Proyecto de economía baja en carbono listo para usar

El parque eólico Erie Shores, de Canadá, tiene 66 turbinas con una capacidad de 99 megavatios. Crédito: Denise Morazé / IPS
El parque eólico Erie Shores, de Canadá, tiene 66 turbinas con una capacidad de 99 megavatios. Crédito: Denise Morazé / IPS

Alrededor de 96 por ciento de las emisiones contaminantes que se deben reducir para 2030, si se quiere mantener el incremento de la temperatura global por debajo de los dos grados centígrados, puede lograrse con 10 pasos, asegura el último informe de la Comisión Global sobre Economía y Clima.

“La economía baja en carbono está emergiendo”, puntualizó el exmandatario de México, Felipe Calderón, uno de los presidentes de la comisión.

“Pero gobiernos, ciudades, empresarios e inversores necesitan trabajar de forma mucho más estrecha y aprovechar los últimos acontecimientos para no dejar pasar las oportunidades. No podemos permitir que se nos escurran de las manos”, remarcó.

La 21 Conferencia de las Partes (COP21) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), que se celebrará del 30 de noviembre al 11 de diciembre en París, tratará por primera vez en 20 años de sellar un acuerdo vinculante para mantener el recalentamiento planetario por debajo de los dos grados.[pullquote]3[/pullquote]

Se espera la participación de unas 50.000 personas, entre las que habrá 25.000 delegados de gobiernos, instituciones intergubernamentales, agencias de las Naciones Unidas y organizaciones de la sociedad civil.

Los gobiernos están enviando sus contribuciones previstas y determinadas a nivel nacional (INDC, en inglés) a la ONU, las que indican cómo prevén reducir las emisiones y realizar la transición a una economía más verde.

El 30 de junio, China, el mayor emisor de gases contaminantes y el mayor inversor de energía limpia, hizo un anuncio importante en este punto: se comprometió a reducir la intensidad de las emisiones de carbono entre 60 y 65 por ciento para el año 2030, con respecto a 2005.

Además, asumió un aumento de 20 por ciento en la proporción de combustibles renovables en su matriz energética para el mismo año.

Pero otros países industriales y/o grandes emisores están rezagados en sus compromisos.

“Sabemos que las actuales INDC difícilmente nos mantengan por debajo de los dos grados. Pero este informe muestra que hay un espacio considerable para medidas más fuertes, que son convenientes para la economía de los países”, señaló Michael Jacobs, director del informe Nueva Economía Climática.

El mejor resultado en la COP 21, dijo Jacobs a IPS, sería “un acuerdo con una participación universal, todos los países, que incluya un objetivo a largo plazo para reducir los gases de efecto invernadero a cero, o casi cero, en la segunda mitad del siglo”.

También espera ver “un quinquenio regular de compromisos en el que los países fortalezcan sus objetivos de mitigación y adaptación, y que las INDC de este año se vean como el ‘piso, no el techo’ de la ambición nacional, para luego poder elevarlas”.

Además, un acuerdo exitoso incluirá un paquete fuerte de apoyo económico y tecnológico para los países en desarrollo, tanto para adaptación como para mitigación, el requisito para que los países elaboren planes nacionales de adaptación y un sistema sólido de medición, notificación y verificación (MNV).

“¿El peor caso?”, preguntó. “Que no haya acuerdo. Eso puede pasar”, alertó.

La comisión urge a que se destinen por lo menos un billón de dólares a las energías renovables para 2030.

Eso se puede lograr si los gobiernos ponen en marcha un fuerte marco normativo y político para incentivar las energías limpias, como tarifas de instalación y sólidos acuerdos para comprar energía, así como eliminar los subsidios a los combustibles fósiles e introducir un precio al carbono.

También dice que los bancos internacionales y nacionales de desarrollo deben trabajar estrechamente con los gobiernos y el sector privado para disminuir los costos del capital, a través de instrumentos de mitigación de riesgos.

También deben desarrollar vías de proyectos financiables, así como inversores institucionales, bancos internacionales y fondos soberanos deben comprometerse a aumentar los recursos para las energías renovables y reducir los del carbono.

“Las conclusiones del informe, combinadas con las del Informe de Avance de África, prueban que hay oportunidades inmensas en la emergente economía baja en carbono”, indicó Trevor Manuel, exministro y presidente de la Comisión de Planificación de Sudáfrica.[related_articles]

“África puede obviar las estrategias de crecimiento basadas en combustibles fósiles de los países más ricos y volverse líder en el desarrollo bajo en carbono, explotando sus abundantes, y actualmente subutilizados, recursos de energía renovables”, acotó.

Las recomendaciones de la comisión incluyen:

Redoblar las asociaciones con ciudades para incentivar el desarrollo urbano bajo en carbono. La clave está en invertir en el transporte público, en edificios más eficientes y en mejorar la gestión de residuos. Esas medidas permitirían ahorrar unos 17 billones (millones de millones) de dólares a escala global para 2050.

Promover asociaciones como con el programa de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques (REDD+), la Iniciativa 20×20 en América Latina y la Alianza de Agricultura Climáticamente Inteligente de África para reunir a países selváticos, economías ricas y el sector privado a fin de detener la deforestación para 2030 y recuperar tierras agrícolas degradadas.

El informe señala que eso impulsará la productividad agrícola y la resiliencia, fortalecerá la seguridad alimentaria y mejorará el sustento de las comunidades agrarias y selváticas.

El Grupo de los 20 países más industrializados y emergentes debe elevar los estándares de eficiencia energética en las principales economías del mundo para productos como artefactos de iluminación, luminarias y vehículos.

La inversión en eficiencia energética puede impulsar el rendimiento económico acumulado en el mundo en 18 billones de dólares para 2035.

También reducir los gases contaminantes de la aviación y el transporte de carga, así como los hidrofluorocarburos bajo el Protocolo de Montreal para proteger la capa de ozono podría disminuir las emisiones en 2,6 gigatoneladas en 2030.

Solo en el transporte de carga, con mayores estándares de eficiencia se ahorrarían unos 200.000 millones de dólares al año en costos de combustible para 2030.

“2015 ofrece una oportunidad para acelerar acciones climáticas que favorezcan el crecimiento. Conferencias emblemáticas sobre la financiación para el desarrollo, los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el cambio climático tienen el potencial de promover una nueva era para la cooperación internacional”, indicó Kristin Skogen Lund, directora general de la Confederación de Empresas Noruegas.

La Nueva Economía Climática es un proyecto emblemático de la Comisión Global sobre Economía y Clima. Se creó a instancias de siete países, Colombia, Corea del Sur, Etiopía, Indonesia, Noruega, Gran Bretaña y Suecia, como una iniciativa independiente para examinar cómo los estados pueden lograr un crecimiento económico cuando deben hacer frente a los riesgos que supone el cambio climático.

Encabezada por el mexicano Calderón, junto con el reconocido economista británico Nicholas Stern, la Comisión tiene 28 gobernantes de 20 países, entre los que están ex jefes de gobierno, ministros de finanzas, empresarios, inversionistas, alcaldes y economistas.

Editado por Kanya D’Almeida / Traducido por Verónica Firme

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