NUEVA DELHI – Cuando la covid-19 se cobraba millones de vidas en India, su estado de Kerala, en el extremo sur del subcontinente, destacaba por sus bajas tasas de mortalidad, que los expertos atribuyen a la buena gobernanza de la
Lissie Sunny no era un nombre conocido en India. Pero eso cambió cuando esta mujer, que trabaja desde hace más de 25 años arrancando hojas de té en las laderas montañosas del sur de este país, se cansó y arremetió
Cuando el tsunami asiático arrasó a varios países de la costa del océano Índico el 26 de diciembre de 2004, sembró destrucción por doquier y dejó 230.000 muertos. Millones quedaron sin trabajo y seguridad alimentaria. Pero a una pequeña tribu
En vastas áreas rurales de India, la falta de baños separados para niñas y varones en las escuelas afecta su educación, porque muchas no van a clase cuando están menstruando.
La agricultura, el turismo y las malas prácticas pesqueras, junto a erradas políticas oficiales, degradan los famosos remansos de Kerala, uno de los más populares destinos turísticos de India.
Ashik Rehman, de 47 años, trabajaba como obrero en el sureño estado indio de Kerala hasta que, hace dos años, partió hacia Arabia Saudita con la esperanza de ganar lo suficiente para comprar una casa en su ciudad natal. Ahora
El suicidio de Sarath, de 29 años, que se ahorcó en la oficina de la empresa de seguridad para la que trabajaba en Kattakada, sur de India, fue un recordatorio de lo que las estadísticas muestran desde hace tiempo: cada
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