Miritituba, del brillo del oro al de los puertos

Miritituba, Brasil, del brillo del oro al de los puertos
Miritituba, Brasil, del brillo del oro al de los puertos

En este pequeño pueblo del norte de Brasil, en la ribera del río Tapajós, un gran afluente del Amazonas, el sueño del oro fue sustituido por el de los puertos, desde que se instaló aquí un terminal de transbordó para el transporte fluvial de soja y maíz hacia el Atlántico y de ahí a sus lejanos mercados.

Miles de camiones llegan cada día desde el estado de Mato Grosso, el mayor productor de soja de Brasil. Luego la carga se traslada a barcazas con capacidad para transportar 30.000 toneladas de grano (igual a la de 800 camiones), que la llevan hasta el puerto de aguas más profundas de Santarém, y de ahí, ya por el río Amazonas, hasta el océano.

Esto ahorra al menos 1.000 kilómetros de recorrido terrestre desde las plantaciones de Mato Grosso hasta los saturados puertos del sur y los descongestiona. En total el transporte hasta China, por ejemplo, se acorta unos 4.500 kilómetros.

El terminal comenzó a operar en 2014, pero desde que comenzó su construcción por la corporación agroindustrial estadounidense Bunge, se desbordó la demanda de servicios e inmuebles en Miritutuba y en la aledaña capital del municipio, Itaituba, en una zona que hasta entonces vivía sobre todo de la explotación del oro y de la madera.

Con el puerto “vinieron las empresas y eso trajo desarrollo…comercios, expendios de combustible. Estamos creciendo junto a este desarrollo”, cuenta entusiasmado a IPS en este video reportaje el comerciante Joao Padua.

Pero ese alegado desarrollo también ha traído negativos impactos sociales y ambientales, detallan a IPS en el lugar ambientalistas, activistas sociales, lugareños y autoridades entrevistadas por IPS.

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