La Asamblea Constitucional de Sudáfrica aprobó hoy por una mayoría superior a dos tercios un proyecto de constitución que consagra definitivamente el sistema democrático, gracias a un nuevo pacto entre el Congreso Nacional Africano (CNA) y el Partido Nacional (PN).
Después de dos años de negociaciones y deliberaciones en la Asamblea Constitucional (reunión de las dos cámaras del Parlamento), los dos principales partidos de Sudáfrica llegaron a un acuerdo de última hora que permitió la aprobación del proyecto sin necesidad de recurrir a métodos no previstos e inciertos.
La Constitución así aprobada podrá pasar ahora a estudio de la Corte Constitucional, tras cuyo pronunciamiento será firmada y cobrará vigencia en todo el país, sin ser precisa su ratificación en plebiscito popular.
El pacto fue logrado en la noche del martes, reiterando un rasgo típico del proceder de los políticos sudafricanos en los últimos cinco años.
A la vez, el acuerdo demuestra nuevamente la voluntad de compromiso que anima al CNA -el partido de la resistencia que condujo el ahora presidente Nelson Mandela- y al PN, el partido que gobernó en la era racista del apartheid y sigue liderado por el ex presidente Frederik de Klerk.
No obstante, permanecen en alto las espadas alrededor de algunos temas políticos conflictivos que pueden amenazar la concordia entre los sudafricanos e incluso la convivencia bajo la nueva Constitución.
Probablemente el más grave esté representado por el Partido Inkatha de la Libertad (IFP) -cuyo bastión es el pueblo zulú, afincado mayoritariamente en la provincia de Kwazulu-Natal-, que se mantuvo ajeno a la negociación constitucional y exige una forma de Estado federal.
El líder del IFP, "jefe" Mangosuthu Buthelezi, condujo el boicot del partido al proceso de redacción de la Constitución, pese a participar del Parlamento y del gobierno de unidad nacional formado por imperio de la constitución provisional de 1994, donde él mismo ocupa el Ministerio del Interior.
Las elecciones municipales en Kwazulu-Natal fueron postergadas por segunda vez esta semana, a causa de una guerra no declarada, entre entre los seguidores del IFP y el CNA, que se ha cobrado 14.000 vidas en los últimos 10 años.
La violencia política volvió a invadir en los últimos días las calles del centro de Durban, importante ciudad de la provincia, con enfrentamientos entre la policía y partidarios de ambas fuerzas, el IFP que es mayoría en el gobierno provincial, y el CNA que es mayoría en Pretoria.
No obstante, y por el día de hoy al menos, los sudafricanos celebran esta nueva conquista en una cadena de acontecimientos que ellos mismos consideran milagrosa y que les ha permitido transformar a Sudáfrica, pacíficamente, de un país aborrecido por el mundo en un ejemplo de democracia multirracial. (FIN/IPS/tra-en/jf/oa/arl/ip/96)