Ochenta y uno por ciento de los estadounidenses reconocen que el conflicto entre Israel y Palestina ha dañado los intereses de su país, según una nueva encuesta, aunque las opiniones claramente se enmarcan en las simpatías partidarias.
El estudio, divulgado el jueves por la consultora Zogby International, concluyó que, por primera vez, la mayoría de los seguidores del gobernante Partido Demócrata tienen una opinión desfavorable de Israel (sólo 42 por ciento estaban a favor de ese país en el conflicto), mientras que 92 votantes del opositor Partido Republicano se inclinan por Tel Aviv.
"En cada tema estudiado, el público muestra lo que parecen actitudes ambivalentes, pero esconde una división partidaria cada vez más profunda", escribieron los autores de la investigación.
Las opiniones sobre el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu se vieron aun más divididas: 20 por ciento de los demócratas tienen una visión favorable, contra 84 por ciento de los republicanos.
A pesar de alguna caída en años anteriores, Israel continúa gozando de mayor apoyo que los palestinos entre el público general estadounidense.
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Sin embargo, la emergencia de una sustancial mayoría que "cree que el continuo conflicto palestino-israelí impacta en forma negativa en los intereses de Estados Unidos en Medio Oriente" indica un grado de apoyo a la posición tomada por David Petraeus, comandante del Mando Central del Ejército, durante su testimonio ante el Senado la semana pasada.
"Las tensiones entre Israel y Palestina por lo general estallan en violencia y en confrontaciones armadas a gran escala. El conflicto fomenta un sentimiento antiestadounidense debido a la percepción del favoritismo de Estados Unidos hacia Israel", dijo Petraeus.
Las advertencias del militar sobre la amenaza que supone el conflicto para los intereses de Washington fueron hechas luego de la visita del vicepresidente Joe Biden a la región a comienzos de este mes.
El primer día del viaje, el gobierno israelí anunció que había autorizado la construcción de 1.600 nuevas residencias en Jerusalén oriental. La decisión tomó de sorpresa al gobierno de Barack Obama y fue interpretada por muchos como una "cachetada en el rostro" de Biden, quien visitaba Medio Oriente con la esperanza de iniciar conversaciones.
La encuesta de Zogby concluyó que las opiniones favorables hacia los palestinos siguen siendo pobres entre el público estadounidense, e incluso cayeron.
Veintidós por ciento de los consultados tenían una posición favorable hacia los palestinos, contra 25 por ciento del año pasado. Catorce por ciento expresaron una opinión positiva respecto del presidente palestino Mahmoud Abbas, contra 19 por ciento en 2009.
"El hecho de que los palestinos tienen tan bajos resultados, para mí, indica muy claramente que el público estadounidense todavía no percibe este conflicto necesariamente entre los que tienen la razón y los que están equivocados, y no lo ven como un tema de los derechos humanos palestinos", sostuvo Amjad Atallah, co-director de la Fuerza de Tareas de Medio Oriente en la New America Foundation.
El hecho de que no haya elementos a favor de los palestinos en la discusión pública "es un directo fracaso del lado palestino, en particular, y de toda la comunidad de naciones que los apoyan, para alcanzar a la audiencia estadounidense y explicarle lo que está sucediendo", añadió.
El presidente del Instituto Árabe Estadounidense, James Zogby (hermano del presidente de Zogby International, John Zogby), también sugirió que el escaso número de personas que apoyan a los palestinos y a Abbas es en parte resultado del fracaso de estos a presentar su caso ante el público estadounidense.
"Incluso los palestinos hablan de Jerusalén oriental, aunque no lo es. Son de hecho tierras palestinas", sostuvo.
Treinta y cinco por ciento de los demócratas expresaron una opinión favorable de los palestinos, mientras que sólo seis por ciento de los republicanos compartían esa visión.
Diecinueve por ciento de los demócratas y ocho por ciento de los republicanos tenían opinión favorable de Abbas.
Una leve mayoría coincidió en que "la construcción de asentamientos israelíes en los territorios ocupados está mal", así como en que "es tiempo de que Estados Unidos adopte una postura más dura con Israel" para detenerlos y de que la incapacidad de Washington para impedir la expansión de las colonias "lo hace menos respetado en el mundo".
En estas opiniones también se constató la influencia de la pertenencia partidaria. Sesenta y dos por ciento de los republicanos, 34 por ciento de los independientes y 14 por ciento de los demócratas dijeron que Israel tenía derecho a edificar asentamientos del lado palestino.
El apoyo total a Ia construcción israelí en Cisjordania fue de 34 por ciento. Cuarenta por ciento de los consultados sostuvieron que los asentamientos debían ser derribados.
Sesenta y tres por ciento de los demócratas, 40 por ciento de los independientes y 13 por ciento de los republicanos coincidieron con la afirmación de que Estados Unidos debía "ponerse más duro con Israel y tratar de detener la expansión".