enero 12, 2017

Desde la introducción de la penicilina a mediados del siglo XX, los tratamientos antimicrobianos se usan no solo en medicina sino también en veterinaria. Pero su uso excesivo en la producción animal contamina el ambiente y contribuye al aumento de microorganismos resistentes, lo que supone una amenaza para la salud humana, animal y para la seguridad alimentaria y el sustento de las personas. Crédito: FAO.

Lo que cura, también puede matar

Una gran amenaza silenciosa, pero no por ello menos dañina, pone en riesgo tanto la salud humana como animal y tiene consecuencias para la seguridad alimentaria y para el bienestar económico de millones de hogares rurales: la resistencia a los