MEXICO: Petrolera estatal reclama autonomía y trato fiscal justo

Los directivos de la empresa petrolera estatal de México, Pemex, rompieron su tradicional silencio respecto de las relaciones con el gobierno y demandaron un trato fiscal justo, mayores posibilidades de inversión, autonomía administrativa e independencia frente a los vaivenes políticos.

Pemex debe ser considerada una agencia del Estado y no una extensión del gobierno federal, señaló Adrián Lajous, director de la empresa, cuyas exportaciones sumaron 12.400 millones de dólares en 1996 y 7.481 millones en los primeros ocho meses de este año.

Según datos oficiales, alrededor de 90 por ciento de las utilidades de la empresa, una de las más grandes del mundo en su tipo, van a las arcas de la secretaría de Hacienda. Pemex no puede definir nuevas inversiones ni disponer del dinero que produce.

En el marco de una feria de promoción del sector energético mexicano, inaugurada este miércoles en la ciudad estadounidense de Houston, Lajous informó que mantiene diálogo con las autoridades de Hacienda para concertar un nuevo marco legal y fiscal que permita a Pemex ser más independiente y competitivo.

Con un volumen de extracción de crudo que en agosto ascendió a tres millones de barriles por día, el mayor en la historia, y exportaciones de 1,7 millones de barriles, México es uno de los más importantes productores de petróleo del planeta.

El directivo explicó que está descartada la privatización de la empresa, considerada "patrimonio nacional estratégico", no así la posibilidad de tener una real autonomía y quedar exenta de manejos políticos.

Pemex debe ser administrada con criterio técnico, para evitar que se repita lo sucedido en años pasados, cuando "los políticos hicieron mucho mal a la petrolera", expresó Lajous.

A Pemex se le piden resultados como empresa, aún cuando su tratamiento fiscal ha sido "muy cruel", reconoció el secretario de Energía, Jesús Reyes Heroles.

A pesar de no contar con una autonomía efectiva, los directivos de la petrolera, que extrae crudo y gas, refina y produce múltiples derivados, sostienen que la firma estatal está fuerte y no requiere por ahora apoyo especial.

Aunque los precios internacionales del crudo cayeron entre diciembre de 1996 y junio de este año de 21,6 a 15,3 dólares por barril, el nivel más bajo en 20 meses, en el primer semestre la empresa aumentó 14 por ciento sus utilidades.

Si Pemex pretende cubrir la demanda interna y competir internacionalmente deberá triplicar su capacidad industrial en los próximos años, indicaron las autorirdades. La firma invertirá hasta diciembre cerca de 6.000 millones de dólares, 35 por ciento más que en 1996.

El secretario de Energía de Estados Unidos, Federico Peña, sugirió el martes a México abrir con mayor agresividad su sector energético a inversiones privadas.

"No se puede pensar en cambios en esa materia (…), cada país tiene derecho a modernizarse según sus intereses, idiosincracia y realidad política", respondió su colega mexicano.

Estatizada en 1938, la industria petrolera representa, según el presidente Ernesto Zedillo, uno de los principales baluartes de la soberanía de este país.

Líderes en materia de privatizaciones en América Latina, los últimos gobiernos mexicanos no se atrevieron, sin embargo, a tocar lo fundamental de la industria petrolera, aunque entregaron a manos privadas el almacenamiento, transporte y distribución de gas natural.

Para Robert Mosbacher, ex secretario de Comercio de Estados Unidos, el "profundo temor" que hay en México para abrir el sector energético al capital extranjero debe terminar. Es el momento de empezar a discutir las ventajas e inconvenientes de la apertura, expresó.

La privatización de las empresas petroquímicas de Pemex, meta que el gobierno de Zedillo planteó en los primeros meses de su gestión de seis años, iniciada en diciembre de 1994, no puede aún concretarse debido a la fuerte oposición de los sindicatos y del parlamento.

En su afán por lograr la venta de las petroquímicas, el gobierno renunció a sus planes originales y decidió privatizar un máximo de 49 por ciento de las acciones y activos de esas empresas. Hasta el momento no ha dado pasos definitivos hacia ese objetivo. (FIN/IPS/dc/dam/if/97)

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