IRAN: Desesperanza entre las ruinas

Los sobrevivientes del terremoto que devastó esta ciudad del sudeste de Irán el 26 de diciembre último y dejó hasta 50.000 muertos no han recibido ni una pequeña parte de la ayuda humanitaria enviada desde otros países.

”Que el mundo sepa que las víctimas del terremoto de Bam no han recibido casi nada de la ayuda extranjera descargada en los aeropuertos de Teherán, Bam o Kerman”, denunció un socorrista voluntario ante periodistas y trabajadores humanitarios.

Numerosos de los 90.000 habitantes sin techo de Bam respaldaron esa afirmación.

”Observen en todas partes. ¿Ven alguna tienda rusa, estadounidense, o incluso saudí o kuwaití?”, preguntó un hombre que vive en una tienda con el emblema de la Media Luna Roja iraní.

Algunos residentes culparon a la política electoral.

”Tanto el gobierno como la oposición están preocupados por su lucha de poder y sólo fingen que se preocupan por nosotros en los medios de prensa”, lamentó Hamid Pourhamidi, un ex comerciante de 34 años.

La esposa de Hamid, Niyer Dehgan, dirige ahora un pequeño e improvisado jardín de infantes en una tienda. Los únicos suministros que recibió fueron algunos lápices y cuadernos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

”Los niños y sus familias viven en condiciones sanitarias espeluznantes. Esta zona se volverá muy calurosa en dos semanas y será propensa a las enfermedades contagiosas”, advirtió Niyer.

Autoridades locales rechazaron un pedido de uniformes escolares coloridos, propuestos para levantar el ánimo de los niños, comentó Maryam Asadi, una maestra retirada de 56 años.

Muchos niños pintan las tiendas de sus familias para entretenerse, y todos piden incesantemente ser rescatados de los escombros, añadió.

A esta trágica situación se suman los temblores y réplicas que ocurren casi a diario desde el sismo del 26 de diciembre, de 6,7 grados en la escala de Richter.

”No creo que volvamos a nuestras casas reconstruidas en el futuro cercano, ni siquiera en el lejano”, dijo una mujer.

Su esposo, Akbar Englizi, un ex profesor de inglés de unos 60 años que tenía una acogedora pensión antes del terremoto.

”No tengo ningún motivo para tener esperanza. Pero mi interior me dice que Bam recuperará su reconocimiento internacional (como ciudad histórica) y será reconstruida”, manifestó.

Geólogos iraníes advirtieron que pueden ocurrir más terremotos debido a los movimientos tectónicos en la región. Los mapas sísmicos registran fallas geológicas en forma de una herradura gigante alrededor de Bam.

Funcionarios y planificadores no se ponen de acuerdo sobre si se debe reconstruir la ciudad donde estaba, reubicarla por completo o trasladar sólo ciertos barrios a varios kilómetros, informaron medios locales, entre ellos Radio Omid, que significa ”Esperanza”.

La desorientación de las autoridades se refleja en la perplejidad de las víctimas alojadas en las tiendas.

”Sólo podemos vivir el momento en nuestras tiendas y en la calle”, expresó Ahmad Hassani, de 48 años, que comparte su tienda con otros adictos al opio.

En Bam hay muchos adictos a las drogas, debido a que por mucho tiempo fue una ciudad de paso para los traficantes de drogas entre Afganistán y Pakistán.

”El terremoto se llevó a mi esposa y mis hijos. No me siento motivado para buscar un trabajo”, dijo Hassani, con lágrimas en los ojos.

Alok Kulserashta, un médico general del hospital de campo armado al suroeste de la ciudad con 63 trabajadores de la salud indios, manifestó comprensión hacia la actitud de Ahmad.

”Más de 50 por ciento de los pacientes externos que llegan a nuestro hospital cada día buscan aliviar su angustia. Sólo quieren hablar con alguien para sentirse mejor. Su sufrimiento es demasiado para soportarlo solos”, dijo.

”Lamentablemente, la barrera del idioma es muy fuerte. Hemos solicitado psicólogos de lengua persa”, agregó.

Algunas víctimas se quejaron de los saqueadores. ”Llegaron de Narmashire y otras ciudades cercanas y llegaron aquí fingiendo ser víctimas del terremoto para robar muebles, aparentando que los estaban rescatando”, afirmó Kobra Dehghan, de 40 años, que perdió en el sismo a a 36 familiares, entre padres, hermanos y sobrinos.

”A menos que las autoridades realicen una purga entre los refugiados en las tiendas, la ciudad no tendrá futuro”, dijo.

Por ahora, el problema de la vivienda es el más acuciante. Según las autoridades, más de 800 casas prefabricadas donadas por Turquía están siendo equipadas con inodoros, ducheros y otros artefactos de fabricación iraní.

La Fundación Iraní de Vivienda, asistida por el Ministerio de Defensa, debe construir más de 12.000 casas prefabricadas en menos de dos meses.

Organizaciones y gobiernos extranjeros prometieron otras 8.000 unidades de vivienda, pero hasta ahora, el progreso ha sido lento.

”Se debían construir 244 casas prefabricadas en una semana, para inaugurar en el 25 aniversario de la Revolución Islámica (el 11 de febrero), pero como se puede ver, sólo se construyeron un par de decenas”, señaló Alí Jebeli, un técnico de un proyecto de viviendas al este de la ciudad.

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