La hacienda de un general hondureño que integró un gobierno militar albergaba un centro de torturas utilizado por el ejército en los años 80, comprobaron la policía y un equipo de antropólogos estadounidenses.
Un órgano independiente del sistema de las Naciones Unidas (ONU) declaró preocupación por la represión contra los derechos fundamentales y la identidad del pueblo kurdo, y reconoció su derecho a la autonomía.