ESTADOS UNIDOS: La televisión patriota
Estados Unidos no es el mejor lugar para buscar una cobertura periodística objetiva sobre las consecuencias internacionales de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y en esta capital.
Estados Unidos no es el mejor lugar para buscar una cobertura periodística objetiva sobre las consecuencias internacionales de los atentados del 11 de septiembre en Nueva York y en esta capital.
La mayoría de los gobiernos de América Latina dieron un apoyo absoluto a la campaña militar de Estados Unidos y Gran Bretaña contra Afganistán, pero también hubo condenas en Cuba, Venezuela y de algunos sectores de la oposición en distintos
El alineamiento de fuerzas en el mundo se modificó radicalmente después de los ataques terroristas del 11 de septiembre contra las torres gemelas de Nueva York y el Pentágono, en Washington.
El apoyo de China a la campaña contra el terrorismo organizada por Estados Unidas se debe a intereses propios y a su creciente dificultad para permanecer al margen de conflictos internacionales.
Los ataques del día 11 en Nueva York y Washington, así como la respuesta de Estados Unidos, abren interrogantes sobre el futuro de la globalización y de los movimientos que cuestionan ese proceso.
Partículas de un polvo brillante se suspenden en el aire y pequeños focos ígneos persisten entre los escombros del World Trade Center, de Nueva York, al tiempo que miles de personas regresan a su trabajo en la zona sur de
Los dos grandes partidos de Estados Unidos dejaron sus principios ideológicos de lado para acelerar la aprobación de leyes en el Congreso destinadas a asegurar el apoyo extranjero a la guerra contra el terrorismo.
El examen de los atentados en Estados Unidos a la luz de los derechos humanos dejó unánimes expresiones de condena, pero también de inquietud por la suerte de la población afgana y por la vigencia del derecho humanitario en el
El antiterrorismo ocupó el lugar del anticomunismo como prioridad de la política exterior de Estados Unidos, y determinará cuáles gobiernos serán recompensados o castigados por este país en función de su colaboración con la guerra de Washington contra el terrorismo,
El gobierno de Estados Unidos está dividido ante la propuesta de llevar la inminente guerra antiterrorista contra Iraq y otros países de Medio Oriente que han respaldado a organizaciones armadas.
Los misiles Stinger que Estados Unidos suministró en los años 80 a las fuerzas antisoviéticas de Afganistán preocupan ahora a Washington, que atacará a ese país si se rehúsa a entregar al principal sospechoso de los atentados del martes 11.
El extremista saudita Osama bin Laden, que fue entrenado por Estados Unidos, parece ser un ubicuo fantasma y haber tenido incluso participación en la financiación ilegal de las fuerzas que combatieron al régimen sandinista de Nicaragua.
Ataques en Gran Bretaña contra musulmanes y personas a quienes se toma por seguidores del movimiento Talibán, que controla la mayor parte de Afganistán, han seguido a los atentados terroristas del día 11 en Nueva York y Washington.
Decenas de latinoamericanos que trabajaban en el destruido World Trade Center de Nueva York y en sus alrededores están desaparecidos y sus familiares se organizan para recabar información y colaborar en las tareas de rescate.
La reacción xenofóba ante los atentados del martes en Nueva York y Washington amenaza a comunidades de inmigrantes árabes en varias regiones del mundo, incluso en América Latina.
Los trágicos atentados terroristas en Estados Unidos fortalecen la teoría sobre la creciente confusión o fusión entre la vida y el mundo del espectáculo, entre realidad y ficción.
La economía de Estados Unidos acusó el impacto del atentado contra las torres genelas de Nueva York y al disiparse el humo de los incendios del martes surgen señales de recesión internacional.