El futuro de Quebec pendia hoy de la balanza luego que los federalistas se aseguraron una victoria al filo de la navaja, tras un referendum independentista que, segun algunos analistas, ha descargado un severo golpe a la popularidad del primer ministro canadiense.
Los canadienses supieron el lunes por la noche que los quebeces habian votado 50,6 por ciento contra 49,4 por ciento en favor que Quebec permaneciera siendo una provincia de Canada. La concurrencia a las urnas fue del 93 por ciento de los electores.
El resultado provoco manifestaciones expontaneas de los federalistas en las calles de Montreal, si bien el bando pro- independentista ya esta pensando en "la proxima vez".
El primer ministro, Jean Chretien, admitio inmediatamente que el infimo margen de la votacion significaba que debia haber cambios.
"Los hemos escuchado, Quebec. Trabajemos juntos para llevar adelante los cambios necesarios que permitan unir nuestro pais", expreso en una alocucion post-referendum que algunos analistas interpretaron como posibles cambios constitucionales que den a las autoridades de Quebec mayor manejo de sus propios asuntos.
No obstante, otros sostuvieron que el gobierno federal carece de voluntad y habilidad para instituir el tipo de cambio constitucional que pretenden los secesionistas de la provincia mayoritariamente francofona.
"No creo que haya voluntad politica en Canada para realizar un cambio constitucional", afirmo Pierre Francois Gingras, politologo de la Universidad de Ottawa.
"Si solo se trata de hacer una declaracion que Quebec es una sociedad distinta, entonces no hay problema", dijo Gingras. "Pero hacer algo sobre la division de poderes, eso es otra cosa. No es de absoluta prioridad para el resto del pais'.
Max Cameron, politologo de la Escuela Norman Paterrson de Relaciones Internacionales en la Universidad Carleton de Ottawa, opino que Chretien actuo tan mal en la campana referendaria que ahora le falta credibilidad para negociar un nuevo arreglo.
"Chretien esta herido mortalmente", asevero Cameron. "Tanto el como sus inmediatos colaboradores han sido tan chapuceros (con el referendum) que es dificil imaginar como emergera en el otro extremo sino como un lider malamente disminuido".
Ademas, Chretien se postulo como primer ministro con la promesa que iba a dejar de lado las cuestiones constitucionales.
"Cualquiera que pretenda volver a unir los trozos de Humpty Dumpty debera tener el mandato para hacerlo". Humpty Dumpty es un huevo saltarin, protagonista de una popular fabula para ninos, que se afana tanto por hacer grandes cosas que a la postre se rompe.
Hace un mes, Chretien le dijo a los canadienses que los separatistas no tenian posibilidades de ganar el referendum. No obstante, la sustancial ventaja que tenian los federalistas en ese momento se vio erosionada gradualmente y, la semana pasada, parecio que los separatistas tenian la victoria en la mano.
Un motivo para el surgimiento de los separatistas fue la designacion de Lucien Bouchard como primer portavoz. Bouchard es un orador de barricadas que todavia goza de la simpatia publica luego que perdio una pierna por enfermedad.
"Mantengamos la fe, sigamos con la esperanza porque la proxima vez sera la verdadera… y la proxima ocasion se presentara antes de lo esperado", aseguro Bouchard, lider del Bloc Quebecois (BQ), el partido separatista de Quebec en el Parlamento Federal canadiense, y la agrupacion opositora oficial en el pais.
Recordando que el ex lider separatista Rene Levesque ha moldeado el moderno movimiento quebeces en los lineamientos democraticos, Bouchard puso buena cara al mal tiempo despues de la derrota.
"Nuestro primer deber es comportarnos como democratas y aceptar con calma y dignidad la decision de nuestros conciudadanos… Debemos reconocer que la democracia se ha expresado y la democracia es la base de todo", manifesto.
La respuesta al estilo estadista de Bouchard respecto al referendum estuvo en fuerte contraste con las palabras del jefe del Parti Quebecois (PQ), Jacques Parizeau, quien como primer ministro de Quebec fue lider oficial de la campana secesionista.
"Hemos sido derrotados por el dinero y el voto etnico", dijo Parizeau, una afirmacion criticada tanto por los pro- independentistas como los federalistas, que lo juzgaron incendiario por la sugerencia que el nacionalismo de Quebec es hostil a inmigrantes y no-francofonos.
"Ese discurso causo miedo", comento Yves Fortier, ex embajador de Canada ante las Naciones Unidas, en una declaracion a la Canadian Broadcasting Corporation (CBS).
El ex primer ministro de Ontario, Bob Rae, califico las palabras de Parizeau como "desgraciadas" y senalo que en un momento en que las emociones estan con alta velocidad, habria podido incitar a la violencia contra grupos minoritarios que votaron masivamente contra la separacion.
El politologo Alain Gagnon, director del Programa de Estudios de Quebec en la Universidad McGill de Montreal, quien a su vez pertenece a los independentistas, tambien condeno las "pateticas" declaraciones de Parizeau.
Dijo que la apelacion de Parizeau al nacionalismo etnico estuvo completamente fuera de lugar con un movimiento separatista que actualmente es "pluralista y democratico".
Entretanto, las fuerzas federalistas tienen que afrontar el hecho que solo una escasa mayoria de quebeces parece satisfechaa con su lugar en Canada, y ese 60 por ciento de la provincia francofona -que son el 80 por ciento de la poblacion- ha expresado el deseo de dejar el pais.
Gagnon es uno de los que cree que los cambios institucionales estan sobre la mesa, cambios que daran mayores poderes a Quebec, reconoceran la peculariedad cultural de la provincia y brindaran mayor proteccion a la lengua francesa en Quebec.
Gagnon predijo que "el gobierno federal debera actuar rapidamente para realizar una conferencia constitucional en pocos meses. Trataran de traspasar sustanciales poderes del gobierno federal en manos de Quebec".
Recordo que despues del primer referendum independentista de Quebec en 1980, en el cual el 60 por ciento voto contra la separacion, el entonces primer ministro Pierre Trudeau interpreto la victoria federalista como un voto de confianza al "status quo", y no reflejo las quejas de Quebec en la constitucion.
"Luego de tantos anos, ahora sabemos que seguimos estando perseguidos por aquella decision de Trudeau", lamento Gagnon.
Gagnon cree que "probablemente el 20 o 30 por ciento de la gente que voto (por la separacion) piensa que esa fue la mejor manera para reformar la constitucion canadiense".
"Luego de dos infructuosos intentos de redactar una constitucion aceptable para Quebec, muchos han quedado frustrados y sienten que deben dar un ultimatum al gobierno federal", expreso. (FIN/IPS/tra-en/sd/cpg/ego.ip).
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