Mujer de presidente de Zimbabue sigue camino de la del dictador Mugabe

La primera dama de Zimbabue, Auxillia Mnangagwa, parece estar siguiendo el mal ejemplo de su predecesora, Grace Mugabe. Foto: Wikipedia

BULAWAYO, Zimbabue – El 24 de noviembre de 2017, Emmerson Mnangagwa juró como líder interino durante una colorida ceremonia en el Estadio Nacional de Deportes de la capital de Zimbabue, Harare, tras la destitución del presidente Robert Mugabe en un golpe militar días atrás, con el que se puso fin a sus tres décadas en el poder.

Sentada al lado de Mnangagwa está su esposa, Auxillia, con un traje blanco y algunas joyas de oro de aspecto caro. Tanto los partidarios de la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue – Frente Patriótico (Zanu-PF) como los críticos de Mugabe celebran el inicio de lo que se define entonces como una Segunda República, un Nuevo Zimbabue y una Nueva Repartición.

En aquel momento, Auxillia, exespía de la Organización Central de Inteligencia y exdiputada que se casó con Mnangagwa en 1984, era vista por muchos zimbabuenses como una mujer cariñosa, pacífica y atenta, conocida popularmente como Amai, un apelativo que en lengua shona se traduce como madre.

Tras la ceremonia de investidura, Auxillia se centró inicialmente en su labor filantrópica de apoyo y mejora de las comunidades marginadas, como las mujeres, las jóvenes y las personas con discapacidad.

Sin embargo, casi cinco años después, Auxillia se ha lanzado aparentemente a seguir los pasos de su predecesora, Grace Mugabe, apodada Gucci Grace por sus lujosas compras en Nueva York, París y Singapur.

La labor filantrópica de Auxillia está ahora fuertemente financiada por el Estado, ocupa un espacio en el periódico estatal Herald y en la televisión de Zimbabue, y oficia como primera dama en los actos oficiales del gobierno.

El periodista y escritor zimbabuense Douglas Rogers, en su libro Mugabe: Two Weeks (Mugabe: dos semanas) y el periodista Geoffrey Nyarota, en su obra “Graceless Fall of Robert Mugabe: The End of a Dictator s Reign (La caída sin gracia de Robert Mugabe: el fin del reinado de un dictador), recogen muchas de las historias de su mujer, que ahora recuerdan a su sucesora.

La tímida recepcionista Grace, que se casó oficialmente con Mugabe en 1996, recibió un controvertido doctorado en Sociología de la Universidad de Zimbabue en la época en que su aliado Jonathan Moyo era ministro de Educación Superior.

Los informes señalan que Grace no defendió su tesis y no dedicó el tiempo necesario para completar un doctorado, y la concesión fue impugnada en los tribunales.

Aquel mismo año, la mujer de Mugabe pasó a involucrarse muy activamente en la política del Zanu-PF y en los asuntos de Estado, mientras Mugabe se adentraba en el manejo cada vez más autoritario del poder.

Influyó en su marido Mugabe para que nombrara a jóvenes políticos de su facción, Generación 40, e incluso convocó a ministros del gobierno para hacerles exigencias y asistió a encuentros gubernamentales.

Grace hizo que Joice Mujuru y siete ministros del gabinete fueran despedidos por Mugabe en diciembre de 2014, antes de volverse contra Mnangagwa en una feroz batalla que terminó en noviembre de 2017, unas semanas después de que Mugabe despidiera al que había sido su vicepresidente los últimos tres años y antes había ocupado varios ministerios en su gobierno.

Aprovechó las reuniones del Zanu-PF para despotricar contra sus oponentes, incluidos los generales militares a los que acusó de trabajar mano a mano con Mnangagwa para derrocar al gobernante que había impulsado la independencia del país.

En 2018, Mnangagwa y su facción interna en el partido, que habían acusado a Grace antes del golpe de haber asumido las funciones del gobierno, advirtieron a su esposa, Auxillia, de que no interfiriera en sus funciones oficiales o las del partido que ahora lideraba el presidente.

Desde entonces, sin embargo, las cosas han cambiado mucho.

En el diario oficial The Herald, un equipo de periodistas parece haberse convertido en reporteros personales de Auxillia. Cubren su labor filantrópica, y parece que la gente de la Oficina de la Primera Dama tiene la última palabra sobre lo que publican los editores.

Puede leer aquí la versión en inglés de este artículo.

Kudakwashe Munemo, analista político, dijo a IPS que hay una falta de transparencia en las fuentes de los fondos canalizados a la labor filantrópica de Auxillia.

“Como país, no tenemos una oficina oficial de los cónyuges de quien es elegido presidente. Esta distinción es fundamental, ya que no debemos confundir los programas dirigidos por el cónyuge del Presidente con los del gobierno, especialmente cuando se utilizan recursos estatales en detrimento de los asuntos oficiales del gobierno”, dijo.

Maxwell Saungweme, analista político, dijo que el problema al que se enfrenta Zimbabue es que no hay una clara distinción entre la familia de Mnangagwa, el partido gobernante, Zanu-PF, y los asuntos del Estado.

“Lo que ella está haciendo es parte de la podredumbre de la confusión partido-Estado-militar y, en este caso, de la primera confusión familia-Estado”, dijo.

A su juicio, la mujer del presidente “ciertamente, no está aprendiendo de lo sucedido con Grace y otras primeras damas de otros lugares de África que no se mantuvieron en su carril mientras sus maridos se ocupaban de los asuntos del gobierno y del Estado”.

“Todo lo que intenta hacer está mal», remarcó Saungweme.

Auxillia viaja por todo el país con un destacamento de seguridad con sus luces azules encendidas y, en ocasiones, también con motociclistas de la policía para despejar las carreteras y cortar el tráfico, un privilegio del que disfrutan pocos altos funcionarios del gobierno.

También ha recibido varios títulos, desde embajadora hasta patrona de algunas instituciones del Estado.

En mayo, Auxillia recibió el título de doctora honoris causa en Filosofía en la privada Universidad GD Goenka, de India, en reconocimiento a su labor filantrópica.

Ese mismo mes, también inauguró oficialmente la Conferencia sobre el Elefante Africano, celebrada en Hwange, una localidad turística situada a 335 kilómetros de Bulawayo, la segunda ciudad de Zimbabue, antes de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de 2022.

Auxillia tiene el título de patrona de Medio Ambiente, Clima, Turismo y Hostelería, pero los analistas políticos dicen que asumió una función gubernamental, ya que la conferencia era una reunión intergubernamental a la que asistían ministros de 14 países africanos.

“El papel de las primeras damas o de las esposas de los líderes varía según las jurisdicciones políticas: algunas prefieren que permanezcan en un segundo plano, mientras que otras les permiten un papel más activo”, dijo a IPS el analista político Vivid Gwede.

Para el politólogo, incluso en los casos en que a las mujeres de los presidentes se les permite desempeñar un papel activo, este suele ser sobre todo ceremonial y “no choca ni compite con los funcionarios y ministros del gobierno”.

Dijo que en Zimbabue la actividad de la primera dama extralimita claramente los límites de su función y causa problemas para las instituciones y para el mismo presidente.

“Esto es aparte de las cuestiones de transparencia y responsabilidad en el uso de los recursos públicos”, dijo Gwede.

Rashweat Mukundu, otro analista político, dijo que la Oficina de la Primera Dama debería reflejar “el lado suave” del presidente.

“No hay nada malo en que Auxillia realice labores filantrópicas. Lo que es preocupante es abusar de ese cargo para hacer política partidista”.

A su juicio, “la Oficina de la Primera Dama debe ser una oficina unificadora. Debe ser un cargo que refleje los intereses de la generalidad de los ciudadanos por encima de la división política”, dijo.

Para Mukundu, la rendición de cuentas es un área que debe ser examinada para garantizar que los recursos del Estado no se utilicen para la política partidista o los fines personales de figuras vinculadas con el poder.

“El reto es que no tenemos mecanismos de rendición de cuentas que determinen cuánto asigna el Estado a la Oficina de la Primera Dama, remarcó.

El politólogo consideró que cuando el país cuenta con una mujer del presidente “enérgica”, como es el caso actual, “es una oportunidad para que la primera dama realice actividades que nos unan en lugar de las que nos dividan más”.

Pero todos los analistas coinciden en que resulta difícil que Auxillia asuma un papel más alejado a los reflectores, cuando en julio de 2023 el país afrontará unas cruciales elecciones presidenciales.

T: MF / ED: EG

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