La supervivencia de indígenas de Bangladesh empieza en la escuela

Sharmila Munda, una indígena anaflabeta de Bangladesh recoge madera como forma de ganarse la vida. Crédito: Rafiqul Islam Sarker/IPS.
Sharmila Munda, una indígena anaflabeta de Bangladesh recoge madera como forma de ganarse la vida. Crédito: Rafiqul Islam Sarker/IPS.

Justo antes del atardecer, una indígena de 14 años permanece indiferente y sin prisa por regresar a su casa, en contraste con el grupo de jornaleras de la comunidad shantal que se apresuran a terminar la recolección de papas en la aldea de Boldipukur, en el norte de Bangladesh.

Sin nadie que la mantenga, porque su padre murió hace unos seis años y su madre sufre problemas psiquiátricos, Rupali Tudu no tuvo más remedio que trabajar de jornalera en las haciendas de esta aldea de Chatra, según relató a IPS.

La adolescente está inscripta en el noveno grado de la enseñanza secundaria, pero su asistencia es irregular. Se le llenan los ojos de lágrimas al contar que muchos niños del pueblo shantal abandonan la escuela porque la extrema pobreza de las familias indígenas hace que tengan que trabajar como jornaleros.

Chatra es una aldea de ocho kilómetros cuadrados en la upazila (subdistrito) de Pirganj, 25 kilómetros al sur de la ciudad bangladesí de Rangpour, con 10.000 habitantes, entre los que hay unos 2.000 adibasis, indígenas que mayoritariamente pertenecen a la comunidad shantal.

La población se dedica principalmente a la agricultura. En esta zona, hay muchas papas y otras verduras. Alrededor de 90 por ciento de los integrantes de la comunidad shantal de Chatra no son propietarios de las tierras, según datos oficiales, y tanto adultos como niños, se ganan la vida trabajando las tierras de otras personas.

La adolescente Rupali Tadu (de abrigo negro) trabaja en el campo. Crédito: Rafiqul Islam Sarker/IPS.
La adolescente Rupali Tadu (de abrigo negro) trabaja en el campo. Crédito: Rafiqul Islam Sarker/IPS.

La deserción escolar en las poblaciones indígenas en primaria asciende a 33 por ciento, según datos de la Fundación Red de Comunidades Marginadas (NNMC, en inglés), que trabaja con pueblos indígenas del noroeste de Bangladesh.

El maestro jubilado Michael Kispotta, de 68 años, quien trabajaba en la escuela secundaria de Boldipukur y pertenece a la comunidad orao, dijo a IPS que por lo menos 80 por ciento de los estudiantes abandonan la escuela en la secundaria.

“La mayoría de los padres no conocen totalmente las necesidades educativas de sus hijos”, se lamentó.

Kispotta explicó que la lengua es una de las principales barreras para los indígenas en la escuela. Sus comunidades no comprenden, leen ni escriben el bengalí y por eso se muestran renuentes a concurrir a clases.

Eso hace que haya un elevado grado de analfabetismo y que no puedan acompañar el rápido desarrollo del país, que se convierte en un estado de medianos ingresos. La comunidad oraon, al igual que otras de la llanura, es extremadamente vulnerable desde el punto de vista social, económico y político.

Mujeres indígenas trabajan en el campo en el distrito de Pirgonj, en Bangladesh. Crédito: Rafiqul Islam Sarker/IPS.
Mujeres indígenas trabajan en el campo en el distrito de Pirgonj, en Bangladesh. Crédito: Rafiqul Islam Sarker/IPS.

Las 54 comunidades indígenas de Bangladesh hablan por lo menos 25 lenguas. La mayoría viven en los distritos llanos del norte y sureste, y el resto en el área montañosa de Chittagong.

Los líderes indígenas se quejan de que el actual sistema educativo deja a sus hijos sin posibilidades de recibir una educación en su lengua materna.

Desde pequeños, tienen que aprender bengalí y estudiar la cultura y la sociedad bengalíes, y los maestros son principalmente bangladesíes, lo que dificulta el aprendizaje, porque para los indígenas el bengalí es una lengua extranjera.

“La lengua es una barrera para los niños indígenas de las llanuras, no es la principal ahora porque el gobierno tomó la iniciativa de resolver el problema en un futuro próximo”, explicó Sarah Marady, coordinadora de la Fundación NNMC, que trabaja con los pueblos indígenas de Rangpour, en el centro-norte, y de Rajshahi, en el noroeste, donde viven unas 28 comunidades.

“Lo más importante para nuestra educación es eliminar la pobreza de las comunidades”, subrayó.

Marady cree que “sensibilizar a las comunidades en materia de educación es un desafío que el gobierno puede atender fácilmente”.

En cambio, subrayó la necesidad de un sistema de educación para niños indígenas que tenga en cuenta su organización social y su lengua para que puedan conceptualizar su propia sociedad y en relación con la bangladesí.

Las autoridades ya implementaron la materia lengua indígena en preescolar para las localidades de Chakma, Marma y Tripura, en Chittagong, y en Sadri y Garo, en el noreste del país, por lo que en esa zona los preescolares indígenas ya aprenden en su idioma.

Todavía les faltan libros en su lengua materna, pero la Junta Nacional de Libros de Textos de Bangladesh confirmó a IPS que se están creando los materiales y se distribuirán pronto.

Por su parte, Bivuti Bhusan Mahata, expresidente del Consejo de Estudiantes Indígenas, quien estudió en la Universidad de Begum Rokeya, en Rangpur, dijo que no más de 1.000 indígenas siguen estudios terciarios.

Teniendo en cuenta que los pueblos indígenas son los más vulnerables, el gobierno debería aprovechar la estrategia nacional para ayudarlos, sugirió.

El presidente del Consejo Nacional Indígena, Rabindranath Soren, observó es útil que los indígenas aprendan en su lengua materna, pero no garantiza sus derechos sociales, económicos y políticos, que son el principal desafío para su empoderamiento.[related_articles]

“Para ello se requieren esfuerzos integrales y coordinados”, apuntó Soren, de la comunidad shantal.

En Bangladesh, hay 48 pueblos indígenas diferentes en las llanuras del centro-norte y noreste y en las áreas montañosas del sureste, pero el gobierno solo tiene registrados 30.

Los indígenas constituyen unas tres millones de personas, pero las autoridades manejan otros números. Según el Censo Nacional de 2011, hay 1.586.141 indígenas, alrededor de 1,8 por ciento de los más de 167 millones de habitantes.

Rabindranath, quien desde hace tiempo integra el movimiento en defensa de los derechos indígenas, mencionó que los pueblos de las llanuras son shantal, oraon, munda, malo, mahali, khondo, bedia, bhumij, kole, bhil, karmakar, mahato, muriyar, musohor, pahan, paharia, rai y sing, pero el gobierno solo tiene registrados seis de ellos.

Algunos incluso están a punto de desaparecer, y Rabindranath se pregunta cómo las autoridades van a proteger sus derechos si ni siquiera saben que existen.

La Oficina de Estadísticas de Bangladesh considera que el pueblo mayoritario es el shantal, con un millón de personas, seguido de oraon, con medio millón.

Respecto de su participación en la concreción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), líderes indígenas señalaron que hasta ahora no los han consultado ni han participado en el desarrollo del Plan de Acción Nacional, a pesar de que su involucramiento es uno de los principales objetivos de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Además de la máxima de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible de “no dejar a nadie atrás”.

En el siete plan quinquenal, el gobierno expresó su “fuerte compromiso” con la declaración y con ratificar el Convenio 169 sobre los pueblos indígenas y tribales de la Organización Internacional del Trabajo, pero fueron casi los mismos términos usados en el plan anterior.

Traducido por Verónica Firme

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