Pescadores envueltos en disputa por el lago Malawi

Martin Mhango no conoce otro medio de sustento que no sea la pesca, a la que se dedica desde que tenía nueve años. Lo hizo libremente en el lago Malawi hasta octubre de 2012, cuando fuerzas de seguridad de Tanzania lo detuvieron y golpearon.

"Me interceptaron y me arrastraron hasta la playa, donde me golpearon y me detuvieron. Me dijeron que estaba pescando del lado tanzano y que no lo hiciera nunca más", relató a IPS este vecino de la norteña aldea malawí de Karonga.

Según Mhango, de 42 años, pescó a ambos lados del lago durante años, igual que lo hacen tanzanos.

Una disputa de soberanía ya de medio siglo rodea al tercer lago más grande de África, también conocido como lago Nyasa en Tanzania, de 29.600 kilómetros cuadrados de extensión a través de las fronteras de Malawi, Mozambique y Tanzania.

Malawi reclama la soberanía sobre la totalidad del lago, mientras que Tanzania dice que 50 por ciento es parte de su territorio.
[related_articles]
La disputa entre los países de África austral se volvió a encender cuando en 2011 Malawi concedió licencias de exploración a la firma británica Surestream Petroleum, para que buscara petróleo y gas en el lago Malawi.

Las autoridades de Tanzania quieren que Surestream Petroleum postergue toda perforación en el lago hasta que se resuelva la disputa. Pero Malawi continúa en posición desafiante.

En diciembre, el gobierno de Malawi concedió la segunda mayor licencia de exploración petrolera (luego de la Surestream) a la empresa sudafricana SacOil Holdings Limited.

Las compañías petroleras todavía tienen que empezar a perforar y están explorando el centro del lago, que ha sido acordonado.

Pero varias familias de pescadores, como la de Mhango, que trabaja a lo largo del río Songwe, en el norte de Malawi, están en el medio, y temen que los dos países terminen embarcándose en una guerra.

Tras el incidente de octubre, Mhango tuvo cuidado de no aventurarse en las aguas del lado supuestamente tanzano, lo que afectó su medio de sustento.

Una captura reducida ha hecho menguar sus ingresos, que pasaron de 286 dólares mensuales a apenas 142.

"Toda mi vida he sido pescador, y esta es la primera vez que no puedo pescar libremente en el lago y temo por mi futuro", dijo.

Josiah Mwangoshi, de 52 años, recuerda haber pertenecido a dos aldeas, una del lado malawí y otra del lado tanzano.

"Mi aldea está justo a orillas del río Songwe, y recuerdo que cuando el río cambiaba su curso emigrábamos al lado tanzano, y luego volvíamos al lado malawí" cuando todo volvía a la normalidad, relató Mwangoshi a IPS.

"Pero ahora temo que los tanzanos puedan arrestarme. Ya no puedo vivir y pescar del lado de Tanzania, donde también tengo familia, porque ahora está claro que la disputa es muy profunda", dijo.

Los informes sobre presuntas golpizas y acoso de pescadores malawíes en octubre forzaron a la presidenta de su país, Joyce Banda, a cortar el diálogo que había iniciado con Tanzania.

El problema se profundizó cuando, en noviembre, Tanzania publicó un nuevo mapa en el que cambió la frontera entre ambos países a la mitad del lago.

Pocos días después, Banda, indignada con el nuevo mapa y con el acoso padecido por los pescadores, convocó a una conferencia de prensa en Lilongwe donde anunció que había elevado una protesta ante el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y que había cancelado una visita de Estado a Tanzania.

Pero el alto comisionado tanzano para Malawi, Patrick Tsere, defendió las acciones de su país diciendo que ningún pescador malawí había sido acosado jamás en aguas territoriales de Tanzania.

"Las fuerzas de seguridad de Tanzania nunca participaron en tal comportamiento. Más bien es a nosotros que nos preocupa que aviones malawíes sean vistos volando sobre territorio de Tanzania sin nuestro permiso", dijo Tsere a IPS.

Muchos creen que la disputa en torno al lago puede empeorar si se descubren reservas significativas de petróleo y gas.

"Esta disputa ya lleva unos 50 años, pero se ha intensificado e ingresado al dominio público ahora a causa de los potenciales descubrimientos" de esos combustibles, dijo a IPS el malawí Udule Mwakasungura, director del no gubernamental Centro para los Derechos Humanos y la Rehabilitación.

"El lago Malawi contiene más de 2.000 especies de peces. Nuestra preocupación es que la exploración petrolera y la consecuente perforación afecten el ecosistema de agua dulce", agregó.

El lago ha experimentado un declive en sus existencias pesqueras, pasando de 30.000 toneladas al año a apenas 2.000 en las últimas dos décadas, según un informe del Ministerio de Agricultura leído en febrero en el parlamento.

En enero, ambos países presentaron documentos con su posición luego de acordar que la disputa sería mediada por ex jefes de estado de la Comunidad de Desarrollo de África Austral, también conocida como Foro Africano.

El proceso de mediación debería empezar a comienzos de este mes, dijo a IPS el secretario de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional de Malawi, Patrick Kabambe.

Mhango y Mwangoshi tienen todas sus esperanzas puestas en los esfuerzos de mediación.

"Sigo los informes sobre esto en la radio, y rezo para que los exlíderes africanos resuelvan este asunto de una vez por todas", dijo Mwangoshi.

Mhango señaló: "Todo lo que quiero es volver y empezar a pescar libremente en este lago, porque sin eso el futuro de mi familia está condenado".

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe