Amazonia boliviana a fuego lento

El fuego arrasa sin piedad extensos bosques de la Amazonia de Bolivia, mientras el gobierno reconoce incapacidad tanto para combatir los incendios, que ya superan en casi 340 por ciento los registrados en 2009, como para sancionar a los responsables.

El endurecimiento de las sanciones está entre las opciones que estudia el gobierno, considerando el aumento de los incendios provocados y apenas castigados por una legislación que no responde a esta emergencia, informó a IPS el jefe de desmontes de la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierras (ABT), José Luis Osinaga.

Aunque los datos señalan un incremento de los focos ígenos, de 1.972 en 2009 a 6.667 este año, el mayor registro de incendios data de 2005, cuando se contabilizaron 8.144, explicó a IPS la jefa de la Unidad de Pronósticos del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), Marisol Portugal.

El año pasado, la ABT abrió 300 procesos administrativos contra presuntos responsables de la quema de bosques y también se organizaron talleres de información, señaló Osinaga al ser consultado por las tareas de prevención.

En esta época del año, los agricultores practican el "chaqueo", una forma de habilitar tierras para la siembra mediante la quema de pastizales y matorrales, pero muchas veces descontrolada y expandida a grandes extensiones.
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El presidente de Bolivia, el izquierdista Evo Morales, reconoció falta de capacidad técnica para combatir incendios forestales y el deseo de adquirir a corto plazo equipos y aeronaves adecuadas para enfrentar esta emergencia.

Es probable que las bajas sanciones frente al enorme daño ambiental generado estimulen la práctica del "chaqueo", admitió Osinaga.

La reglamentación señala que la multa por superficie total quemada de un predio será de 20 centavos de dólar. Esta forma de definir la conducta contra el ambiente lleva a confusiones, según la autoridad.

Ante este inadecuado manejo de quema de maleza, surgió una iniciativa parlamentaria que intenta frenar, mediante sanciones económicas, los excesos y el descuido de los agricultores al realizar la deforestación a través del método tradicional. Hasta el momento sigue en análisis el texto que modificará la sanción vigente.

Las pérdidas no han sido cuantificadas, pero sólo la reforestación de las zonas devastadas podría demandar unos 200 millones de dólares, según las estimaciones del director general de Gestión y Desarrollo Forestal del viceministerio de Medio Ambiente, Weimar Becerra.

Hasta este martes, 29 de los 38 aeropuertos en siete departamentos suspendieron operaciones por falta de visibilidad en una distancia mínima de 5.000 metros.

Las evaluaciones satelitales de la organización no gubernamental Herencia expresan preocupación por un "mayor grado de desastre" en el municipio de Ixiamas, en el norte del departamento de La Paz, donde se estima la destrucción de unas 90.000 hectáreas de bosque.

En la central ciudad de Cochabamba, a 403 kilómetros al sureste de La Paz, un voraz incendio destruye la naturaleza localizada en el Parque Nacional Tunari, ubicado sobre una montaña próxima a la zona urbana.

Las autoridades regionales temen que el fuego haya sido iniciado accidentalmente, aunque no se descarta la acción de narcotraficantes que operaban en fábricas clandestinas de droga.

La comunidad La Cachuela, del municipio El Puente de la provincia Guarayos del oriental departamento de Santa Cruz, fue declarada zona de desastre tras el incendio que destruyó unas 27 viviendas de familias indígenas, además de bosque y sembradío.

Con la declaratoria de desastre, las autoridades municipales tienen la esperanza de obtener alimentos y carpas de la gobernación departamental, y una campaña de solidaridad para reconstruir las viviendas destruidas.

A orillas del río Manuripi, en el municipio de Puerto Rico, del norteño departamento de Pando, unas 1.200 hectáreas de bosque están en llamas desde hace dos semanas, según estimaciones del director ejecutivo de Herencia, Juan Fernando Reyes, transmitidas a IPS.

El gobernador del departamento de Pando, Luis Flores, informó que 10 de los 15 municipios de la región sufren quemas indiscriminadas y atribuibles a acciones de agricultores que buscan ganar espacios para sembradíos.

En 2005, hubo 15 puntos de fuego y 50.000 hectáreas afectadas en la Reserva Manuripi. Se presume que los cazadores de tortugas de río (petas) emplean el fuego para obligarlas a salir del bosque, señaló Reyes.

El coordinador de capacitación de la no gubernamental Liga del Medio Ambiente (Lidema), Edwin Alvarado, expresó a IPS que las causas de los incendios forestales pueden ser varias y señaló al cambio climático como una de ellas, puesto que provoca la sequedad de la vegetación y escasez de agua.

La zona boscosa de Pando sufre enormes daños, como la destrucción de los árboles de castaña y otras especies forestales de valor económico como el asaí (euterpe precatoria), la goma (hevea brasiliensis) y jatata (Geonoma sp.), además de la muerte de animales silvestres.

"A un nivel mayor, estas quemas emiten gran cantidad de gases contribuyendo al calentamiento global", advirtió Reyes.

La extinción de los incendios forestales generalmente llega con las lluvias de la última semana de agosto y principios de septiembre, pero este año es particular, porque no se producirán precipitaciones y los frentes fríos serán secos, anunció Portugal.

El humo también se disipaba al caer las lluvias de la primavera austral, pero todo anuncia que el proceso será lento y podría prolongarse hasta octubre, según el Senamhi.

La densa humareda que cubre gran parte de la Amazonia, y que alcanza hasta las zonas occidentales, contribuye al aumento de la temperatura hasta en dos grados centígrados. En la zona amazónica el promedio son 36 grados.

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