Productores africanos solos contra los virus agrícolas

El sustento de millones de personas estará en riesgo a menos que se dé a los productores africanos de pequeña escala las herramientas y el conocimiento para afrontar la aparición de virus que atacan a las plantas, según el director general del Instituto Internacional de Agricultura Tropical, Nteranya Sanginga.

Los agricultores de parcelas chicas constituyen la mayoría de quienes cultivan alimentos en este continente.

"Los virus de las plantas se propagan rápidamente a nuevos lugares, frustrando los esfuerzos por impulsar la seguridad alimentaria y los medios de vida de millones de personas. Los agricultores pobres, que son la mayoría de la población, son quienes cargan con la parte más pesada de estas enfermedades virales, con sus recursos limitados", dijo Sanginga a IPS.

La enfermedad del mosaico y la del estriado marrón de la mandioca, la del virus del boniato y la del rayado del maíz son apenas algunas de las que han prevalecido en África en el pasado reciente.

Una planta infectada por la enfermedad del mosaico de la mandioca exhibirá distorsionadas hojas blancuzcas o amarillas, y verá atrofiado su crecimiento.
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Sin embargo, los síntomas de una planta infectada con el estriado marrón de la mandioca son menos obvios, dado que apenas pequeños sectores amarillos en las hojas indican la presencia de la enfermedad. La mayoría de los agricultores solo pueden identificar ese mal un vez que han cosechado la planta, dado que distorsiona la raíz y hace que se pudra.

Identificado por primera vez en 2004 en el distrito ugandés de Mukono, el estriado marrón de la mandioca se propagó desde entonces por la región de los Grandes Lagos, en África oriental, causando entre 30 y 70 por ciento de pérdidas en las cosechas de ese cultivo.

La mandioca es uno de los principales alimentos en Uganda, donde su producción anual se estima en 5,5 millones de toneladas.

Según el Instituto Internacional de Agricultura Tropical, la enfermedad del estriado marrón de la mandioca amenaza la seguridad alimentaria y el sustento de alrededor de 200 millones de personas en África oriental y central.

Combinados, ese mal y el del mosaico han causado daños por más de 1.000 millones de dólares a la mandioca, afectando particularmente a los pequeños productores.

Chris Omongo, un cultivador de mandioca del Instituto Nacional de Investigación sobre Recursos Agrícolas en Uganda, dijo a IPS que algunas prácticas han ayudado a propagar los virus.

"Cuando uno lleva materiales infectados de un lugar a otro, automáticamente ayuda a propagar los virus", explicó Omongo, agregando que la mayoría de los agricultores comparten semillas y plántulas infectadas sin tener conciencia de ello.

Uno de ellos es Bulasio Luyiga, pequeño productor de mandioca del central distrito ugandés de Mukono.

"El cultivo se veía muy sano pero, al cosechar, cada tubérculo estaba podrido", dijo a IPS.

Por lo general, la enfermedad del estriado marrón de la mandioca ataca la raíz, aunque las hojas de las plantas también pueden verse afectadas.

Luyiga dijo haber perdido más de 70 por ciento del cultivo por culpa del virus. "Fue una pérdida total, porque compré material que se consideraba limpio y listo para plantar, pero luego descubrí que era susceptible a esta enfermedad. Si hubiera sabido esto antes, no los habría plantado", señaló.

Según Omongo, si se les brinda el conocimiento necesario, los pequeños agricultores pueden impedir que los virus que enferman a las plantas se propaguen.

"Una vez que los agricultores sepan cómo identificar las enfermedades, las evitarán. También son demasiado pobres para pagar las variedades mejoradas de plantas resistentes a las enfermedades. El punto es crear conciencia para impedir la propagación", dijo.

Otro factor que es necesario abordar en el combate al avance de las enfermedades vegetales es el de los recursos. Luyiga y otros agricultores rara vez tienen acceso a servicios de asesoría y extensión que puedan aportarles el conocimiento que requieren sobre cómo identificar y tratar los virus. Esos servicios son limitados en la mayoría de los países de África oriental, y cuando existen suelen ser de mala calidad.

William Otim-Nape, un patólogo de plantas ugandés que integra el Instituto de Innovación de África, dijo a IPS que las enfermedades virales continúan causando grandes pérdidas económicas en la región.

"Esas pérdidas son ampliamente subestimadas y a menudo ignoradas o pasadas por alto", señaló.

El economista Victor Manyong, del Instituto Internacional de Agricultura Tropical, estima que, cada año, el estriado marrón de la mandioca causa pérdidas equivalentes a 175 millones de dólares en África oriental.

Otim-Nape agregó que la cantidad de virólogos vegetales capacitados en África es demasiado pequeña para dar una respuesta adecuada a los muchos virus de las plantas.

Sanginga coincidió: "Hay una necesidad urgente de confrontar las enfermedades virales que afectan a cultivos básicos como la mandioca, la banana y el maíz, utilizando los avances científicos. Necesitamos que la ciencia solucione estos problemas".

"Tenemos que hacer más por los agricultores que conocí en Mukono, Uganda, que perdieron todo su cultivo de mandioca debido a las enfermedades del estriado marrón y del mosaico", planteó Sanginga.

Kenia, Tanzania y Uganda también requerirán ayuda para afrontar la amenaza de la necrosis letal del maíz, añadió.

África oriental experimentó un brote de la enfermedad del mosaico en los años 90 y los pequeños agricultores vieron cómo devastaba sus huertos de mandioca, lo que obligó a miles a abandonar el cultivo.

La enfermedad se propagó a varios países africanos, entre ellos Ruanda, la República Democrática del Congo, Burundi y Gabón, hasta que investigadores hallaron una variedad de mandioca resistente al mal. La divulgación de la nueva variedad restableció el cultivo.

Pero las asignaciones presupuestarias, actualmente bajas, para la investigación agrícola en la mayoría de los países del este del continente han limitado las inversiones en el estudio de las enfermedades virales que afectan a las plantas, según Mercy Karanja, asesora regional de la Fundación Bill y Melinda Gates para África oriental.

"Tenemos grandes problemas en la agricultura. Así que necesitamos invertir dinero para investigar. E incluso cuando están listos los resultados de las investigaciones, se necesita dinero para garantizar que lleguen a los agricultores", dijo a IPS.

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