciada este jueves por el gobierno, las privatizaciones, detenidas por problemas económicos y políticos durante la gestión de Zedillo, iniciada a fines de 1994, vuelven a generar al Estado mexicano importantes recursos.
México encabeza en América Latina la lista de privatizaciones al acumular entre 1985 y 1994 un total de 20.408 millones de dólares por la venta de 24 empresas estatales, señala un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe.
El tramo de vías férreas enajenado, que mueve 40 por ciento de la carga de ese sistema y une varios puertos y ciudades importantes, se conectará con vías de Estados Unidos y llegará hasta Canadá, explicó este viernes Juan Carlos Merodio, gerente de Transportación Marítima.
El empresario explicó que a fines de enero próximo su firma pagará al gobierno 40 por ciento del monto ofrecido y dos o tres meses después lo restante. Para la operación, la naviera cuenta con el respaldo financiero del Chase Manhatan Bank.
"Por el monto, la privatización del ferrocarril del Noreste – que une a la capital con puertos del Golfo de México y ciudades de la frontera con Estados Unidos- podría ser la más importante de la gestión de Zedillo, que finaliza en diciembre del 2000", señaló el analista financiero Enrique Quintana.
El gobierno se propuso al iniciar su mandato vender plantas eléctricas, ferrocarriles, servicios de aeropuertos, satélites y empresas petroquímicas. Hasta antes de este jueves sólo había privatizado tres terminales portuarias a 165 millones de dólares.
La Confederación de Cámaras Industriales indica en un estudio que el Estado ha captado apenas dos por ciento de los ingresos esperados por privatizaciones para el bienio 1995-96.
En septiembre, luego de que el gobernante Partido Revolucionario Institucional se opuso a la privatización de las petroquímicas, las autoridades señalaron que continuarán la venta de los activos y pasivos del Estado, pues es parte fundamental de su proyecto.
A partir de 1997 el gobierno acelerará "el proceso de privatizaciones, que ha sido retrasado por cuestiones políticas", declaró ante inversionistas y representanes de organismos internacionales el secretario de Hacienda, Guillermo Ortiz.
Las autoridades informaron que el próximo año venderán todos los tramos de vías férreas, que suman 28.000 kilómetros.
El sistema de ferrocarrilles de México, con más 160 años de edad, era hasta la gestión del presidente Carlos Salinas (1988-94) uno de los pocos sobrevivientes del proceso de venta de empresas estatales iniciado en la década del 80.
Según las autoridades, el tren requiere una urgente modernización, pues 81 por ciento de las vías están deterioradas y el parque de vehículos está operando a 60 por ciento de su capacidad.
México ocupa a escala internacional el lugar 34 en el uso óptimo del servicio ferroviario, un nivel que el gobierno sostiene es demasiado bajo para un país de dos millones de kilómetros cuadrados.
Para que los ferrocarriles lleguen a constituirse en un servicio alternativo que logre rentabilidad, deberá extender su red de 28.000 a 72.000 kilómetros, dice el gobierno.
A principios de siglo, los gobernantes consideraban a los ferrocarriles un sector estratégico del que dependía la estabilidad política y seguridad del país, por lo que debía estar en manos estatales. Actualmente las autoridades sostienen que los ferrocarriles no son su negocio. (FIN/IPS/dc/dg/ip-if-tr/96)
