Los desechos de aparatos digitales amenazan la salud de los niños

Niños rompen tubos de rayos catódicos para recuperar materiales en monitores arrojados al basurero de Agbogbloshie, en Ghana. La salud de millones de niños y mujeres embarazadas está en riesgo en todo el mundo por la gestión indebida de la basura tóxica que dejan los aparatos electrónicos. Foto: Andrew McConnell/Panos Pictures-OMS

GINEBRA – Los dispositivos electrónicos viejos son la basura doméstica de más rápido crecimiento en el mundo y su desecho no regulado amenaza la salud de las mujeres embarazadas y los niños, sostiene un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado este miércoles 16.

El mundo debe activarse ante “el creciente tsunami de desechos electrónicos”, dijo el director general, Tedros Adhanom Ghebreyesus, al presentar el reporte “Niños y vertederos digitales” en la sede de la OMS en esta ciudad suiza.

En 2019 se produjeron 53,6 millones de toneladas de esos desechos, sólo 17,4 por ciento se registró como recolectado y reciclado de manera adecuada, y en 2030 esos materiales desechados pueden llegar a 74,3 millones de toneladas, según la Asociación Mundial de Estadísticas de Residuos Electrónicos.

“De la misma manera que el mundo se ha unido para proteger los mares y sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, debemos unirnos para proteger nuestro recurso más valioso, la salud de nuestros niños, del peligro cada vez mayor de los desechos electrónicos”: Tedros Adhanom Ghebreyesus.

Si bien se desconoce el destino de los desechos electrónicos no tratados debidamente, es poco probable que se hayan gestionado y reciclado respetando el medio ambiente, de acuerdo con el estudio.

Aunque esos desechos generalmente terminan en vertederos, a menudo cantidades significativas se envían ilegalmente a países de ingresos bajos y medios donde los trabajadores informales, incluidos niños y adolescentes, recogen, desmantelan o utilizan ácido para extraer metales y materiales valiosos de esa basura.

“De la misma manera que el mundo se ha unido para proteger los mares y sus ecosistemas de la contaminación por plásticos y microplásticos, debemos unirnos para proteger nuestro recurso más valioso, la salud de nuestros niños, del peligro cada vez mayor de los desechos electrónicos”, sostuvo Tedros.

De acuerdo con los datos de la OMS, unos 12,9 millones de mujeres trabajan en el sector informal de desechos, exponiendo su salud y la de sus hijos, que pueden nacer dañados por los productos tóxicos.

Además, el informe estima que más de 18 millones de jóvenes y niños, algunos de hasta cinco años, están involucrados activamente en el sector industrial, del cual el procesamiento de desechos electrónicos es sólo una pequeña parte.

Las evidencias han mostrado que los métodos informales de eliminación de materiales de los desechos tiene una variedad de efectos en la salud, especialmente en la salud infantil.

La OMS explicó que el reciclaje de desechos electrónicos afecta particularmente a quienes se encuentran en etapas vitales de desarrollo físico y neurológico, por lo que los niños, los adolescentes y las mujeres embarazadas son los más vulnerables.

Los niños son más susceptibles a los productos químicos tóxicos porque absorben contaminantes en relación con su tamaño. Y como algunos de sus órganos no están completamente desarrollados todavía, son menos capaces que los adultos de eliminar las sustancias nocivas.

“La gestión inadecuada de los desechos electrónicos es un problema creciente que muchos países aún no reconocen como una cuestión de salud”, apuntó la autora principal de la investigación, Marie-Noel Brune Drisse.

La experta advirtió que si no se toman medidas ahora, “su impacto será devastador para la salud de los niños y supondrá una pesada carga para el sector sanitario en los próximos años.

Entre otras disposiciones, la OMS pide un instrumento vinculante con el objetivo de que los exportadores, importadores y gobiernos garanticen que los desechos electrónicos se eliminen de forma racional y benigna para el ambiente, la salud y seguridad de los trabajadores y las comunidades.

También insta al sector de la salud a que reduzca los efectos adversos de los desechos electrónicos mediante la creación de capacidad para diagnosticar, monitorear y prevenir la exposición a tóxicos, y los riesgos que encaran los trabajadores informales que lidian con desechos electrónicos.

“Los niños y adolescentes tienen derecho a crecer y aprender en un ambiente saludable, y la exposición a desechos eléctricos y electrónicos y sus componentes tóxicos impacta ese derecho”, sostuvo María Neira, del Departamento de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS.

A-E/HM

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