Entre el mar de nombres de víctimas de la guerra civil salvadoreña, grabados en un extenso muro de granito negro, Matilde Asencio logró encontrar el de su hijo, Salvador.
El puñetazo de Mariano Rajoy sobre la mesa fue posible mediante la aplicación del temido artículo 155 de la Constitución española. Se le ha criticado por haber esperado tanto tiempo luego de la sublimación del desafío del independentismo que culminó