Miles de mujeres en Bangladesh se labraron un futuro mejor para ellas y sus familias, y en parte se lo deben a los huevos de pollo, la piña y a un pequeño préstamo inicial.
Casas distantes y pequeños sembradíos se entremezclan en el camino a la finca La China, en la periferia de la capital de Cuba. Allí trabaja Hortensia Martínez, una ingeniera mecánica que muchos tildan de loca por haber decidido convertirse en