Madres y padres gays cubanos demandan cambios legales para adoptar

El pequeño Leonardo comparte con sus madres, Yohana Llanes (d) y Támara Amaral, en una actividad en La Habana contra la homofobia. Crédito: Jorge Luis Baños/IPS.

Muchas lesbianas y gays de Cuba logran por distintos medios cumplir su sueño de ser madres y padres y constituir familias, pero afrontan situaciones complejas en un país donde no se reconocen las uniones ni la adopción por parte de personas no heterosexuales.

“Es muy difícil, duro… y hasta frustrante que legalmente no tenga ningún derecho sobre el niño. Yo no soy su papá biológico, pero lo tengo en mis brazos desde que nació. No hay nada legal que defina ni proteja nuestro vínculo”, señaló Junior del Toro, quien carga en su regazo al pequeño Adrián, de tres años.

Este empleado de una empresa estatal habanera y su pareja decidieron tener un hijo, “como una parte importante de la felicidad familiar”, tras 15 años de relaciones, confesó. “Hablamos con varias personas hasta que una amiga accedió, sin ningún interés, a compartir con nosotros la realización de tener un hijo”, recordó Del Toro en entrevista con IPS.

“Mi pareja es el padre biológico y la madre comparte la crianza con nosotros. Pero yo soy el más afectado en el tema de los derechos, incluso en lo cotidiano. Si al pequeño lo ingresan en un hospital y solo estoy yo para enfrentar la situación, no tengo potestad legal para decidir nada sobre su enfermedad”, ejemplificó, con angustia.

La historia de Del Toro se repite entre otras lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT), una comunidad que espera desde hace años que el parlamento analice una propuesta de nuevo Código de Familia, que pretende actualizar al vigente desde 1975 e incluye aperturas como el reconocimiento de la unión legal entre personas del mismo sexo.

Esta constituye la demanda más recurrente entre las personas LGBT de Cuba y es vista como el primer paso a dar en el reconocimiento de más derechos sexuales por el estatal Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex), una institución que lleva una campaña sistemática por el respeto a la libre orientación sexual e identidad de género.

Cada mayo desde 2008 acontece el momento cumbre de esa campaña institucional, la Jornada Cubana contra la Homofobia, un programa organizado alrededor del 17 de ese mes, Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, que incluye actividades educativas, académicas y por vez primera deportivas en 2013.

[related_articles]La sexta edición de la iniciativa, que se extendió todo este mes, se dedicó a la familia, “por ser el espacio, junto al laboral, en el que más se vulneran los derechos de las personas LGBT”, según la experiencia de la Consultoría Jurídica del Cenesex. En los debates de la cita, salió también a colación el derecho de este sector poblacional a formar familias.

El asunto de la adopción de niñas y niños, ya sea de sus parejas o sin amparo filial, por personas no heterosexuales “es una preocupación presente, aunque no ha sido mayoritaria”, entre los casos atendidos por la mencionada consultoría, indicó a IPS el abogado Manuel Vázquez, a cargo de ese servicio institucional.

Pero el activismo cubano incorpora más demandas, mientras espera por la aprobación de la unión legal y observa los avances de algunos países de América Latina en los derechos LGBT.

Argentina, Uruguay y la capital de México permiten la adopción de pequeños por parte de matrimonios homosexuales. En la región del Caribe, donde muchas naciones incluso castigan la homosexualidad, solo Aruba y las Antillas Neerlandesas reconocen las acogidas de menores efectuadas en el extranjero.

En una declaración del 12 de mayo de 2012, el grupo de Hombres por la Diversidad (HxD), acompañado por el Cenesex, instó al gobierno de Raúl Castro a aprobar “todas las posibilidades de unión entre parejas del mismo sexo, incluyendo el matrimonio, así como la adopción y la reproducción para personas homosexuales”.

El médico y activista Alberto Roque, fundador de HxD, defiende que los servicios de reproducción asistida en Cuba se extiendan a las mujeres solas y parejas lésbicas. “En estos casos se utilizan técnicas de reproducción asistida de baja complejidad tecnológica, pues no se trata de personas infértiles”, aclaró en su blog HOMOsapiens.

Colectivos de mujeres lesbianas como Oremi, en La Habana, Las Isabelas, en la oriental Santiago de Cuba, Fénix, en Cienfuegos, y Atenea, surgido este año en la central Ciego de Ávila, analizan asuntos relativos a la maternidad de lesbianas y buscan mecanismos para sensibilizar a la población al respecto.

“Algunas buscan a un hombre interesado en ser padre o un donante y se autoinseminan con métodos rústicos, a veces hasta poniendo en riesgo su salud”, ejemplificó la psicóloga Norma Guillard. “Todos debemos tener el derecho a formar descendencia, ya sea propia o adoptada”, valoró en conversación con IPS.

No obstante, el asunto de una norma que legalice la adopción y la crianza de pequeños en familias homoparentales es un tema tabú y polémico en Cuba, donde se penalizó la “ostentación pública de la homosexualidad” hasta los años 90.

“Estoy de acuerdo en que los homosexuales se casen, pero no que adopten hijos, que siempre sufren el trauma del rechazo social. Para mí está primero la estabilidad emocional de un niño que el derecho de una persona adulta”, comentó Rosario F. en la sección interactiva Café 108 del sitio web de la Oficina de IPS en Cuba.

Por su parte, el activista Camilo García indicó en ese espacio que “aún está muy arraigado el prejuicio de que las personas homosexuales no son capaces de educar a niños y niñas tan bien como cualquier heterosexual”. “Se les sigue viendo como ‘enfermas’ y que pueden transmitir su ‘enfermedad’ a niñas y niños”, lamentó.

“La mayor parte de nosotros nacimos de familias heterosexuales. Si fuera lógico que la homosexualidad se contagie o se aprende en la casa, hubiéramos sido como nuestros padres. Este argumento no es viable y hay que combatirlo”, dijo a IPS el transformista Riuber Alarcón.

Un estudio de la Universidad Autónoma de Yucatán, en México, publicado en 2011 por la Revista Electrónica de Psicología Iztacala, encontró que “la generación de jóvenes presenta actitudes y creencias más positivas hacia la adopción por parte de parejas del mismo sexo”, en una muestra de 100 voluntarios con edades que van de 18 a 63 años.

En el caso de Cuba, especialistas aseguran que se necesita investigar más a las parejas homoparentales, las familias que forman y el desarrollo de la infancia en estos núcleos familiares.

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