Transformando África: Una transición energética justa y equitativa

El Banco Mundial considera que los proyectos de energía independientes, conocidos como IPP, su sigla en inglés, son esenciales para electrificar África subsahariana. Foto: Banco Mundial

NAIROBI – Una transición mundial hacia fuentes de energía bajas en carbono es esencial para la supervivencia de nuestra especie dado el empeoramiento de los efectos del cambio climático. Con cada vez más personas abogando por un cambio rápido de un sistema energético que depende de los combustibles fósiles, surgen preguntas sobre cómo hacer que esta transición sea justa y equitativa, especialmente en el Sur en desarrollo.

Hay muchas preguntas que necesitan ser respondidas. ¿Cómo elaboramos políticas realistas y aplicables que apoyen la transición energética de manera equitativa? ¿Qué cambios necesitamos hacer en la infraestructura existente y en las tecnologías de almacenamiento?

¿Cómo podemos aumentar la financiación y las inversiones para desarrollar fuentes de energía limpias y eficaces que incluyan tecnologías de cocina limpias? ¿Cómo garantizamos que se mantengan y aumenten el empleo, la prosperidad y otras oportunidades durante esta transición?

Según el informe del Centro de Política de Desarrollo (CDP) de África de 2020, este continente representa la parte más pequeña de las emisiones de gases de efecto invernadero con 3,8 % de las emisiones globales totales, pero experimenta los duros efectos del cambio climático. Incluso con el crecimiento continuo de la industrialización y las actividades de desarrollo en África, las emisiones siguen siendo bajas.

El sector de la energía es uno de los principales contribuyentes al crecimiento y desarrollo de un país, pero también genera altas emisiones debido a la quema de combustibles fósiles necesarios para la construcción de carreteras, instalaciones de almacenamiento en frío y el transporte dentro y fuera de las ciudades.

Es necesario centrarse en dónde podemos reducir las emisiones y comenzar a mitigar el cambio climático mientras proporcionamos energía confiable, asequible y sostenible.

El sector del transporte

Dos tercios de los gases de efecto invernadero emitidos a nivel mundial en la actualidad están vinculados al uso de combustibles fósiles en la generación de energía para la iluminación, el transporte y la industria.

La autora, Emily Karanja

El sistema de transporte en África depende en gran medida de los combustibles fósiles, cuyos recientes aumentos de precios han tenido un efecto dominó en los precios de los alimentos y, en general, han tenido un impacto negativo en el nivel de vida de muchas personas en áreas afectadas por la pobreza.

Además, el sistema de transporte contribuye en gran medida a la contaminación exterior, especialmente en el este de África que ha registrado en los últimos años un aumento en la infraestructura vial y la adquisición de automóviles. La mayoría de son importados “reacondicionados” de Europa y el Lejano Oriente, y cuyas emisiones del tubo de escape no se considerarían aceptables en esos países.

Los países africanos están consolidando enfoques de mitigación para reducir los efectos de los combustibles fósiles del sector del transporte. Esto incluye un cambio del transporte impulsado por combustibles fósiles, un ejemplo de ello es Kenia que lanzó autobuses eléctricos en el sistema de transporte público este año (CitiHoppa y East Shuttle) y motocicletas (Ecobodaa).

Si bien estos cambios son apreciables, todavía tienen un largo camino por recorrer en términos de reemplazo de los vehículos tradicionales, ya que los costos siguen siendo prohibitivos para la mayoría y la infraestructura de apoyo necesaria para los vehículos eléctricos aún está ausente en gran medida.

Cocinas limpias

En África, más de la mitad de la población no tiene acceso a fuentes de energía limpias y confiables, lo que resulta en el uso de biomasa (carbón vegetal y leña) para sus necesidades de calefacción y cocina, lo que a su vez contribuye a las complicaciones ambientales y de salud.

La cocina limpia es un aspecto integral que no debe quedarse atrás en esta transición. En su último informe de seguimiento del 7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), la Agencia Internacional de Energía indica que 2500 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a instalaciones limpias para cocinar y dependen del queroseno, el carbón y la biomasa sólida para cocinar.

Este número ha aumentado con el crecimiento de la población y los desafíos impuestos por la pandemia de covid-19, lo que llevó a los gobiernos a cambiar las prioridades y aumentar la pobreza con la pérdida de oportunidades de empleo, lo que hace que los servicios energéticos básicos sean inasequibles.

El uso de biomasa no solo aumenta la contaminación y afecta la cubierta forestal total a nivel mundial, sino que también plantea graves riesgos para la salud de los usuarios, en particular las mujeres y los niños, que son los segmentos más vulnerables de la población.

El fomento de las innovaciones de cocina limpia busca proporcionar tecnologías alternativas que sean sostenibles, eficientes, confiables y asequibles para estas comunidades. Los incentivos para la adopción y el uso de gas licuado de petróleo pueden reducir en gran medida las enfermedades, las muertes y la contaminación del aire interior.

Las iniciativas de creación de conciencia y capacitación de los gobiernos y los grupos de la sociedad civil han dado algunos resultados, ya que más hogares adoptan tecnologías limpias para cocinar. Esto ha sido posible gracias a incentivos y políticas gubernamentales que crean un entorno propicio para la producción y/o importación de estas tecnologías y facilitan el acceso a ellas.

Políticas de gobierno

La política gubernamental es un componente clave para abordar los problemas relacionados con la energía y garantizar que se pueda lograr una transición justa. En particular, los gobiernos tienen la responsabilidad crucial de garantizar que se desarrollen y entreguen innovaciones y tecnologías. Se requieren estrategias y políticas bien pensadas para que esta transición funcione.

El proceso de desarrollo de políticas debe ser participativo e inclusivo de todas las partes interesadas para garantizar una representación equitativa y adecuada de intereses, ideas y problemas en los planes de transición.

Esto significa que los gobiernos trabajan junto con las comunidades locales, las empresas, el mercado laboral y los socios de desarrollo para identificar áreas para mejorar y desarrollar fuentes de energía limpias y efectivas y tecnologías de cocina limpias y desarrollar políticas para fomentar la innovación, las inversiones y nuevos mercados.

Las estrategias para apoyar los incentivos para la transferencia y el desarrollo de tecnología y la reducción de impuestos también son un requisito para acelerar este cambio.

Durante la cuarta edición del foro Energía Sostenible para Todos (SE4All, en inglés), celebrado en mayo en Kigali, la capital de Ruanda, se mantuvieron conversaciones sobre una transición justa y equitativa con ministerios y delegados de alto nivel de varios países africanos que acordaron siete puntos de acción transformadores de implementación.

Los gobiernos que se comprometen y ponen en práctica estas siete acciones transformadoras garantizarían que África esté en el camino hacia la prosperidad económica y el logro de un futuro de cero emisiones netas.

Estos puntos de acción buscan hacer que la energía sostenible moderna esté disponible, persiguen una energía moderna de hasta 6000 kilovatios hora (kWh) por habitante en África que priorice la cocina limpia, aumente la inversión del sector público y privado en nuevas tecnologías, infraestructuras y sistemas de distribución de energía.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

También señalan el apoyo a África en el despliegue de gas como combustible de transición e hidrógeno verde para el desarrollo industrial con el aspecto de sostenibilidad verificado.

Así se prioriza la creación de empleo local en el sector energético para las economías locales y se levantan las restricciones de financiación del desarrollo que limitan el proyecto en África para acelerar movilización de recursos nacionales y cambios en los mecanismos de transferencia de tecnología a fin de garantizar que África tenga acceso a las últimas innovaciones energéticas.

Estas acciones transformadoras ofrecen oportunidades para involucrar a las comunidades locales y satisfacer mejor las necesidades de los desfavorecidos y aquellos que carecen de servicios energéticos modernos.

Energía renovable

La generación de energía a partir de fuentes renovables es una de las formas en que podemos lograr emisiones netas cero para 2050.

Reemplazar las formas convencionales de generación de energía con nuevas fuentes de energía ha impulsado el sector y la descarbonización de la energía, lo que garantiza la reducción de las emisiones de carbono y los costos al tiempo que proporciona un suministro de energía confiable, asequible y sostenible.

La innovación tecnológica y las inversiones en nuevas tecnologías deben ponerse a trabajar para responder de manera efectiva a los desafíos que surgen en el consumo y la generación de energía. La adopción de nuevas tecnologías garantizará que la generación de energía sea más eficiente y que la red eléctrica sea más segura y resistente para satisfacer y apoyar las necesidades de los consumidores.

Con una gran población en África que vive en áreas rurales, junto con un desarrollo de infraestructura deficiente, es necesario acelerar las mini redes verdes y los planes fuera de la red en el sector para un acceso a la energía mejorado y confiable.

Las mini redes verdes son flexibles y sus diseños se pueden modificar para adaptarse a sitios específicos y se implementan más cerca del usuario, por lo tanto, son más confiables y accesibles.

Las tecnologías de energía renovable y los sistemas de mini redes verdes deben incluirse en las políticas y planes energéticos para abordar las barreras que dificultan la adopción de estas tecnologías nuevas, más confiables, eficientes y sostenibles.

Los gobiernos deben implementar y apoyar políticas que promuevan el avance tecnológico en la generación y distribución de energía renovable al mismo tiempo que facilitan oportunidades de financiamiento e inversión en el sector.

La planificación energética debe aprovechar los datos existentes para desarrollar planes basados en la demanda a fin de garantizar que se satisfagan las necesidades energéticas. La toma de decisiones en el sector energético debe basarse en datos para garantizar que se capture y analice información útil para reflejar y respaldar el avance y la previsión del mantenimiento predictivo.

Hoy, 759 millones de personas viven sin electricidad, y muchos millones viven con un acceso poco confiable e insuficiente. Aunque se ha logrado un progreso significativo, las brechas en este sector son abrumadoras y se necesita hacer más.

Para acelerar el progreso, África requiere apoyo a través de compromisos gubernamentales más fuertes en términos de políticas e incentivos adecuados y planificación de la demanda de energía a largo plazo. Esto estimulará la adopción rápida de soluciones de energía sostenible al tiempo que respaldará las innovaciones y las inversiones en desarrollo tecnológico.

T: MLM / ED: EG

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